I. Boreal

409 22 4
                                    


Oscuridad.


Profunda, interminable y densa.


Las sombras recorriendo cada extremidad de su cuerpo, como lenguatajos dolorosos haciendo pie a lo nebuloso de su mente. El silencio mismo aplastante.


Solamente el deslizar de su fiel amigo lo calmaba cuando su calma se esfumaba y la ansiedad eclipsaba todo su cuerpo.


La profundidad de esa cueva, los barrotes que le impedían irse a  otro sitio. Solamente podía ver luz de la luna filtrarse por la puerta una vez cada determinado tiempo.


En ese tiempo su odio y desprecio a los de su especie se intensificaba a niveles inalcanzable, por ser tan estúpidamente cobardes. Maldecía aún mas a aquellos seres que manejaban cual titeres a los de su especie.


Demonios.


Tan nauseabundos y asquerosos que ahí estaba él, madurando para ser un plato mas jugoso para aquella criatura que lo anhelaba por su mirada única.


¿Por qué no escapaba? Lo había intentado incontables veces sin éxito. No había nada que pudiera usar en esa  sucia, pequeña y ruin celda. Se había resignado hace tanto tiempo.


A la vida. A escapar. Al poder de sentir algo más que el odio comiendo sus entrañas. Él no era nada. Esperaba su muerte con ansias para dejar esta vida miserable y dejar de que la espera de la agonía lo consumiera poco a poco, martirizándolo más.


Pero el destino que había forjado se fue de sus manos aquella noche. Cuando la luz de la luna acaricio su piel pálida y enferma. Entrecerró los ojos aunque no podía ver mucho. Una voz masculina diciendo que todo estaría bien. Las puerta de aquella celda abriéndose y una voz repitiendo lo mismo una y otra vez.


— Todo estará bien.


Fue guiado sin entender a la salida pero en el fondo sabía que todo estaría bien. No comprendía por que podía afirmarlo pero momentos antes escuchó un par de gritos profanado el silencio donde su familia le rendía culto a ese demonio.


El viento acarició su piel y él miro a su alrededor intentado captar que es lo que sucedía, ya que todo estaba siendo muy rápido. La luz de la luna en lo alto, un par de sombras enfrente suyo, los árboles en la periferia. Respiró con profundidad sintiendo el aire puro entrar por sus pulmones heridos de tan poco oxigeno en esa cueva y la misma suciedad dándole tintes oscuros.


—Ese demonio esta muerto, aunque tu familia ha salido involucrada en eso. Lo siento. — Habló un hombre con el cabello amarillo y algunos mechones rojos.


—Ellos no eran mi familia— ¿Qué familia vendía como carne fresca a su hijo ante un demonio? Ellos deberían protegerlos.


—Ven con nosotros.


Fue ahí que su visión se amplio viendo a un chico de su edad muy similar a ese hombre tras su espalda. Ellos le habían brindado una libertad que el mismo no creía merecer. Pensaba que despertaría de ese sueño en cualquier momento.


Entonces tras aquel joven de cabellera amarilla unos mechones rosados sobresalieron y unos orbes verdes lo observaron con sumo interés con tintes de curiosidad en ellos. Su piel resplandeció con la luz de la luna.


Con el animo característico de aquella chica se acercó a aquel niño que habían rescatado recién y sonrió ampliamente con fascinación mientras lo observaba a una corta distancia con total confianza, evaluando su objeto de interes.


—Que ojos mas bonitos tienes.


Iguro Obanai sintió su corazón detenerse en ese momento.


Y en ese preciso instante comprendió que esto no era un sueño.


Él no tenía la capacidad de crear semejante imagen como la que sus ojos contemplaban. Un ser tan genéticamente perfecto, que brillaba con tal incandescencia que sus ojos no deberían tener el derecho de observarla. Su piel nívea haciendo juego con ese color absurdo de cabello pero que en ella pareciera el constaste perfecto para que fuese aún más sublime. 


Era un ángel.


La chica de cabello rosado extendió su mano y sin vacilar Obanai lo tomó.


—Soy Mitsuri Karonji ¿y tú como te llamas?


No comprendí aun que sucedía. Tal vez ellos eran demonios y él estaba siendo llevado a una muerte mas dolorosa. Pero eso no le importaba en lo absoluto.


Ella resplandecía cual boreal en la oscuridad profunda de un cielo sin estrellas, en el centro ella con esos tonos peculiares iluminaba todo a su paso, generando una calidez incontenible en su pecho que creía marchito. Ella era vida, luz y esperanza.

Él iría con ella al mismísimo infierno si era necesario. Con tal de permanecer a su lado todo el tiempo que fuese posible.

.

.

.

¡Hola lectores y amantes del Obamitsu!

No he podido resistir más tiempo y he traido con ustedes este pequeño escrito de uno de mis shipps que amo con todo el alma. Son absolutamente perfectos y ante eso, merecen muchas historias. Por lo cual he creado esta colección de Oneshot. Esperemos que en un tiempo pueda traer algún long-fic. Pero por ahora tendrán que conformarse con estas historias cortas.


Boreal: Refiriéndome a que la Aurora boreal es un fenómeno atmosférico que genera un halo de luz impresionante en el cielo oscuro del hemisferio norte, iluminando todo el cielo. Esa metáfora he usado.

Volveré a tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora