Capítulo IV

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La vida en Haresteil, ¡¿han pasado 3 semanas ya?!
Conociendo a Jun el Oshawott.

—Abigahil, podrías pasarme las toallas.— Me pidió Verónica mientras cargaba un canasto de sabanas y toallas sucias. Desde que llegue, he ayudado en las labores de la casa con todos ellos, eso y que he expandido mi vocabulario o algo así gracias a Robin.

Sin mucho que decirle a Vero, tome unas toallas usadas y se las di para que empezara a lavarlas a mano, no soy muy fanática del agua debido a que me genera cierto cosquilleo en mis patas al tocarla, así que ella es quien se dedica a lavarlas y yo las cuelgo, al menos así el cosquilleo es menor y puedo ayudar.

—Por cierto, te tengo un regalo~— Dijo la Eevee viéndome con su carismática sonrisa, sacando de entre las sábanas una pequeña cajita que por alguna razón no estaba mojada, los trucos de Verónica son un misterio completo.

—¿Qué es eso? — Pregunté antes de tomar la caja y abrirla, notando algún tipo de decoración en la caja.

—Es un dije, para que se lo coloques a tu collar, es un regalo porque ya llevas casi un mes en Haresteil.—

—Ah claro, gracias...— ¡¿Casi un mes ya?! Llevo tres semanas en Haresteil y aún no recuerdo nada de mí misma, me he perdido tanto en las labores del hogar y pasar tiempo con el resto que he olvidado que tengo amnesia, ¿eso es posible?

—¿Te pasa algo? Te veo un poco preocupada.— Señalo Vero virando la cabeza hacia la derecha por su intriga.

—Es que... llevo aquí un mes y aún no he descubierto nada de mí, es tan... raro.

—Tú mantén la calma Aby, estoy segura de que conseguirás tu memoria en algún momento. — Aseguró la vulpina, pero no sé si estar tan de acuerdo con ella, ¿y si no recuerdo nada nunca? ¿a quienes estoy olvidando?

Mis dudas me cegaban, pero todo eso se calló cuando un campaneo sonó en el lugar, de todo el tiempo que he estado, fue curioso, nunca había escuchado ese campaneo.

—¡¿E-Es la hora?!— Se preguntó Verónica muy nerviosa, sin embargo, noté como su sonrisa se encontraba en un punto muy alto, como si estuviera aterrada, pero por alguna razón alegre.

—¿Hora de qué?—

—Las visitas de adopción.— Me contestó para al instante partir dejando las toallas a medio lavar, sin saber mucho que hacer, solo la seguí hasta su habitación donde me quedé esperando afuera por educación hasta que ella salió.

Al salir, Vero se notaba peinada y arreglada, tenía un moño verde en su oreja y su pelaje parecía más esponjoso y tenía un color café bajo como el de una Eevee común. Sin mucho más que decir, ella nuevamente salió corriendo.

—Vero espera, ¿qué es adopción?— Interrogue en vano puesto que ella estaba muy concentrada en bajar, así que sin más la seguí nuevamente y llegue hasta el primer piso, donde se encontraban todos menos Kuro, pues como era de costumbre, él se iba para hacer sus misiones de explorador en un gremio.

—Bien, están todos, Abigahil, tú prepárate, podrían elegirte.— Señaló Ariza dejándome algo confundida, no entendía para que me eligiesen.

Sin más por la entrada principal ingresó una pareja de pokémon, por alguna razón sabía a simple vista que eran del tipo Normal, pero no sabía sus especies. Uno era un pokémon largo con líneas cafés en su espalda, mientras que la otra era una felina morada bien vista.

—Bienvenidos a Haresteil.— Saludó Ariza a la pareja. —Soy Ariza la Absol, supongo que vinieron para ver a los chicos.—

—Así es, según lo que nos dijeron hay un grupo de adolescentes aquí, ¿no? En ese caso queremos adoptar uno como hablamos antes.—

Pokemon Escarlata: Reinos en Crisis.Where stories live. Discover now