Como todo hijo de vecino, Tsuna escuchó aquellas sabias palabras que su madre le dijo una vez cuando de forma milagrosa se enfadó con su padre, "Tsu-kun, nunca tengas las cosas malas de tu padre, que se te pegue lo bueno", en ese momento el pequeño de ocho años sólo se cuestionó que cosas buenas tendría su padre sin darle mucha importancia aquella frase de madre.
Aunque, años después se encontraba en su oficina como siempre, miraba empanado a uno de los informes mientras recordaba eso. Como toda sabiduría de madre, Nana había demostrado que tenía razón de sobra. El seguía siendo aquel chiquillo amable y cariñoso con todos, un aura angelical siempre estaba a su alrededor, pero si ese llegaba a enfadar, podía ser el mismísimo diablo, y en esos momentos era cuando todo el mundo veía las manías que se le había pegado de su tutor, el cual reconoció que era como un padre para él en un cena familiar donde se le pudo ver avergonzado y al hitman sonriendo con orgullo, y un poco mucho de burla al otro padre rubio.
El tiempo pasaba a su ritmo y el castaño dejaba claro por que del no meterse con él, las manías sádicas de su querido tutor salían a flote cuando atentabas demasiado con su gran calma.
Guardianes
Un castaños se levantaba con cuidado de su inmensa cama, y por mucho que esta esté calentita y le seducia para que volviera ahí dentro tuvo que vestirse con aquellas ropas elegantes y costosas. Sin más se miró al espejo, una diminuta sonrisita se asomó en su rostro, pensaba en como hubiera sido su vida si Reborn no hubiera estado en ella y como gracias a él se convirtió en un confiable jefe y amigo. Ahora que lo piensa, si se detenía por más tiempo estaba seguro que mínimo Gokudera armaría un gran alboroto.
Suspiró un poco saliendo del lugar con cuidado, su intuición lo estaba comenzando al mosquear de sobre manera, seguramente algo que ver con sus queridos guardianes y sus "tranquilos" despertares. Se había pasado parte de la noche haciendo su odiado papeleo, sin duda lo que más necesitaba el joven capo era una maña relajada, cosa imposible para sus queridos amigos que se empeñaban en armar guerras en el mismísimo desayuno, más bien en todo lo que hacían juntos.
Llegó delante de aquella grande puerta con cierta pesadez, la observó como si fuera lo más interesante del mundo por unos pocos segundos. A decir verdad, podía escuchar toda clase de peleas al otro lado y su nivel de cansancio se disparaba hasta los cielos. Suspiró otra vez en un afanado intento de traer paz, calma y armonía a su ser, claramente para que no le afectase su salud mental, la cual se puso muchas veces en prueba desde que el sicario entró a su vida. Sin prisas pero sin pausas abrió con cuidado la puerta, viendo por desgracia aquella cotidiana escena de platos volando, sus guardianes en distintos tipos de peleas, ha excepción de la única chica del grupo y de su lluvia, algunas comidas desperdiciadas por el suelo... lo normal en aquella mansión. Con una cara de fastidio absoluta caminó para sentarse entre los más tranquilos del lugar. Su ceja comenzaba a moverse con la misma intensidad que las discutas de sus amigos.
Con cuidado se levantó de la elegante silla y miró a las personas que estaban causando aquel tremendo desastre. Por parte de los dos que estaban a ambos lados sólo pudieron dar el pésame a los otros, la pena se agrandó cuando sintieron un aura oscura por parte de su jefe. Sólo eso fue capaz de hacer que los demás se detuvieran, mirando hasta el chico que les observaba con aquella típica hermosa sonrisa que se estaba tornando cada vez más fría, incluso Hibari estaba temblando un poco ante aquello. ─── Parece que voy a tener una colección de estatuas en el salón nuevo, ¿No Takeshi?~ ─── su amigo sólo pudo mirar sin poder responder, bueno, asintió un poco por el miedo. ─── después, esas lindas estatuas pagarán de su bolsillo para arreglar el lugar y harán tooooooodo~ el papeleo.─── dicho eso, la sala se podía apreciar los que habían sido congelados. Se levantó en compañía de los dos guardianes restantes mientras parte del servicio llevaba la comida sobrante al otro salón.
ESTÁS LEYENDO
Manías [KHR one shot]
FanfictionTodo el mundo sabía que tsuna seguía siendo el mismo niño amable y cariñoso, pero sin duda cuando se enfadada podían ver como se le habían pegado las manías de su tutor. _________ • Un pequeño fanfic de Tsuna en el futuro. · La maldición de los...