Miraculous: Héroe Prodigioso

Prólogo

Era un día cálido para París, un día como cualquier otro. En un hospital se encontraba un señor rubio bastante alto vestido elegantemente, vestía una chaqueta beige, debajo un chaleco gris y una camisa blanca, en conjunto con unos pantalones largos rojos, iba de un lado a otro mostrando en estado de impaciencia, parecía preocupado también, debido a su estado tuvo que quitarse su chaqueta puesto que empezaba a sentir calor por la angustia que tenía.

Recobro su compostura cuando visualizo a un doctor que venía en dirección a el, esto solo le indico que su espera por fin había terminado.

– Señor Gabriel graci..– el doctor no puedo terminar de hablar puesto que fue interrumpido.

– Agreste, solo llámeme sr. Agreste. – dijo con un semblante serio además de acomodar se sus lentes mientras decía con indiferencia. – Dígame como fue todo. – termino de hablar y el doctor posteriormente recobro el sentido.

– Ah, si sr. Agreste disculpe. – decía con una leve reverencia y con un tono de incredulidad. – Le informo que todo salió bien, hubo unas complicaciones debido a eso se le práctico cesárea a su esposa, al final la operación resultó sin impedimentos, y sus hijos nacieron bien y saludables. – decía mientras veía unas hojas en una carpeta que tenía en mano, mientras el señor conocido como Gabriel Agreste solo lo miraba seriamente escuchando atentamente lo que el doctor le relataba – Debido a la operación actualmente su esposa se encuentra dormida y fue trasladada a una habitación, lo llevaré con ella además también están sus hijos para que pueda verlos... Solo que bueno... Hay una situación que bueno, será mejor que lo vea usted mismo. – Se mostraba algo ansioso y confundido 

Al terminar con lo dicho el sr. Agreste se mostraba confundido por las últimas palabras del doctor luego prosiguió a seguir al doctor cuando le indico que lo siguiera.

Al entrar en la habitación donde se encontraba la esposa del gigante oxigenado.

Se encontraba ella dormida, además de una enfermera que los estaba esperando.

El doctor entro junto al rubio lo dirigió a la cama donde se encontraba la esposa del rubio más en específico al final de la cama donde estaban unos bultos dónde se encontraban los bebés.

– Bien señor Agreste mire por usted mismo. – con esto dicho el oxigenado no tardó y destapó el bulto.

Lo primero que vio fue a uno de sus hijos, este tenía una tez como su padre solo que más clara con ese tono bronceado claro distintivo, además de cabellera rubia, con el solo hecho de destapar el bulto dónde se encontraba lo despertó y comenzó a llorar, antes de eso cuando abrió sus párpados se notó sus ojos verdes, a primera vista el padre estaba contento sutilmente y dio una ligera pequeña sonrisa dicha que fue borrada cuando vio al bebé al lado de su hijo.

Este a diferencia de su hermano estaba despierto y permanecía tranquilo como si no sintiera nada o no experimentaba emociones pero eso no fue lo que extraño al padre de este bebé, sino fue que este niño tenía una tez más pálida a comparación con su hermano además de tener una cabellera albina, como estaba despierto se notaba que sus ojos eran de diferente color, su ojo izquierdo era plateado, mientras que el derecho era un azul oscuro.

Está apariencia extraño bastante al señor Agreste que fue sacado de su confusión cuando el doctor le hablo. – Si... Esto fue lo extraño que notamos, si no fuera por qué son mellizos no creeríamos que fueran hermanos, bueno señor Agreste lo dejamos solo ya que tengo que ocuparme de unos asuntos, la enfermera vendrá cuando lo soliciten, lo veré luego. – Posteriormente el doctor salió seguido de la enfermera dejado a un confundido rubio dentro de la habitación con su esposa todavía dormida.

Después de unos minutos de estar recargado en una pared con la mente fuera de si, y los llantos del bebé rubio pararon el padre oxigenado se reincorporo y tomando un semblante serio saco su celular de su bolsillo y llamo a quien sabe quién.