Estaba con mi hermana escuchando atentamente lo que decía mi padre, era una noche lluviosa así que no tenia nada mejor que hacer. -Les voy a contar una historia sobre un hombre que su única compañía era un perro- dijo mientras ponía una atmósfera más oscura
No estaba muy interesado en escucharlo, pero Luna si. -Hacia 20 años que él habitaba en un pequeño pueblo de poca población, casi nunca salia de su hogar, solo lo hacía para jugar con la única compañía que tenía, su perro, eran muy felices, hasta un fatídico día en el cual; salieron al final de un verano, en el crepúsculo; mientras estaban en mitad de sus lanzamientos algo desafortunado le ocurrió al perro.
El hombre lanzo tan fuerte la bola que quedo al borde de un risco inclinado, el perro ingenuamente la siguió, afortunadamente no cayo, o eso pensó, de pronto un trozo del suelo se desplomo, haciendo caer al perro por el risco; al llegar al suelo el perro, el hombre angustiado corrió para salvarlo, pero era demasiado tarde, al llegar a donde su mejor amigo lo tomó en sus brazos mientras lloraba; el perro con su ultimo esfuerzo solo le lamió la mejilla como su despedida.
-Por que!- Comenzó a gritar una y otra vez, cada vez mas fuerte...
Pasaron los días y el hombre tras perder a su única compañía empezó a perder poco a poco la cordura hasta que termino cayendo en la locura, tomó de una repisa un hacha vieja y un saco que tenía colgado; el hombre bajaba cada noche al pueblo, secuestrando a los habitantes, llevándolos en su saco para asesinarlos en su casa; día tras día llenaba más y más su casa con los cadáveres de gente inocente, lo que le empezó a molestar, por lo que tomó una pala y comenzó a cavar un pozo detrás de su casa, que terminaría siendo la morgue en la que pondría los cadáveres; colocó un pedestal en el centro de la sala, en el que puso a su perro...
-Papá me estoy aburriendo- Le dije mientras bostezaba
-Descuida, ya viene la parte interesante- Dijo papá sonriente
-El hombre después de acabar con toda la gente del pueblo no tuvo más cosas con las que hacerse feliz, por lo que decidió terminar de una vez para poder estar con su perro o eso era lo que él pensaba, se clavó su hacha en el pecho, mientras reía fue retrocediendo hasta caer en su morgue aún abierta.
-Nadie sale con vida- Dijo el hombre con su último aliento, desde ese día y por sus múltiples asesinatos fue condenado a vagar por toda la eternidad sin poder ver de nuevo a su mejor amigo.
-Y así termina la historia- Dijo papá somnoliento.
Los días pasaron, al parecer Luna no era tan valiente como ella creía y cada noche se iba a dormir con mis padres por miedo de el hombre.
Íbamos de visita a un pequeño pueblo en el que vivían nuestro abuelo, pues se había enfermado y tenían que hacerle compañía; llegamos al pueblo y observamos los alrededores, parecía muy solitario, no había nada extraño, excepto una vieja casa sobre una colina; comenzó a nublarse, por lo que nuestros padres fueron a la casa de nuestro abuelo para preparar nuestras camas y dormir, empezó a llover y también apareció una espesa niebla alrededor mio y de Luna estábamos desubicados y la niebla solo lo empeoró, lo único que logramos ver fue la vieja casa así que subimos la colina y entramos a la casa, rápidamente nos quedamos dormidos,al poco tiempo me desperté al sentir un olor nauseabundo proveniente de un rincón de la casa, lentamente me acerque, no podía ver nada por lo que extendí la mano, sentí algo viscoso con un liquido espeso, lo mire a contra luz de la ventana.
-O por dios!- Grite asqueado, lo que había tomado resulto ser un maldito globo ocular lleno de sangre, seguido de un rayo que me dejo ver que la casa estaba en su totalidad manchada de sangre y viseras.
-Que esta pasando?- Pregunto mi hermana adormecida
-Tenemos que salir de aquí!- Le grité angustiado
La tomé del brazo y corrí hasta la puerta, por alguna razón estaba atorada, la única opción que teníamos era salir por atrás, cerré los ojos y abrí la puerta, corrí sin mirar lo que tenía en frente, resbale y caí, cuando abrí los ojos lo único que veía era sangre y un pedestal con huesos de un animal; con algo de dificultad logre levantarme, el pozo en el que había caído estaba repleto de huesos y cuerpos humanos.
-Toma mi mano- Dijo Luna
Estaba a punto de tomar su mano cuando vi que se acercaba una silueta con algo que parecía un hacha clavada, tomó el hacha de su pecho y la levantó detrás de Luna.
-Luna detrás de ti- Le grite
Mi hermana me saco y comenzamos a correr hacia el bosque; corríamos juntos, Luna no paraba de llorar y de preguntarse donde estaban mamá y papá, se escuchaban risas a la lejanía y el llanto incontrolable de mi hermana;dejamos de correr por el agotamiento, Luna estaba desamparada y aterrada.
Las risas habían cesado y mi hermana solo lloraba.
-Quiero irme a casa Sebastien- Dijo Luna sollozando
De la nada vuelvo a escuchar las risas, se acercaba cada vez mas y mas, corrí lejos de ahí, olvidando por completo a Luna, solo tenía una cosa en la mente tengo que salir de aquí como sea, comencé a escuchar como decían mi nombre, me estaban buscando, no podrían ser mis padres, ni Luna, me sentía perdido, pero al fin pude llegar a donde el pueblo, volví a donde habíamos empezado, pero había algo diferente, un rastro de sangre que llegaba hasta la casa vieja, traté de ignorarlo pero mi curiosidad terminó ganando, el rastro terminaba en la casa, solo pude ver el rastro, de pronto me detengo al ver que algo esta goteando, levanto la mirada y veo a Luna atravesada por un hacha a la mitad de su rostro mientras chorreaba sangre y sus brazos estaban clavados en la pared,fue tan grotesco que casi vomito, pero lo retuve, no había tiempo de nada más que escapar, asustado corrí hasta el túnel del que habíamos venido, pero fue un acto estúpido, delante de mi estaba él mirándome fijamente, no me podía mover no podía hablar, no podía hacer nada, ya no podía escapar, ni pensar, quien diría que al entrar no podría salir nunca mas. -JaJaJa-.
Me desperté de golpe, todo fue una horrible pesadilla, nunca la podré olvidar, tomé una ducha y fui a desayunar, Luna estaba contenta, me alegro por ella y me alegro que no le haya pasado nada, era fin de semana por lo que no tenía clases, el tiempo paso rápido hasta que llego la noche, empezó a llover por lo que ya no podía salir, mi madre estaba haciendo chocolate caliente, y mi padre estaba acomodando la sala de estar para contar historias, yo solo veía por la ventana como caían las gotas de lluvia.
-Sebastien ven, papá esta a punto de empezar a contar historias- dijo Luna entusiasmada
Mamá llegó con 4 tazas de chocolate caliente y papá empezó a contar historias de un caballero que salvaba a una princesa de un dragón, una doncella con un hechizo, blah, blah, blah.
A la mañana siguiente nos estábamos preparando para visitar a nuestro abuelo, llegamos al pueblo, parecía casi desierto. ¿Déjá vu?.
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El Pueblo Maldito
TerrorEsta corta historia de terror trata sobre un chico y su hermana que viajaban al pueblo de sus abuelos, sin saber que lo único que encontrarían seria un pueblo fantasma y una leyenda hecha realidad