White & Blonde

El gato se hallaba acostado en un cojín.

Sentada en una silla, se encuentra una chica escribiendo en una laptop lo que había escrito en unos papeles.

La joven, que traía un piercing en la oreja, miró con cuidado los borradores. Poniendo las hojas a un lado, volteo la silla para ver al gato.

—¿Me puedes explicar porque todos tus personajes usan lentes?— pregunto mirándolo.

El gato levantó las orejas, volteando a ver a la chica.

—No lo sé, creo que es costumbre.

—¿No será que sufres de miopía?—cuestiono de nuevo.

—De hecho tengo buena vista— indico de nuevo el felino, rascándose las orejas.

—Ah. ¿Entonces es como ese cliché de los animes no?

—Me gustan los lentes ¿Okay?— habló nuevamente el gato.

Ella miró los borradores, honestamente a veces se cuestionaba mucho las cosas.

—No me pagan lo suficiente.— murmuró mientras seguía escribiendo en la computadora.

...

Vale, ustedes no han visto nada OwO).

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White & Blonde.

Y ahi estaba él, asomando su cabeza por la esquina, se hallaba en un pasillo de un edificio tecnologico, el chico, vestia un tuxedo de tono negro y un corbatin en su cuello, de cabello palido y con lentes, sostenia un revolver con silenciador en su mano derecha.

Asomo un poco más su cabeza por la esquina, pudo ver que en el salón que había delante, se hallaba un enorme grupo de hombres con una máscara en sus rostros, alto calibre en sus manos, listos para abrir fuego, pero él no era cualquier persona, era un experto en este asunto.

Tomó un poco de aire, concentrándose con cuidado para salir de ahí, caminó en silencio apuntando hacia adelante siempre para entrar en el salón, lo primero que hizo fue disparar a uno de los sujetos por la espalda, al tener un silenciador, el arma no hizo ruido alguno.

De inmediato, volteó su mirada hacia el otro sujeto con el rifle de asalto, accionó el gatillo para salir disparada otra bala y que diese en el blanco, cayeron los dos en el acto por el impacto. Luego de esto, saltó hacia adelante, disparando el arma en cámara lenta hacia los demás guardias.

Uno a uno fueron cayendo en silencio mientras el chico lograba esto con facilidad. Al finalizar, cayeron las balas al suelo, mientras miraba su obra terminada. El salón estaba despejado, por lo que solo tenía que irse de ahí.

—¡Lincoln!

Volteo hacia atrás, apuntando su arma, cuando recibió un disparo de uno de los enemigos. La pantalla se torno roja, mientras un letrero aparece.

Game Over.

—Noooo— exclamó incrédulo el chico mientras observaba la pantalla de su consola.