Prólogo

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-¡Adam! ¡Adam, abre la puta puerta, joder! ¡No tengo ganas de discutir, chaval! ¡Abre ahora o te juro que reviento la puerta y te doy la paliza de tu vida, cabrón! -Su padre había vuelto a emborracharse, y cada vez que su padre se emborrachaba a Adam le caian una o dos ostias. Quizas el encerrarse en su cuarto empeoraria las cosas, pero no podia mas.

Lo que mas le dolía a Adam es que las cosas no siempre habian sido así.

Adam y sus padres eran muy felices, hasta que un día, nació su hermana pequeña, Abril. Los padres de Adam querian muchisimo a Abril, empezó a pensar que la querian mucho más que a él, incluso Adam deseó que Abril muriera. Pronto descubrió lo peligrosos que eran los deseos, pues por un desgraciado accidente, Abril fué atropellada y murió. Despues de aquello, sus padres entraron en una depresión profunda. Su padre cayó en las garras del alcoholismo y comenzó a maltratar a su mujer y a su hijo. La madre de Adam, incapaz de soportar el dolor de la muerte de su hija y los maltratos de su marido, abandonó a su familia.

Su padre se volvió aun mas demente, y Adam sufria mas cada día. No podía conciliar el sueño, y cuando lo hacía, soñaba con Abril, debido a la culpabilidad que sentía por desear que su hermana muriera. En definitiva, la vida de Adam era un infierno

¿Podría esto cambiar algun día?

Adios díasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora