Renacer. -04

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Realidad. 

......


Lena Briand.

   El dolor se hacía cada vez más presente, en conjunto con mi consciencia, lo que me hacía sentir aturdida, aun no lograba sentir mis piernas, o mis brazos, pero podía comenzar a sentir mis oídos destapándose, o mi nariz inhalando.

A lo lejos lograba escuchar leves murmullos, algo de ruido y cuanto más presente se hacían, mas lejos de ellos quería estar.

Una punzada en mi pecho me hizo jadear, provocando que abra mis ojos, la luz que estaba directo a mi rostro me impidió permanecer así por mucho tiempo, ya que era doloroso.

La sensación de un millón de agujas clavándose por mi cuerpo se hacía cada vez más real, provocándome una molestia indescriptible, al intentar mover la cabeza hacia un costado sentí un gran dolor en ella, por lo que me quedé quieta.

Traté de tragar saliva, pero mi boca estaba totalmente seca, y dolía más que nada.

No entendía que estaba pasando y los recuerdos simplemente parecían no aparecer, mi cabeza estaba en blanco.

Volví a intentar abrir los ojos, teniendo un poco más de éxito en este caso sin embargo, noté que mi vista estaba nublada y tenía los ojos tan secos que era incapaz de mantenerlos abiertos.

Sentí como mi boca era abierta, y un líquido era introducido por ella, aliviando la sequedad que había en ella, permitiéndome salivar.

Empezaba a sentir hormigueos en las puntas de los dedos y por instinto moví la mano, en un intento de que se vaya.

Volví a intentar abrir los ojos, ya que aún desconocía donde era que me encontraba o si estaba en peligro.

Esta vez lo logré, y lo borroso había disminuido.

Lo primero que vi fue el rostro de un hombre de unos treinta tantos, lucia algo agotado, y pude ver la preocupación instalada en su mirada, por la túnica que llevaba asumí que era un doctor, por lo que me relajé.

No era alguien que conociera, sus rasgos no me sonaban de absolutamente nada.

Mi cabeza dolió un poco y tuve que cerrar los ojos nuevamente por la sensación.

No entendía que hacía en un hospital, o porqué estaba tan mal mi cuerpo que incluso el abrir los ojos ejercía un gran esfuerzo en mí.

Los recuerdos me transportaron al último día, mi cumpleaños, el día había empezado bien, luego recuerdo tener una misión, y estar muy ansiosa por ella.

Como si una cámara rápida fuera, mi mente me llevó a la imagen de Jack parado frente a mí, con mucha sangre en su camisa, y luciendo totalmente desesperado.

Llevé mi mano a mi cabeza, tratando de aliviar aquel dolor que me estaba punzando.

Ahí recordé, me habían disparado.

Pero ¿por qué seguía viva?

Abrí los ojos con el ceño fruncido, buscando a alguien que conociera.

Moví mi cabeza un poco, permitiéndome ver más allá del doctor.

Había un vidrio grande, cubriendo toda la pared.

Y detrás de él, el mismísimo Jack Conway.

Estaba con los brazos cruzados, con su clásica camisa blanca, y corbata.

La nueva vida. - SpainRp.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora