Heather. (Yoonmin)

Suéter

    Todavía recuerdo, el tres de diciembre.

               Yo, usando tu suéter.

      Dijiste que se veía mejor a mí que a ti.

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—¿Entonces?, ¿piensas invitar a Heather al baile de fin de año de una vez?...

—No lo creo Jimin, ya es la segunda vez que lo intento en esta semana, y sigo sin conseguirlo...

—La tercera es la vencida... no pierdes nada con intentarlo una última vez.

Mi nombre es Park Jimin, acabo de cumplir veintiún años hace una semana, estoy cursando tercer semestre de medicina en Kyung Hee University, si, una de las mejores de todo Seúl. No fue fácil ingresar ahí, sin la ayuda de YoonGi hyung no hubiese sido posible.

—Mi dignidad...no puedo completar una simple palabra cuando estoy con ella. No quiero que piense que soy raro o algo así, Jimin.

Min YoonGi, un año mayor que yo, estudiante de derecho, uno de los chicos más guapos y populares del campus gracias a su inteligencia y habilidad con los instrumentos musicales; mi mejor amigo desde la infancia.

—Tal vez usted si es raro después de todo hyunggie...  —Una pequeña risa salió de mis labios tras decir aquello, me gustaba molestar a mi hyung con eso. Mi amigo está perdidamente enamorado desde hace casi dos años de una preciosa chica llama Seok Heather, y la verdad no lo culpo, es un ángel. Ella estudia medicina al igual que yo, tiene mi edad, es ordenada, dulce, tranquila y muy muy bella. Las pocas veces que he hablado con ella ha sido por trabajos que nos han tocado realizar juntos, es una chica muy dedicada a sus estudios a diferencia de las demás chicas de esta universidad. Su sonrisa te transmite una paz y alegría indescriptible, es la chica perfecta para mi amigo. —¿No lo había pensado antes hyung?

Uh, aquel característico ceño fruncido de mi acompañante me indicaba que mi cometario lo había enfadado, había entrado a terreno peligroso. Inconscientemente cerré mis ojitos, esperando listo el posible golpe en mi frente por parte del mayor. Más, fue mi sorpresa al sentir que en lugar de un golpe, el contrario levantó su cabeza de mis piernas, sentándose a mi lado, evitando que continuase acariciando su cabello como hace rato.

—No, no lo había pensado antes... creo que tienes razón. Soy raro.

Mis ojos se abrieron de sobremanera al escuchar aquello, espera, pensé que estábamos bromeando, ¿mi hyung de verdad creyó que yo pensaba eso de él? No, tenía que aclarar eso de inmediato y disculparme con él lo antes posible. Había cruzado el límite, yo y mis bromas absurdas; siempre lo arruino todo. De seguro había lastimado mucho sus senti...

—Soy un raro por juntarme todavía contigo, Park Jiminnie. —En cuanto aquel apodo llegó a mis oídos un potente rubor invadió mi rostro, nadie me había llamado así desde que me disfrace de vaquita en el musical de tercero de primaria. Logré visualizar una sonrisa burlesca de parte de mi amigo, dándome a entender que había logrado su cometido.

—Vete a la mierda, Min. — Dije mirándolo lo más molesto que pude, él sabía cuánto me avergonzaba aquel apodo. —¡Ouch! — ¡Ah, ahora si me golpeas!

—Más respeto, mocoso. Soy mayor que tú. —A pesar de que el tono de mi acompañante era de molestia en su cara solo estaba una amplia sonrisa descarada que le llegaba de oreja a oreja, hasta me arriesgaba a decir que se parecía a Cheshire, el gato de Alicia en el país de las Maravillas. —Vámonos vaquita bonita. Ya es tarde, y como el buen hyung que soy debo de asegurarme de que llegues con bien a tu casa.