Mi Luna

Una familia especial

Mientras que la mayoría de familias en la manada se llevaban bien entre ellos y compartían sus días y noches juntos, había otra unos pares de metros más apartada de la comunidad, esa era la familia de Tamara.
Cuando llegaron hace dos meses atrás no pensaron que les acogería en su manada el alpha, pero tuvieron la suerte de que justo fuese el nuevo alpha quien estuviera al mando, un chico joven con ideas nuevas y la mente más abierta, pero que aún carecía de experiencia, por esto mismo se les permitió quedarse en una linda casita con paredes amarillas y techo de tejas rojo, pero por más lindo que eso fuera, y por más similitud tuviera su casa con las demás que variaban de blanco a amarillo o verde claro; estaban alejados a pedido especial del antiguo alpha y eso no hacía más que generar rechazo hacia ellos por parte de la manada, la cual se encontraba repentinamente dividida entre quienes creían que el anterior alpha no debería haberle pasado el cargo a su hijo desde tan joven, y quienes apoyaban al chico con respeto y cariño.
En la manada la mayoría había visto crecer de cerca al pequeño Eric, desde que nació fue un lobo inquieto, se la pasaba recorriendo la manada y jugando con todos con quien pudiera, un ñinito amistoso y simpático el cual siempre compraba a la gente con su sonrisa, por eso cuando creció el obtuvo el apoyo de aquellos amigos que hizo desde pequeño pero también le juzgaron duro muchos otros porque al haberlo visto crecer cada quien tenía sus opiniones y muchas de ellas caían en cuenta de que el podía a veces ser demasiado indulgente y no tomar precauciones.

Eric~°•

-Sabes Mat a veces sueño que la encuentro y somos felices juntos, pero luego despierto y veo vacío el otro lado de mi cama recordándome lo difícil que es seguir sin ella-. Su Beta lo observa calladamente ante tal confesión y lo único que le sale hacer es abrazar a su amigo...