Infiel

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Por fin llegó su tan anhelado sábado, y hacía una linda mañana que podía significar el comienzo de un buen de fin de semana, un sol brillante dando calor a la ciudad, pero con un viento que opacaba lo anterior.

Cómo era costumbre de aquella familia juntarse todos los sábados, los Ackerman y demás integrantes se verían en la casa de un miembro de su familia, este día tocaba en la casa del único hijo de Kuchel: Levi Ackerman, y también en el hogar de su esposa: Petra Ral.

Los anteriores mencionados se encontraban limpiando su hogar, puesto que en un par de horas recibirían las visitas de los familiares del azabache, dado a que él es un impulsivo por la limpieza, quería que todo estuviera más que perfecto y presentable.

— Petra, apúrate, todavía hay que preparar el almuerzo. — ordenó Levi. —

— Voy lo más rápido que puedo, Levi. Sigo insistiendo en que si no fueras un maldito maniático de la limpieza que se molesta con tan solo ver una mancha, ya hubiéramos terminado hace rato. — respondió la joven Ral. —

Tsk, solo apúrate, ¿Quieres?

Con desgano la de ojos azules, y continuó haciendo los labores que su marido le ordenó, las cosas entre los dos ya habían dejado de ser las mismas, para Petra; Levi dejo de ser el hombre del cual ella se había enamorado, y para Levi; él sentía que su relación carecía de algo.

El azabache y la rubia siguieron limpiando y ordenando su hogar, aquella tarea parecía ser un infierno, pero luego de tres horas, terminaron con su cometido, y Petra parecía bastante feliz por ello, mas su felicidad se caería tras recordar que todavía faltaba el almuerzo.

— Levi, ¿Qué vamos a preparar? — preguntó una Petra cansada. —

— Ve a tomar un baño y a cambiarte, yo me encargo de lo demás.

Ante esto la joven Ral sonrió emocionada, estaba muy cansada y sin duda alguna, aprovecharía muy bien ese baño.
Cuando Petra se fue, el ojigris fue a la cocina para ver que cocinar, al ver todo lo que tenía, decidió que preparar distinta variedad de comida era la mejor opción. Comenzó preparando algunos platillos de su tierra.
El azabache había terminado, solo le faltaba poner las cosas en la mesa, ducharse y ya estaría listo.

Petra salió entonces, viendo a su marido poner la mesa, pero ella se adelantó y continuó con esa labor, entonces Levi entendió que ella haría el resto mientras él se cambiaba.

Levi salió de bañarse, y al parecer ya estaba listo, parecía un auténtico Don Juan, y su esposa no pasó desapercibida de eso.

— Que bien te ves, Levi. — comentó pícaramente la rubia. —

— Tú tampoco estás tan mal, Petra. — respondió el mayor con desgano. —

Ambos ya estaban más que listos para recibir a la familia del azabache, solo era cuestión de tiempo que estos llegarán

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Ambos ya estaban más que listos para recibir a la familia del azabache, solo era cuestión de tiempo que estos llegarán.

El timbre sonó y ambos supieron que sus visitantes habían llegado, Levi se dirigió a la puerta de su hogar para recibir a sus familiares.

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