-Prologo: Una vida arrebatada-

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El día estaba a punto de terminar. las horas habían pasado volando, incluso el mismo cielo lo expresaba, ya que pasaba de tener un celeste claro que combinaba muy bien con el paisaje nevado, aun anaranjado rojizo. Que, debido a un efecto óptico, hacia ver a la nieve en algunos puntos, con un tono leve anaranjado que le daban un nuevo aspecto, en aquel pueblo de la región rusa de Siberia. Las lámparas de las calles comenzaron a activarse una por una, en una hermosa secuencia domino. Las personas caminaban tranquilamente por las pequeñas aceras y los autos recorrían con cuidado la calle, para evitar algún incidente con la nieve.

Lo que más resaltaba en aquel sitio, era el parque infantil. Donde las risas y los gritos de niños jugando con la nieve, hacia un pequeño estruendo que resonaba en los alrededores. Entre aquellos niños, se encontraba un joven adolescente de 15 años quien portaba un gorro de lana de color rojo, que le ocultaba su cabello oscuro el cual combinaba muy bien con sus ojos color café claro. Usaba la vestimenta típica de aquella zona, una camiseta de tela algo gruesa de color rojo, mientras por encima cargaba un abrigo abultado de color negro el cual poseía mangas largas, en sus manos cargaba unos guantes. De su cintura hacia abajo era un pantalón vaquero, sus pies eran cubiertos por unas botas para la nieve de color café. Los rasgos de su rostro mostraban unas facciones levemente japonesas que se perdían con su aspecto siberiano, sin mencionar que su tono de piel era el típico de las personas que vivían en países con climas fríos.

Aquel chico estaba parado enfrente de un muñeco de nieve, agregándole algunos detalles. Para cuando finalmente termino, este se hacía aun lado y le presentaba a una pequeña niña de 8 años, aquel muñeco de nieve. Esta última cargaba un conjunto muy parecido al del adolescente, pero su camiseta era de color celeste con una estampa de arcoíris en el centro, su abrigo era de un rosa brillante, mientras su gorro era plateado. Su cabello era de un rubio pálido y poseía el mismo color de ojos que el chico, ya que ambos eran hermanos.

-Mira Alisa, finalmente lo termine para ti- Menciono el pelinegro, quien le sonreía de una manera amigable.

-Es muy hermoso Jagi- Dijo la pequeña al ver que aquella escultura de nieve, tenía un enorme parecido a ella.

En un momento su madre vino con su cámara y tomo una fotografía de ambos con el muñeco de nieve. Pero fue entonces que un ruido incesante invadiría su mente, hasta que finalmente abría sus ojos. Todo había sido un sueño, o mejor dicho, un recuerdo de su antigua vida en Siberia antes de mudarse a Japón. Llevo su mano derecha al rostro, el cual poseía una mueca de disgustó debido que el sueño, no había durado lo suficiente como el adolescente de ahora 16 años, le hubiera gustado. Tan solo se levantó de la cama y miro su despertador, notando que estaba llegando tarde a sus clases, rápidamente lo apagaría y empezaría a buscar su uniforme escolar. Haciendo un pequeño revoltijo en aquella habitación donde vivía, la cual pertenecía a un edificio de departamentos donde viven los estudiantes, hasta el término del año escolar.

Después de unos minutos de haber hecho un caos por todo su cuarto. Estaba preparado con aquel uniforme escolar, el cual consistía en un chaleco de mangas largas, que poseía una tela gruesa dándole un aire de elegancia. Era adornado por unas líneas blancas que estaban tanto en el pecho, cuello y ante brazos, aunque lo mas característico era las cruces en la parte de las muñecas del mismo color que las líneas. Este chaleco era colocado por encima de una camisa blanca, quien a su vez poseía una corbata roja. Su pantalón estaba hecho de la misma tela ligera de su camisa, solo que era de un color marrón claro, casi llegando a café. Mientras sus pies eran cubiertos por unos zapatos de color negro.


Pese que era el uniforme estándar en la academia Yokai. Algunos estudiantes podían hacer variaciones en su atuendo escolar, como seria ir sin corbata, usar solo la camiseta, incluso ir con solo ropa de calle. Pero estos casos eran muy raros y casi siempre, eran solo en eventos de la institución. Por lo general Jagi, tapaba su cabello con un gorro de lana gris, el cual solo se lo quitaba en épocas de calor. La única prenda del uniforme que usaba era la camisa, aunque lo combinaba con un chaleco negro, cambiaba también ese pantalón marrón, por unos Jeans vaqueros de color azul marino. Incluso cambiaba sus zapatos negros, por unas zapatillas deportivas negras con detalles en blanco. Solo usaba el conjunto escolar para los lunes, más por la costumbre de las escuelas haya en Siberia, que por gusto personal.

Antes de cerrar la puerta de su dormitorio, daba un último vistazo a su mesa de noche. Que aparte de tener su despertador y una lampara de lava. Poseía su tesoro más apreciado, aquella fotografía que se había tomado con su hermana con ese muñeco de nieve, que le construyo un años antes de haberse mudado a Japón. Después de aquello cerraría la puerta y rápidamente se dirigiría a sus clases, con una sonrisa de felicidad en su rostro. Ya que aquel sueño, le había alegrado bastante el comienzo de su día.

 Ya que aquel sueño, le había alegrado bastante el comienzo de su día

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⏰ Última actualización: Sep 15, 2020 ⏰

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Rosario + Vampire Capu1: Jagi GaindenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora