1.-Mi ultimo año

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Sonó mi alarma temprano, me alistaba para el primer día de clases del tercero de bachillerato (ultimo año antes de la universidad) me levanté desganado de la cama, pues no dormí bien esa noche, aún así estuve listo unos 10 minutos antes de que el autobús llegara a mi puerta así que, por si acaso, me decidí a mirar en el espejo una última vez

Ahí estaba yo, Andrés Tobías Ledesma Argudo, un adolescente de casi 17 años de tez trigueña con una barba bastante crecida para lo promedio, 1,73 de altura y un cabello negro peinado hacia el lado izquierdo, unos ojos cafés oscuros y una contextura un poco delgada, a mis ojos siempre tuve un buen aspecto aunque por alguna razón no me iba bien con las mujeres

¿Ya pararás de mirarte al espejo?-dijo mi madre mirándome fijamente y riendo un poco

Si-le respondí-mejor esperaré afuera a que llegue el autobús

En ese momento sonó el claxon del mismo

Pues no tendrás que esperar mucho-me dijo con la misma sonrisa-anda, ten un lindo día

Gracias mamá-le dije mientras corría hacia el autobús

Ya en el autobús mire al frente y mire que, como siempre, iba medio dormida(mejor dicho, 80% dormida) mi amiga Elizabet... una amiga que tengo desde que empecé la escuela, aunque se cambió a mi colegio un año antes de iniciar el bachillerato, ¿que como es eso? Larga historia

Su nombre era Elizabet Catalina Leon Vega, ella tenía 1,65 de altura como mucho, tenía buen cuerpo aunque no destacaba demasiado en ese aspecto, era muy blanca y con unos ojos cafés casi amarillos que brillaban en los amaneceres, Unos labios muy rojos y un cabello pelirrojo solo resaltaba su apariencia de "doncella de otoño"

¿Otra vez en el mundo de los sueños, liz?-le dije viendo que quería cerrar los ojos

Tú cállate, que tú te metes 3 litros de cafeína al día para estar despierto-me dijo con cara de sueño y una sonrisa

Nada que 3 litros, solo una taza de té en polvo-le respondí, ella rio volvió a tratar de cerrar los ojos, pero el autobús pasó por un bache y la hizo saltar

El mundo no quiere verte dormida-le respondí-quiere a su amanecer bien despierto

Siempre me dices así-decía volviendo a sacar esa sonrisa brillante de dentadura perfecta-vas con eso desde que somos niños, ya cánsate

Oye, los ojos y el cabello son exactos los colores del Alba-le respondí riendo un poco

Pero ella permaneció callada, se sonrojó y se sentó derecha, pero cuando iba a cerrar los ojos nuevamente el autobús pasa por un bache que lo hace sacudirse, ella se despierta de golpe y no pude hacer más que reír

Bien, creo que, como dices, el mundo no me quiere dormida esta mañana-me respondió tratando de desviar el tema-así que tocará abrir los ojos

Ya era hora de que empezara el otoño-dije riendo

Ay Cállate-dijo ella riendo y dándome un leve empujón en el pecho

era nostálgico reír con ella de esa forma, y hacía que me preocupara más por que este era el último año que pasaría en el colegio.
Después de reírnos un poco seguimos hablando de temas sin importancia hasta llegar al colegio

¿Qué tal te fue investigando las palabras del libro?-me preguntó en la puerta del autobús mientras se bajaba

Disculpa, ¿que?-le respondí

Otra vez no te acordaste, ¿verdad?-me dijo sonriendo-tenías que buscar la definición y dos sinónimos de las palabras que el profe nos hizo subrayar del libro de lectura

El escritor de las cuatro noviasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora