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La vida y la coexistencia siempre estuvieron bajo un firme régimen, del cual actualmente llámanos; «cadena alimenticia», pero hablamos, de un mundo, dónde aquellos seres que no pudieran defenderse padecían a manos de los que tenían la necesidad de alimentarse de ellos.
Además de necesidad, los ‹carnívoros› de la época se caracterizan por tener gran influencia entre otras especies, sobretodo los superiores, una increíble fuerza que nadie en esas tierras podía superar y los otros, carecían de posibilidades de hacer algo para evitar ser devorados.
Uno de éstos grandes líderes, era «Roma Imperio», un lobo gris de edad adulta, su nombre era conocido en el valle y pasando la rivera, todos sabían de la existencia de un depredador que arrasaba con ganados y aldeas, matando solo porque sí.
O al menos eso se decía.
Lo que pocos sabían, es que el mismo, mantenía perfectamente al margen su supuesto genocidio, enrealidad su gran aliado y mejor amigo era una oveja, sí, ¿Irónico, no?
━━ Estás todo empapado de sangre, no te acerques así a mí, vas a mancharme. ━━ dijo el ovino sentado y apoyado en una de las cercas, obviamente envuelto en su forma humana, le gustaba estar así, no se sentía tan lamentable. ━━ ¿Te sucede algo, cachorro? ━━ preguntó viendo al canino acercarse cojeando, su hocico aún salivaba abierto, respirando con profundidad.
El mismo tan solo lo ignoró, se sentó a su lado, acostándose de estómago en el pasto cortado, su boca se abrió para lamer la pata lastimada, sacudiendo su cola de un lado a otro cada rato, sin llegar a parecer animado.
Más bien lo contrario.
━━¿Que demonios hiciste ahora? ━━ cruzó los brazos, cuestionando otra vez, no alcanzó a recriminar cuando el carnívoro agarró su brazo izquierdo y lo acostó con él.
Se acurrucó a su lado como un animal carente de calidez, y que mejor que abrigarse en su amigo felpudo, por supuesto Grecia estuvo complacido de estar tan así de cerca con él, su latido incrementó cuando por satisfacción, Roma volvió a acariciarse hacia su cuerpo.
