Nunca tuve una oportunidad para ser frágil.
Todo siempre ha sido sangre y guerra.Siempre he querido que la gente tuviera miedo de hacerme daño, o de hacérselo a ellos...
El dolor que corre por mis venas es indescriptible y eterno, ya no recuerdo cómo era antes de que todo se convirtiera en caos y dolor... Sólo recuerdos, sus ojos.
La alarma de las 7 sonó y los destellos del sol entraban por mi habitación. Me desperté y con ayuda de una larga ducha comencé mi día en mi nuevo instituto, dado a que era nueva, quise destacar e ir un poco más guapa de lo normal; me puse mi blusa favorita y una hermosa falda.
El instituto no tenía mucho de espacial, era público, con gente de todo tipo. Caminando por el pasillo noté que mi aura empezó a hacer su trabajo, todas las miradas clavadas en mí -sobre todo siendo la nueva- era algo normal, ya había pasado por esto miles de veces y en estos momentos no me importaba mucho.
-Hey Señorita Kuré o debería decir... ¿Ahri?- me saludó un viejo amigo a lo lejos, Dean, un chico con mucha carisma y bastante fácil de llevar.
-Dean... Este año para ti soy Ahri y nada más jajajaja, no lo digas muy en alto o nos descubrirán.- dije mientras le susurraba en el oído.
Toda la gente en el hall nos miraba, ya por nuestra imponente aura... O porque había algo mucho más grande que eso.
Nos dirigimos a las clases y al ser los dos los nuevos, debíamos presentarnos ante la clase. Primero fue Dean:
-Hola chicos, ehm, mi nombre es Dean y me gusta mucho la música y el anime, obviamente me baño.- con esa presentación pudo soltar algunas carcajadas de la clase y ganarse algún amigo y/o algún crush por su apuesta apariencia pero luego me tocó a mi.
-Hola, me llamo Ahri Kuré, seré vuestra compañera, me iréis conociendo a lo largo del año, espero poder ser vuestra amiga.- Terminé con una hermosa sonrisa que dejó en las nubes a los chicos y a las chicas observando detenidamente.
"Nada que no haya visto antes..." Nada de ellos, absolutamente nada me interesaba, sólo una persona, la busqué con la mirada por la clase y ahí estaba... Ella con su pelo corto castaño con destellos dorados y esa mirada distraída que, cuando notó que la miraba, se convirtió en dulce y curiosa.
"Ah... Pobre de mí, al fin pude encontrarte... Mi único y eterno amor."
Empezó la clase y todo fue normal, como siempre, Dean y yo sentados en el fondo escuchando algo que ya aprendimos hace miles de años. Pero desde que la vi, no podía, ni quería dejar de mirarla.
-Ahri... ¿tú no te aburres?
-¿De qué?
- De esto, de clase, todo esto ya lo aprendimos, aburre..
- Ya, pero por ella, haría lo que fuera...
-Ya, lo sé, señorita Kuré...
Terminó la clase y fui directa a saludarla. Como yo me sentaba detrás, cuando recogí todo ella ya estaba saliendo por la puerta, no quería perderla de vista así que fui corriendo.
-¡Ah! por favor para... A-andas muy rápido...- exclamé cuando llegamos a la siguiente aula.
Ella se giró y extrañada me miró de arriba a bajo. Sus ojos no podían brillar más con la luz del sol y al mirarlos detenidamente mi corazón empezó a palpitar más y más rápido.
"Hacía tanto tiempo que no veía esa sonrisa... Se nota que te eché de menos..."pensé mientras la sonreía bobamente.
-Oh, eres la chica nueva, ¿Ahri, no? Me gusta tu estilo.- reclamó con su bonita sonrisa, mientras entrabamos en la clase. - Dime, ¿qué necesitas?
- Nada sólo que... Te vi en clase y me moló tu rollo así que, como soy nueva quería preguntarte si me podías guiar estos días... No soy muy buena orientándome...- dije mientras bajaba la cabeza sonrojándome.
-Oh claro, sin problema, este instituto encima es pequeño en unos días seguro te acostumbras, quédate a mi lado de momento.- Contestó mientras entrabamos en clase juntas.
-AHHHHHRIIII- escuché gritar desde el fondo del pasillo, lo que hizo que retrocediera y confundiera a todo el mundo.
Era Dean, se durmió en clase y la clase que iba a estudiar a esa aula lo despertó.
"Mira que llega a ser gilipollas..." pensé mientras me reía de él internamente.
Yo y María nis sentamos juntas y detrás estaba Dean medio asfixiado quejándose de que no le desperté en toda la hora.
-De verdad Ahri, ¿qué tanto te costaba despertarme...? cuando me desperté iba por el quinto sueño.- dijo medio quejica Dean.
-Ya hombre ya, deja de llorar, estúpido.- contesté conteniendo la risa.
María nos miraba sonriente y con ganas de meterse en la conversación.
-Veo que para ser nuevos, os lleváis muy bien, ¿no?- dijo mientras se medio giraba para mirarnos.
-Ya, solíamos ir al mismo insti antes de mudarnos aquí, irónicamente, nuestros padres se llevan muy bien.- dije balbuceante.
Me quedé mirándola, Dean se dio cuenta y ella también obviamente, sinceramente sentía que no quería ver nada más que a ella en mi entera vida y que volverla a encontrar es un milagro para mi mísera existencia. Ella también se me quedó mirando y con una sonrisa seductora me dijo:
-¿Tengo algo en la cara? Jeje, llevas mirándome un buen rato.- Dijo con su risa maliciosa.
-No, para nada...Sólo... Que me gusta tu sonrisa- dije mientras la sonreía de vuelta.
-¿Qué tiene?- continuó mientras esa sonrisa me cautivaba aún más.
-Si te lo dijera no me creerías.- la contesté.
-Sorpréndeme...- Me susurró mientras miraba la pizarra confiada de sí misma.
Me acerqué lentamente a su oído y con mi corazón acelerado la susurré..
-Realmente no lo sé, pero si sé que los míos quieren besarte...
Sentí que el comentario era demasiado innecesario y que llevé las cosas demasiado lejos, ah, me regañaba ya a mí misma por haberla dicho eso ya que dejo de mover la pierna de los nervios y dejó de apuntar lo que el profe de lengua estaba explicando en la pizarra.
Pero todo ese malestar se fue cuando sin ni siquiera mirarme volvió a pintarse en su rostro una sonrisa coqueta y seductora, creo que le atraía la idea.
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En sus ojos.
RomanceLa busqué durante mucho tiempo, muchísimo tiempo. Y desde que te vi de nuevo, supe que no te podía dejar otra vez. No existe la casualidad, ni las coincidencias y sé que eres mi destino, ¿no es así? María.