Suicide [ Lee Felix ] 3 shot¡!

"¿Quien es el cobarde ahora?"

Y ahí estaba de nuevo, en aquel lugar en el que intentó quitarse la vida hace meses pero no fue capaz, el puente Seongsu.
Después de meses volvió a aquel lugar, esta vez para lograr su cometido, se quedó recostado sobre el un largo rato mientras intentaba no llorar y repetirse a sí mismo que era lo mejor.

— Vamos Felix, sabes que si te quedas aquí todo sería igual o peor, seguirás soportando a aquel asqueroso señor, seguirás escuchando críticas de tu familia, seguirás con esa baja autoestima, seguirás soportando a tus compañeros, solo tírate de una vez y termina todo, solo así podrías estar en paz-se dijo a si mismo mientras limpiaba sus lágrimas y miraba el agua debajo de el-

Miró hacia el cielo y cerró sus ojos fuertemente mientras suspiraba.

— Perdóname mamá, enserio perdón, perdón por no poder protegerte ni cuidarte como dije que lo haría, perdón por ser un mal hijo, perdón por todo-murmuró mirando al cielo mientras sentía que las lágrimas volvían a caer por sus mejillas-

— Perdón por ser una decepción, perdón por ser un estorbo, perdón por hacer todo mal, perdón por ser un cobarde, perdón por ser tan débil ¡PERDÓN!-gritó cayendo de rodillas al suelo mientras seguía llorando-

Golpeaba el suelo una y otra vez con su puño mientras gritaba "perdón" y lloraba cada vez más, pedía perdón aunque sabía que no lo iban a perdonar, gritaba aunque sabía que nadie le iba a hacer caso y estaba ahí para acabarlo.

Una vez más calmado limpio su rostro y se levantó del suelo, miró a su alrededor para ver si había alguien mirándolo y al comprobar que no era así pasó las rejas y se paró en la orilla del puente aguantándose de las rejas para no caer aún, miró por última vez al cielo y susurró.

— ¿Quien es el cobarde ahora? —

Y sin más, se soltó.

Lee Felix no pudo soportarlo más, tantos años de maltratos, abusos y críticas lo llevaron a esto, pero también las personas que pensaron que no era capaz lo llevaron ahí.

Les quería demostrar que el si era capaz de hacerlo y que las palabras que decían traían consecuencias.

El suidicio no es un juego, pero esas personas que se burlaron de él se dieron cuenta tarde.

Fin