—¿Porque discutían? —Minho suspiro y desvío la mirada, miré mis manos, empecé a jugar con ellas—. Entiendo...
Hace rato desperté y los chicos estaban discutiendo, algo que me pareció extraño y me asustó, así que simplemente me fui de largo a la cocina a preparar mi cereal. Rato después deje de oír la voz de los chicos y unas tres puertas cerrarse, dos habitaciones y la puerta principal, Jeongin entró a la cocina sorprendiéndose por mi presencia luego llamo a Minho.
La verdad es que no se porque peleaban o discutían, llegué a oír cosas pero no les encontraba coherencia o sentido, tal vez porque no las encajaba bien o escuché mal.
—Lo siento —levanté la vista al sentir el suave beso que dejaba Minho en mi mano.
—No te preocupes, estoy bien —sonreí a medias volviendo a ver mis manos pero esta vez estaba una de las de Minho. Me puse a compararla con la mía—. ¿Quieres contarme o... Mejor te subo el animo?
—Te cuento y, luego me dices cosas bonitas ¿sí? —asentí, él dejo un rápido beso en mi mejilla y se sentó a mi lado—. Creó que nos están sobre explotando en el trabajo, además Seungmin y Hyunjin están concentrados en la universidad al que Jeongin, por eso no nos ayudan mucho y es como una carga mas.
—Sabes que primero esta la salud de los chicos y luego la escuela.
—Lo se, por lo mismo, lo otro es que Chan y yo estamos bastante estresados, el trabajo nos tiene a tope últimamente —suspiró.
—Nunca me has dicho en que trabajas —entrelace nuestras manos.
—Profesor de baile —lo miré con una sonrisa al igual que él a mi—. Doy clases los martes, jueves y sábado, por eso desaparezco todo el día.
—Ahora todo tiene sentido, eso es genial, increíble de hecho me lo imaginaba de Hyunjin pero no de ti, que orgullo —lo abrace.
—Gracias linda. Lo que ocurre es que el curso entró a una competencia contra una academia, y rayos esos chicos les falta mucha práctica —rió—. Ahora me toca ir todos los días, menos los fines de semana al curso.
—Entiendo, pero si sabías que les falta práctica ¿porque se inscribiendo? —indagué.
—No los inscribí yo, los inscribió el director —lloriqueo infantilmente.
—Y me dices a mi infantil —reí por su mala cara—. Ya, sabes que es en juego.
—Sabes queesenjuego—me imitó ridículamente haciéndome reír más—. Eres un caso linda.
—El caso aquí eres tu —negué con la cabeza aún riendo—. Pregunta, Changbin y Jisung ¿son vagos? Tipo ¿viven de nosotros? Porque se que Felix trabajo en la pastelería de sus padres y eso.
—Obvio no, ¿piensas que los voy a dejar ser vagos? Los mando a vivir debajo de un puente —sonrió de lado—. Ambos trabajan con Chan produciendo y esas cosas.
—Soy la única vaga que vive de ustedes, que bueno —recoste mi cabeza en su hombro.
—Claro que no, tu trabajo es cuidar a los gatos, y te pago con mucho amor, eso debe bastarte —paso su brazo por mi hombro. Se siente tan lindo—. Aunque deberías tener cuidado con Lee Know, creó que se van adueñar de él.
—Por eso optaba por nunca dárselo de juguete.
—¿Chicos? —levanté mi cabeza y ambos volteamos a ver a Félix que recién entraba en la cocina—. ¿Porque...?
—Me esta dando apoyo moral —el de pecas nos miró un tanto desconfiado—. Sabes que lo necesitó.
—En realidad —ladeó la cabeza, y luego me miró a mi—. ¿Desde cuando estas aquí? Entre hace rato en la habitación y no estabas ahí.
—Bueno... Desde hace media hora en realidad —Felix hizo una mueca—. Sí escuche como maldecias, primera vez y, ya quedo grabado en mi mente.
—No repitas nada de eso, ¿ok? No quiero que Chan me mate.
—Repite todo lo que recuerdes en voz baja, Chan tiene súper oído, quiero ver bardo —me susurró Minho al oído.
—Ay no seas malo —dije riendo.
—¿Sucede algo? —nos miró de nuevo.
—Nada, ahora chico galletas tu busca para hacer galletas porque se me antojaron, y entre mas ayuda más rápido salen —respondió Minho.
—En realidad no es el mismo proc-
—¡Que lo hagas esclavo!
—¿Desde cuando soy tu esclavo?
—Desde ahora y si no quieres a un Minho enojado que te hará tragar papel como con Hyunjin y una Kimi triste sin galletas, muevete —me crucé de brazos haciendo un puchero para intentar convencer a Felix.
—Bueno por mi bien propio lo haré —se dirigió a la alacena.
—Poder de pareja chocalas —dijo en voz baja, lo hicimos y luego entrelazó su mano con la mía por debajo de la mesa.
¿Se lo podremos algún día decir a los chicos? Bueno a Félix y a Chris, descubranlo en el próximo capítulo de las chicas súper–
—¿Porque hablas en voz alta esas cosas? —miré a Félix y luego a Minho quien se estaba riendo—. Deberías dejar de ver televisión.
—Callate Yongbok.
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