Mi nombre es Victor Nikoforov y puedo hablar con los no vivos.
Hoy conocí Mari Katsuki quien murió colgada en la madrugada del lunes diez de septiembre 2018.
Fui llamado al rededor de las 3:00 am y por supuesto ni ami a Makkachin mi adorado compañero canino se nos antojaba salir le las tibias cobijas con el clima de menos quince grados de San Petersburgo, pero siempre que me llaman para homicidios la culpa me pega duro ya que solo imaginar el estado en el que se pudiera encontrar el espíritu de la víctima, me dejaba sin ganas de volver a dormir.
Georgi Polvoski el policía encargado del caso ya tenía un café desabrido en mano en cuanto arribamos a la escena del crimen, me lo entregó al momento y solo hizo una leve inclinación de cabeza en forma de saludo. El se encontraba esa noche en la estación por no que no era raro que estuviese trabajando con los peritos en el departamento de la víctima.
Fue directo al grano como siempre que le tocaba trabajar conmigo en algún caso. - Mari Katsuki, mujer asiática, 22 años, soltera, trabajaba en su tesis como estudiante de intercambio en la universidad de San Petersburgo.- espero a ver que le diera un trago al café instantáneo y continuo- intentaron hacer parecer suicidio, pero es obvio que fallaron aparatosamente o bien su intención era crear falsas pistas y crear confusión.
Alce una ceja en desconcierto- Tiene marcas de ataduras en tobillo y muñecas así como un golpe en el lado frontal izquierdo, hay demasiados francos de medicamento controlados en su baño como para pensar que era una drogadicta e incluso tiene marcas de jeringas sin cicatrizar en antebrazos.- terminó finalmente.
Tanto él como yo sabíamos que toda esa información solo me serviria para hacerme una idea general ya que yo jamás me presentaba cuando los cuerpos aún estaban en la escena.
-Muy bien, esperemos que aun esté dentro- dije intentando sonar tranquilo y dando el último sorbo a la amarga bebida, sabía por experiencia que algunos no vivos tenían la costumbre de abandonar el lugar aterrados cuando veían su cuerpos sin vida frente ellos.
-Victor una cosa más - moví la cabeza para indicarle que continuara- era madre de un cachorro de no más de 6 meses, el bebe no estaba cuando llegamos y no hay rastro o aroma de él en el departamento, pero todo lo del bebe está intacto.
Le sonreí tristemente al escuchar eso con el frío congelando nuestros rostro y procedí a entrar en el edificio con las uñitas de Makkachin sonando en la alfombra que cubría el piso.
Tal como estaban las cosas había más de una opción, el padre de la criatura mató a la madre y se lo llevó o bien la madre lo escondió para que el asesino no se lo encontrara o bien la madre le hizo algo terrible con el bebe y el alfa la asesinó.
Ninguna sonaba bien y siendo justos podrían no ser ninguna de ellas, yo no era detective era un asesor paranormal y solo hacía conjeturas, con los datos de otros asesinatos o casos parecidos con los que me había encontrado en el pasado.
Yo solo esperaba que Mari Katsuki, estuviera presente y dispuesta a darme respuestas.
En ocasiones los no vivos, ni siquiera son conscientes de que ya no forman parte del plano físico, algunos como los niños se muestran tan aterrados que se encogen en las esquinas...otros el contrario son bastante agresivos y lo primero que hacen es escupir blasfemias e intentar tirar golpes.
No siempre es fácil interactuar o hablar con ellos…
Pero Mari Katsuki era distinta desde el primer momento en que la sentí, la policía ya había acordonado el pasillo y empezado a interrogar a los vecinos pero ella ni se había escondido ni se mostró asustada y aún mejor no intentó agredirme.
Permaneció parada congelada entre el ir y venir de los policías que hacían sus labores, detenida de pie aún costado de la cuna la cual veía con tristeza.
Parecía haberse dado cuenta que nadie la veía y la escuchaba ya que no hacía intento de comunicarse con nadie.
MI compañero perruno ladro una vez y corrió a olfatear alrededor de ella y la cuna.
Eso la hizo voltear en mi dirección ocasionando que nuestras miradas se encontraran.
Mari Katsuki podría haber muerto, pero su mirada que hasta hace un momento parecía completamente cargada de tristeza cambió a una llena vida.
Supuse que me pediría algo, pero en lugar de abrir la boca y hablar, empezó a hacer señas con las manos que aunque no pudiera saber su significado, reconocí como lenguaje de señas.
Fin capítulo uno: El Fantasma Del Mari Katsuki.
