Capítulo 1

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Era un día cualquiera de invierno y como todos los días Jiu tenía que ir a trabajar a la pista de hielo. Trabajaba a media jornada para ayudar a sus padres a tener unos cuantos ahorros para ir a la universidad y para darse algún que otro capricho. Su trabajo ahí era simple, tener en buen estado los patines y encargarse del pequeño bar que había para los patinadores y patinadoras, no tenía mucho misterio y su horario se adaptaba muy bien a su vida personal.

—Jiu -gritó su madre desde la cocina- vas a llegar tarde al trabajo.

—Ya voy, ya voy— la chica rubia, que estaba en el baño, se estaba dando los últimos retoques antes de salir. No podía salir de casa sin su tan característico pintalabios rojo oscuro. La joven fue a su habitación a coger el bolso y rápidamente bajó las escaleras de dos en dos.

—Que vaya bien— dijo su madre que la estaba esperando en la puerta.

—Gracias mamá. Por cierto -habló mientras se ataba los zapatos- ¿podrá venir papá a buscarme a la salida del trabajo?

—Sí, te pasará a recoger a las 19h en el mismo sitio de siempre.

—Muy bien, hasta la noche.

Jiu salió corriendo hacia la parada del autobús que quedaba a unos pocos metros de casa. Mientras esperaba, conectó los auriculares al bluetooth de su móvil para que el viaje no se le hiciera muy pesado. La pista no quedaba muy lejos, tan solo eran 15 minutos en bus, eso si tenía suerte y no había tráfico. Digamos que no tenía mucha suerte en lo que respecta al transporte público. A la rubia le gustaba mirar por la ventana y admirar el paisaje, eso hacía que se relajase mientras pensaba en sus cosas.

Al llegar a la pista, dejó su bolso en la taquilla que le correspondía, cada trabajador tenía la suya. Fue a saludar a la que era su jefa para que viese que había llegado puntual como solía hacer.

—Buenas tardes Jiu, tan puntual como siempre.

—Buenas tardes -respondió con una sonrisa- puntualidad ante todo ya sabe.

—Así me gusta. Ah, por cierto, hoy tendrás más trabajo de lo habitual— esa frase no le gustó nada porque sabía lo que significaba. Unos cuantos días a la semana, la pista estaba reservada para patinadores y patinadoras de competición. Se llevaba bien con la gran mayoría de ellos y ellas, pero en especial, había un chico con el que no se llevaba tan bien, el tan famoso Park Sunghoon.

—No me digas eso por favor— ya llevaba un tiempo trabajando ahí y había mucha confianza con la jefa, así que podía expresarse con total libertad. —¿Hoy vienen los de competición no?

—Justo en la diana. Ya sé que no todos son de tu agrado, pero intenta ser lo más amable posible.

—Eso intento, pero es que aquel chico me pone de muy mal humor— ambas sabían que Jiu tenía mucho carácter y a veces, las expresiones faciales se la iban de las manos porque controlar la lengua era una cosa, pero controlar la cara era totalmente diferente. La jefa, Im Min, se fue a darle un vistazo al estado de la pista mientras que la chica se colocaba el delantal para no mancharse.

—Ánimos Jiu— se dijo a si misma para empezar con fuerza. La tarde parecía tranquila, había gente, pero tampoco demasiada. La gran mayoría eran jóvenes que aprovechaban sus últimos días de libertad antes de empezar las clases. Jiu estaba preparando las bebidas que le habían pedido unos clientes cuando de repente empezó a escuchar barullo en la entrada, eso solo podía significar una cosa, el rey de la pista había llegado. Todos y todas que se encontraban patinando salieron corriendo para dar la bienvenida al gran Park Sunghoon. Desde atrás de la barra observaba el espectáculo que se había armado en apenas unos segundos, y todo por ese chico. Ella no lo entendía, no sabía que tenía de especial, si solo era un tipo como cualquier otro. El chico después de recibir a sus fans se acercó a la barra.

Breaking the ice /Park Sunghoon/enhypen/i-landDonde viven las historias. Descúbrelo ahora