El idiota de mi corazón.

186 24 4
                                    

《Sábado 24 de diciembre, 20:23 h. Casa de Error.》

Aquí estamos, con mis padres homófobos, finalmente decidieron llamarme para verme. Yo, su hijo, a quien han abandonado por completo.
Pero esta noche me acompaña Reaper, así que todo estará bien.
Cogimos el autobús, fue un viaje largo. Finalmente llegamos frente a una puerta de madera, tengo miedo de entrar y volver a ver a mis padres.
Mi pareja llama a la puerta por mí.
Oigo cómo quitan el cerrojo a la puerta y al abrirse veo a una mujer de unos 50 años y luego a un hombre barbudo.
Realmente no han cambiado mucho, solo son más sonrientes.
Les damos las buenas noches antes de entrar.Miro a mi alrededor, este lugar me trae muchos recuerdos.
Felices e infelices.
Llorando y riendo.
Besos tiernos y rupturas violentas.
Peleas y amor.
Hoy vine con amor y odio.
Amor por mi castaño de ojos azules.
Y odio por los que me crearon.
Miran a mi novio con el que entrelazo los dedos. El suave calor de su mano en la mía me tranquiliza. ¿Voy a terminar contándoles algo?
-Ha pasado mucho tiempo.-

-Si.-

- Déjame presentarte a mi novio. Aunque no aceptes mi homosexualidad, quise traerlo.

-Te lo pasaremos por esta noche, ¿de acuerdo?-

-Mmh.

Reaper todavía no habla hasta este momento, nos sentamos en la mesa y comemos en paz.
No sé si realmente he hecho las paces con ellos, pero parecieron disgustados cuando les dije que estaba compartiendo mi vida con alguien.
Ahora me importa un bledo su miserable opinión.
Solo quiero disfrutar con la persona que amo.
Terminamos de cenar sin agregar alguna otra palabra, llegamos a mi habitación algo rápido porque se hace tarde y el viaje me ha cansado un poco.
-Estabas callado.-

-No quiero charlar con idiotas.-

-Tienes razón.-

-Ruru, salgamos.-

-Estoy muerto.-

-¡Ruruuuuu!-

-De acuerdo, de acuerdo.Finalmente me rindo y voy a ponerme mi abrigo porque todavía hace frío afuera.

《23h59. En la ciudad.》

El viento helado enfría nuestra sangre mientras unos copos blancos comienzan a volar a nuestro alrededor.
En unos minutos es el cumpleaños de mi hombre, cumplirá dieciocho.
Y también será Navidad.

-¿Deberíamos hacer la cuenta regresiva?-

-No es fin de año, ¿sabes?-

-¡Lo sé! ¡Es solo que me convertiré en adulto!-

-Vale, de acuerdo.-

-Diez.-

-Nueve.-

-Ocho.-

-Siete.-

-Seis.-

-Cinco.-

-Cuatro.-

-Tres.-

-Dos.-

-UNO.-

-¡Feliz Navidad, Ruru!-

-¡Feliz cumpleaños, idiota!-

Iluminados por las señales en el cielo y por las farolas viejas, nos besamos.
Un beso cálido, suave y sublime.
Un beso ardiente bajo el suave polvo blanco que cae desde arriba.
Incluso si los transeúntes nos lanzan miradas de odio o incluso de compasión, no les presto atención sino a nuestros labios pegados el uno al otro.
Nos retiramos, una sonrisa dibujada en nuestros rostros.
Soy feliz con él.
Pero finalmente me doy cuenta de que no tengo regalos para darle.
Mirando a mi alrededor, veo a lo lejos una tienda todavía abierta porque es Navidad, el privilegio de cerrar más tarde en este codiciado día para algunos.
-¡Quédate aquí, te compraré algo!-

Idiota. (Reapererror.)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora