Capitulo 1

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"¡Hey! Detente!" León extendió la mano, tratando de agarrar el brazo del hombre que pasaba corriendo junto a él. Tropezó cuando el hombre simplemente se soltó de su agarre, corriendo calle abajo. Leon gritó mientras perdía el equilibrio, golpeando la calle y raspando sus palmas. Maldijo su mala suerte, inspeccionando los daños. Los rasguños le picaron un poco, pero apenas fueron lo suficientemente graves como para estorbarlo.

"Hey! Hey!" Una voz lo sobresaltó y volteo. Un hombre con un chaleco táctico corría hacia él, con el rifle apuntando por encima de la cabeza de Leon.

"Qu-" Leon se dio la vuelta, finalmente notando que un zombie corría hacia él. Luchó por gatear hacia atrás, con las manos ardiéndole por los rasguños. El zombie gruñó, una larga hebra de baba balanceándose de su labio. Justo cuando se tambaleó hacia adelante, se escucharon disparos y la cabeza del zombie se abrió. Cayó en un golpe sordo, la cabeza aterrizó apenas por debajo del regazo de Leon. Lo miró horrorizado, incapaz de moverse. Las cosas iban de mal en peor. Nunca debió haber bajado la guardia. Si seguía distrayéndose, nunca llegaría a la estación.

"Hey, ¿estás bien?" El atractivo hombre se arrodilló y tocó el hombro de Leon.

"S-Sí, estoy bien." Asintió automáticamente, empujando el cadáver lejos de él.

"Tranquilo." Unas fuertes manos lo agarraron por el brazo y lo pusieron de pie. "Soy Carlos". Leon parpadeo mientras sentía el tacto del hombre sacudiendo el polvo de su chaqueta.

"Leon... Leon Kennedy." Se presentó. Carlos le sonrió, examinándolo de arriba abajo. Casi parecía como si estuviera mirando a su damisela en apuros, pero Leon ignoró ese pensamiento.

"Vamos... alguien tan bonito como tú no debería estar bajo la lluvia. Podrías enfermarte". Carlos bromeó. Hizo un gesto con la barbilla, el pelo castaño desgreñado se balanceaba con el movimiento. "Tengo un grupo de supervivientes escondidos en la estación del metro, esperando que las vías se enciendan. Allí estarás a salvo".

"Yo- estoy tratando de llegar a la estación de policía, le prometí a mi amiga que la encontraría allí". Leon explicó. Siguió a Carlos calle abajo, agachándose por debajo de una cortina de acero.

"¿La estación de policía? Parece una mala idea, he oído que hay muchos infectados allí". Carlos le lanzó una mirada.

"Yo ... soy policía. Tengo que ir".

"Huh." Carlos resopló. "No sabia que los reclutaban tan jóvenes, dime ... ¿eres lo suficientemente mayor para beber?"

"¡Q-sí! ¡Cumplí 21 hace unos meses!" Leon frunció el ceño. Sabía que tenía un caso grave de cara de bebé, pero Dios...

"En serio..." Carlos le sonrió y lo guió por un tramo de escaleras. "Así que policía... ¿eh?"

"Es mi primer día". Leon admitió. Casi choca con Carlos, dando pasos hacia atrás en estado de shock. El hombre se había detenido, volteando para mirarlo.

"¿Primer día? Mierda... lo siento." Sacudió la cabeza antes de seguir adelante. "Esta no es la fiesta de bienvenida que deberías haber tenido".

"Bueno..." Leon se frotó el brazo. "Si... supongo."

"Por el lado positivo, ahora tienes el regalo de bienvenida de Carlos".

Leon rió. Agachó la cabeza, ocultando su sonrisa. Un tirón en su codo lo llevó hasta un vagón del metro, y abordó, viendo a un hombre mayor sentado en uno de los bancos.

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