CAPÍTULO II. Día Muy Raro

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Bueno sin duda que no tomarme mi chocolate en la mañana me está afectando… ¡¿cómo es posible que este viendo a un muerto?!

Cerré mis ojos y los talle con mis manos, cuando volví a mirar no había nadie, ¿era una ilusión? No lo sabía y eso me asustaba. Alguien me toco el hombro lo cual hizo que me sobresaltara y la viera rápidamente, era una chica un poco bajita la cual se alejó cuando yo salte, trago saliva y me pregunto:

      -¿estás bien? Te ves muy pálida 

<< Bueno tal vez no me vería pálida si no me hubieras asustado>> pensé y luego conteste:

      -estoy bien, que linda que te hayas preocupado, pero en verdad estoy bien, gracias.

Ella sonrió y me regalo un “de nada” con una voz muy dulce. Le hice una seña y regrese a donde ahora estaban mis amigos quienes no se dieron cuenta de la situación que pase ni de que me estaba volviendo loca al imaginar a pablo.

El día transcurrió normal, las clases eran aburridas, en el receso nos pusimos de acuerdo para ir a la casa de Eder al terminar las clases y así fue, tocaron el timbre para dar fin a las clases por este día y la mayoría de los alumnos salieron casi corriendo de ahí, no digo que las clases sean de lo peor, solo que es lunes y nadie quiere estar aquí los lunes.

Caminábamos juntos hacia la casa de Eder quien estaba algo emocionado porque por fin pudo comprar el videojuego que salió este mes y quería probarlo con Xiana y génesis, era divertido ver la escena de Xia haciendo pucheros porque Eder no quería comprar un helado, el cual después de tanto insistir lo consiguió y de paso también nosotras conseguimos uno. Seguíamos de nuevo con el recorrido hacia la casa de Eder pero algo no estaba bien, tenía la sensación de que alguien nos perseguía, gire la cabeza para verificar y en verdad nos estaban siguiendo << no entres en pánico, solo dile a Eder que nos siguen y hará algo >> le jale la camisa a Eder el cual rápidamente volteo y le dije “nos están siguiendo” el miro hacia atrás pero no vio nada y yo tampoco veía que nos siguieran… lo mire de nuevo y le dije:

      -Te juro que vi una sombra seguirnos- dije insistiendo pero solo recibí una cara extraña de parte de todos los que estaban ahí 

      -seguro es uno de los cholos de la colonia, Eder, tranquiliza a tus amigos- dijo génesis quien miro a Eder de forma retadora y el negó con la cabeza haciéndonos caminar y entrando a su casa.

Su casa no era muy grande, pero sí bastante acogedora, tenía un tapiz en las paredes que lo hacían parecer cuarzo azulado y verde, un piso de madera limpio y muebles blancos, nos llevó a su cuarto quien a diferencia de toda la casa, su cuarto era de color blanco, tenía luces LED que daban un toque bonito y sus muebles eran cafés, justo en frente de su cama había una gran televisión y varias consolas de videojuegos acomodadas en la mesa donde estaba el televisor; prendió una PS4 e introdujo el disco donde venía el nuevo juego, xia y él se sentaron en el suelo, tomaron un mando y empezó la competencia. Les dije a los chicos que iría al baño y solo entre a lavarme la cara, de cierta manera el sentir el agua en mi rostro me calmaba, respire de forma profunda y mire al espejo  

      -toma-

Tome la toalla que me estaba dando y me seque la cara con ella, dándole un “gracias” 

      -día largo, ¿no? – me pregunto a lo cual le respondí “no tienes ni idea”

Iba a proceder a abrir la puerta cuando me di cuenta de algo extraño 

      -por cierto Alex- la voz que hasta hace unos momentos me parecía agradable, ahora no podía hacer otra cosa que helar cada fibra de mi piel, esto era definitivamente imposible - tiempo que no veo a Snowie,     ¿lo estas alimentando bien? Ya sabes que si no es por mí, ese conejo hubiera muerto un mes después de que encontraste-

<<Pablo…>> no podía articular ni siquiera una palabra, era totalmente inútil abrir la boca para que al menos saliera un sonido, como un grito o tal vez… ¿una risa? 

El sin duda no podía ser real, yo misma asistí a su funeral, vi su tumba bajar por un gran hoyo y después ser tapado con kilos de tierra y llore su perdida. Pero era verdad, estaba ahí; parado delante de mí y con una sonrisa la cual no podía descifrar si era sarcástica o feliz.

Abrí la puerta del baño sin decir una palabra. Tome mis cosas del comedor y salí de la casa, no les avise a mis amigos que me iba solo pensaba que ya me estaba volviendo loca. Caminaba sin rumbo alguno, mirando hacia el suelo para que no tropezar porque lo menos que quería en este momento era que alguien me viera así pero no duro tanto eso ya que a las pocas calles oí a alguien gritar mí nombre, lo cual me hizo parar en seco y girarme. Un chico totalmente exhausto y sudoroso se acercó a mí casi sin aliento. 

      -¿Eder que haces aquí?- pregunte algo extrañada, ¿había salido de la casa solo para seguirme?

      -uh pues… no lo sé, tal vez para preguntarte ¡¿porque saliste así de la casa?! Y no veas como caminas, en la tercera calle casi me muerde un perro y todo por seguirte- dijo ya recuperando el aliento

<< Piensa en cómo no decirle la verdad>> es cierto que él tiene el poder de leerme como a un libro abierto y es imposible decirle una mentira, pero solo por esta vez espero ser totalmente convincente 

Al final dije “ me llamo mi madre para una emergencia y por eso salí así de la casa, lo siento” al parecer me creyó y me dijo que tuviera cuidado al regresar, asentí y le regale una de mis mejores y más falsas sonrisas, me gire y seguí con mi camino hacia la parada de autobús de la universidad, encendí mi teléfono y siempre para calmarme escucho música de rock, así que saque mis audífonos y puse mi canción de rock favorita la cual no tardó mucho en ponerme en un estado de relajación, llego el autobús y procedí a subirme, me senté en cualquier lugar y mire hacia la ventana, generalmente en las tardes había un hermoso atardecer con colores naranjas, morados y rosas; pero esta vez había un cielo nublado, lo cual no me molestaba, olía a humedad, se sentía un poco de frío y el hecho de saber que cuando llegara me prepararía un café, era de las más perfectas sensaciones del mundo entero. Cuando el autobús llego a su destino me baje, camine hacia mi colonia y entre a mi casa, fui hacia mi cuarto y me topé con una bolita de pelos blanca en mi cama, Snowie… él era el conejo de pablo y mío, era como un hijo para nosotros, pero como siempre estaba ocupada él se encargaba de Snowie. Ahora es más tranquilo que antes… pablo le cantaba una canción cada vez que lo veía, era muy divertido.

      -oh Snowie, ¿qué será de ti? Cuando Alex no te alimente, ¿qué será de ti? Si Alex no juega contigo… ¿qué será?

Cuando termine de cantar se escuchó una risa algo fuerte, me gire asustada y ahí se encontraba de nuevo, como si fuera un holograma de pablo, como si en realidad los fantasmas que aparecen en la televisión, transparentes y flotando si fueran ciertos. Me acerque lentamente a él, quería comprobar si era el, así que levante mi mano y la puse delante de su pecho el cual al momento de tocarlo era como si estuviera tocando el aire, no se sentía ni era lo que esperaba que le saliera plasma o alguna sustancia verdosa, no… solo era aire en forma de humano. El agarro mi mano y no lo podía sentir, era como si fuera tomada por un hilo, pero si sentí cuando utilizo mi propia mano para darme una mini cachetada lo cual le hizo mucha gracia y yo pude liberarme de mi estado en shock

      -en verdad eres tu- dije y el asintió, no podía explicar cuanta felicidad, angustia, miedo, dolor y enojo sentía a la vez, pero me encantaba y en verdad me gustaba que estuviera ahí conmigo 

      - te dije que no te dejaría- esas palabras más de hacerme sentir aún más feliz, hacían que mi corazón brincara al recordarlas y repetirlas en mi cerebro como disco viejo…

mi día extraño se volvió el comienzo de mi historia con un fantasma. 

Días Con Un Fantasma Donde viven las historias. Descúbrelo ahora