CAPÍTULO 13

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Aquella noche Sunghoon no pudo pegar ojo, cada vez que intentaba dormirse la imagen de Jiu le venía a la cabeza. Cuando por fin había conciliado el sueño, la alarma del móvil sonó y no tuvo más remedio que despertarse. Con los ojos apenas abiertos, cruzó el largo pasillo que daba a las escaleras y bajó para dirigirse a la cocina. El chico pensaba que podría desayunar en tranquilidad, pero al entrar a la cocina se topó con su padre sentado tomando un café y entró en completo silencio.

—¿A qué hora llegaste ayer? —preguntó el padre sin apenas levantar la mirada del teléfono.

—Buenos días a ti también padre.

—Sunghoon, contéstame a la pregunta —el chico había estirado el brazo para llegar al estante donde estaban los cereales, pero lo bajó de golpe al escuchar el tono desafiante de su padre.

—No lo sé exactamente. Supongo que serían las once como muy tarde.

—¿Te parecen buenas horas de llegar a casa? —el señor Park iba elevando el tono de voz cada vez más.

—Si lo que te preocupa es el entreno, tranquilo, al acabarlo fui a por unos fideos y me los comí en la tienda —Sunghoon no quería que se enterase que empezaba a pasar tiempo con sus amigos y menos con Jiu.

—Más te vale no mentirme. Para la próxima vuelve a casa antes, más sabiendo que a la mañana siguiente tienes entreno.

—Claro —el chico no tenía ganas de discutirse con su padre. Cogió los cereales, la leche, un bol y una cuchara para llevárselo a su habitación. No quería pasar ni un minuto con su padre.

—Sunghoon, antes de que te vayas a tu habitación como siempre, siéntate. Tengo que informarte de nuevas noticias —Sunghoon dejó todo en la encimera y se sentó en la silla más alejada.

—Dime.

—Seguro que eres consciente de la competición de principios de septiembre.

—Sí, pero me coincide con los simulacros de exámenes de preparación para la universidad.

—Te he inscrito.

—¿Cómo? —Sunghoon frunció el ceño mientras cerraba el puño con fuerza por la rabia.

—Lo que has escuchado. A partir de hoy vas a entrenarte exclusivamente para la competición además de aprobar todos los exámenes del instituto.

—Padre... Te dije que no me daba tiempo de compaginar ambas cosas.

—Pues tendrás que hacerlo. Quiero que quedes entre los tres primeros en la competición, esto te dará aún más prestigio. Y quiero un notable en todos los exámenes.

—Pero...

—Pero ni nada. No me vengas llorando Sunghoon. Vas a hacerlo y punto. Ya puedes irte —el moreno miró con rabia a su padre y salió enfurecido de la cocina sin coger el desayuno. Entró a su habitación frustrado, solo quería gritar y llorar, pero sabía bien que no podía. No entendía porque su padre aún sabiendo toda la carga que llevaba encima de los hombros, había sido capaz de inscribirle en aquella competición, la cual habían acordado anteriormente que no iba a participar. Como siempre, las palabras se las lleva el viento.

...

Aquel lunes Sunghoon se había levantado más antes de lo habitual. Normalmente, si se trataba de un entrenamiento ordinario, solía despertarse a las seis para ir a correr durante una hora, menos los días que tenía que ir a patinar. A partir de aquella mañana, su horario se había vuelto aún más duro, se levantaba a las 4, apenas tenía media hora para preparase y a las 5 tenía que estar en la pista de patinaje hasta las 7:30 para ducharse rápidamente y llegar a tiempo al instituto. Tras la jornada escolar, iría directo al entrenamiento que se alargaba hasta las 18 de la tarde. Por si fuera poco, al llegar a casa, tenía que estudiar para los exámenes.

Breaking the ice /Park Sunghoon/enhypen/i-landDonde viven las historias. Descúbrelo ahora