Jessica Dumas.Me encontraba corriendo por la arena, mis piernas estaban llenas de ellas, mientras el rocío del agua caía en mi rostro y el mar cantaba mi nombre... me sentía jodidamente viva.
Pero, se hacía tarde así que tuve que volver a casa. Mi vida era de sueño simple pero hermosa vivía a la costa del mar, desde que tengo memoria siempre he estado aquí con mi familia y no me molesta es encantador. Tal vez no era una adolescente normal por no haber asistido a clases o tener un amor pero eso es lo de menos, la educación me la dieron mis padres y de hecho era muy inteligente para mi edad o bueno eso me decían. Al contrario de a mi mi hermana Amy ya había tenido su primer y único amor Edgar Tones era un chico algo ingenuo pero a mi hermana le fascinaba así que yo no podía juzgar, ¿o sí?.
Mi hermana conoció a Edgar en un viaje a la ciudad y desde ahí se enamoraron, lo llamaron "amor a primera vista", ¿no es hermoso?, toda mi corta vida he planeado que me suceda algo así de película como conocernos en el mar y de vez en cuando tener citas, salir a ver las estrellas juntos toda la noche, hablar de nuestras aspiraciones y en medio de la noche tener nuestro primer beso y que sea amor de verdad, es mucho pedir, ¿cierto? igual no me debería preocupar tanto por ello es decir soy joven aun tengo una vida por delante el amor vendrá después.
Mi pasatiempo favorito era leer libros, leí mi primer libro a los 4 años y es por eso que tengo una mente e imaginación tan amplia, siempre he querido un amor verdadero, un amor que no duela pero las mejores historias de amor son las no correspondidas así que no me molestaría tener cualquiera de las dos, pero no se si dolería mucho, ya saben, un corazón roto. Los libros lo pintan como si fuera tan malo como una muerte ¿y es así? No tengo ni idea, mi mamá y papá están juntos y es verdad tienen problemas pero nunca algo malo así que no podría saber, me tocaba averiguarlo...
Decidí que tendría que salir un poco ya que tenía que encontrar por lo menos a alguien en este lugar que supiera que es tener un corazón roto así que sin pedir permiso a mi mamá salí, igual ya era costumbre hacer eso.
- Parece que tienes prisa, ¿a donde vas? -. Dijo mi hermana Amy con una cara muy extraña como si me fuera a delatar o fuera un pecado salir.
- P- pues solo iba a tomar aire un rato, ¿esta mal? -. Dije con un poco de miedo.
- Jajaja, no cariño sal, solo estaba bromeando solo no te vayas tan lejos -. Mi hermana era una bromista pésima, pero aún así la amaba.
Salí ya sin preocupaciones y estuve caminando junto a la orilla del mar y ya me había alejado mucho de mi casa, pero vi algo extraño, vi unas pequeñas luces muy llamativas como en un barco que estaba por parar en un lugar al que casi llegaba sin pensarlo corrí, pero ahora que lo pienso que estúpida pudo haberme pasado algo y yo yendo, parece que no soy tan lista.
Vi como gente empezó a bajar del barco y eran hombres, sentí que justo ahora iba a tener la respuesta a mi pregunta hasta que vi bajar a aquel chico.
Era tan apuesto alto, ojos azules, pelo negro y un par de hoyuelos en sus mejillas tan sonrojadas tan irreal, me quede embobada un par de minutos, los mejores minutos de mi vida.
- Disculpa señorita, ¿en que puedo ayudarla? - dijo un señor que se encontraba alado mío, y así es como se fueron los mejores 5 minutos de mi vida.
Entre en pánico, no sabía si preguntar por el amor o por el que sería mi primer amor.
- Uhm, lo lamento pero podría decirme como se llama aquel chico el de ojos azules, es que creo que lo conozco -. Yo mintiendo desde que nací pero que más podía decir, ¿que me enamore en un minuto?.
- Ah, si se llama Edward Walton, tiene 18 años, ¿de donde lo conoce señorita?.
- Ah, no recuerdo pero gracias por la información -. No puede ser, Edward Walton su nombre también era irreal, sonaba tan lindo lo único que pude pensar era en cómo serían nuestros apellidos juntos y lo sé soy algo tonta.
- Sí no se preocupe señorita -. Dijo el señor añadiendo. - Ah, y olvide decirle, esta soltero -. Dijo el señor guiñando el ojo.
Ahí supe que tenía que hacer algo y no, no era mi pregunta ya que olvide todo lo que iba a hacer por un maldito chico, que para finalizar ya lo había perdido de vista pero bueno al menos sabía su nombre, es mejor que nada, ¿verdad?.
Tuve que volver a casa ya casi eran las 12:00 A.M., mi madre se preguntaría por mi, pero justo en el camino me encontré a Eduard encendiendo un cigarrillo, no puedo explicar lo que sentí pero lo único que se es que me puse más roja que un tomate, no sabía que hacer, evitarlo o pasar y ya, pero era tarde y tenía que llegar si o si.
Ya pasando junto él, escuché una voz tan armoniosa y fuerte pero no de esas roncas y feas, esta era encantadora.- Oye tu, pequitas, ¿Cómo te llamas? -. Voltee para ver quién era y no era ni más ni menos que Eduard. - No quiero sonar como un acosador o algo así jaja, si te molesto mi pregunta o mi presencia puedes irte, solo que te vi allá en la parada y me pareciste linda.
Yo entrando en pánico lo único que pude pensar fue en actuar normal y sería.- No, no es una molestia, me llamo Jessica, Jessica Dumas.
-Un placer Jessica, me llamo Edward Walton -. Dijo estrechando su mano con la mía y sonriéndome.- Creo que te veré luego, ¿no?.
- ¿Por qué lo dices?.
- Es que se ve que tienes prisa, así que supongo que debes irte, por eso digo, ¿nos veremos luego o hasta que las olas se acaben?.- dijo Eduard.
- Nos veremos luego lo prometo.- dije sonriéndole.
- ¿Qué te parece mañana a las 8:00 P.M.?, estaría bien, ¿no?.
-Si estaría increíble -. Dije muy emocionada sonriéndole.- Nos vemos mañana Eduard.
Edward solo me señalo diciendo adiós y así fue como seguí con mi camino a casa, llegando a casa lo primero que hice fue acostarme en mi cama y pensar en lo emocionada que estaba es decir como es que fue tan fácil, mañana tendré una cita con un chico de fantasía, ¿y si me besa? Que haré, no se besar, creo que tendría que improvisar, pero que se hacen en las citas, de hecho ¿esto es una cita?, creo que mejor debo dormir y mañana en cargarme de todo.
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𝓒𝓾𝓪𝓷𝓭𝓸 𝓵𝓪𝓼 𝓸𝓵𝓪𝓼 𝓼𝓮 𝓪𝓬𝓪𝓫𝓮𝓷.
Romance𝓒𝓾𝓪𝓷𝓭𝓸 𝓵𝓪𝓼 𝓸𝓵𝓪𝓼 𝓼𝓮 𝓪𝓬𝓪𝓫𝓮𝓷. Es una historia de amor Jessica vive en la orilla del mar disfruta cada día de su vida con su familia pero un marinero llamado Eduard le enseña a amar.