B e f o r e

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Mr. Blue Sky—Electric Light Orchesta.

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Había comenzado la entrega de los exámenes de química finales, particularmente, eran un poco difíciles porque la profesora Kim Yerin ponía cosas del siguiente grado y todo lo que ya se había visto en el año escolar. Nunca se sabía qué esperar, podría poner cosas simples de biología, después gráfica eléctrica o de qué color traía la blusa el día que les contó cuando a su esposa le sacaron las muelas del juicio. Ese examen era el temor de todos.

Excepto para Jimin, el omega de diesciséis años era amante de esa materia y tenía una excelente memoria para recordar las anécdotas de su maestra, siempre le gustaba repasar por mero gusto o investigar más. Por lo que ese examen no era ninguna preocupación para él.

—Park Jimin— había llegado su turno para ir por los resultados de su examen.

El omega de baja estatura se levantó de su butaca y caminó hacia el escritorio de la alfa, al estar frente a frente, la mujer le sonrió con calidez, como hacía con muy pocos de sus estudiantes.

Le extendió el conjunto de hojas grapadas.—Como siempre, es un placer revisar tus exámenes, Jimin. Estoy orgullosa de ti.

Realmente el omega le tenía mucho aprecio a la alfa, pues a la mayoría de los maestros les importaba poco el esfuerzo que él ponía en sus materias y no se extrañaban de ver sus codiciadas calificaciones, que muy pocas veces le felicitaban. Siempre exigiéndole más e impulsándole menos. En cambio, desde un inicio, la maestra de química le felicitaba su desempeño y le daba consejos a toda hora para que el menor avanzara más en lo que le gustaba. Más allá de ser su profesora, se había vuelto una amiga.

El pequeño pelinegro tomó su examen con una sonrisa, agradeció y se fue de regreso a sentar en su lugar.

Las entregas continuaron, unos satisfechos, otros se conformaban y algunos ideaban como no morir en el intento de mostrarles su calificación a sus padres.

—Maestra, ¿podría decirnos nuestras calificaciones?— preguntó esa omega fastidiosa de siempre, la chica se daba la falsa fama de ser muy inteligente y cumplida, pero todos sabían con qué cantidad y qué cosas hacía para sobornar a algunos maestros.

La alfa frunció el ceño.—Pero si ya saben cuál es su calificación, tanto en el examen como en la materia... ¿o es acaso que quieres saber quién fue el más alto porcentaje? Como quiera sabes que Jimin lo fue, no sé por qué insistes tanto.

El omega se hizo pequeño en su asiento mientras reprimía sus risitas con su pequeña mano, los demás se burlaban de la chica sin pena alguna.

Pronto la campana sonó, algunos se despidieron correctamente de la profesora Yerin, otros le decían adiós mientras se iban corriendo hacia sus anheladas vacaciones.

—Hasta luego maestra, disfrute sus vacaciones y salúdeme a su esposa— se despidió el pelinegro una vez el salón quedó vacío con solo ellos dos, después de haber ayudado a su mayor a guardar sus cosas en su bolso y portafolio.

La mujer sacudió los cabellos del omega menor y sonrió enternecida.—Igualmente Jimin, espero seguir oyendo que eres excepcional en esta y en todas las materias, y si necesitas ayuda o hablar con alguien, ya sabes dónde está mi salón y mi casa.

El menor se despidió con venia y se fue del salón, corriendo a toda prisa hacia su bicicleta para salir del instituto lo más rápido posible.

Julio de mil novecientos noventa y seis, el joven omega movía sus piernas a toda velocidad para que su bicicleta le llevara lo más rápido posible al Palm's Arcade, donde tenían los mejores juegos, pero en especial, esa máquina de baile que tanto divertía al menor.

🌟Palm's Arcade🌟 YM • OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora