Capítulo Único

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Iɴᴛᴇʀʀᴜᴘᴛᴏʀ Eɴsᴀɴɢʀᴇɴᴛᴀᴅᴏ
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Aquel líquido de tonalidad roja carmesí tiñó por completo las paredes blancas y el pulcro piso de aquella zona de trabajo. Aún se podía escuchar cómo aquella maquinaria trituradora seguía rechinando y aplastando lo que quedaba de lo que fue una persona trabajadora de dicho sitio.

Los gritos alarmantes de los demás obreros de la fábrica no se hicieron tardar, al igual que aprisionar al causante de aquella tragedia. Cometida por alguien quien quizá en un futuro sea digno portador de la palabra que muchos llaman homicida.

Mas el causante no era nada más que un joven chico, de apenas catorce años de edad, cuya mano se encontraba posada sobre un gran botón de color rojo; cuya clara advertencia decía que no debían tocar.

De a poco, y de forma temblorosa, el joven de ojos grises quitó su mano de aquel interruptor, sus pupilas se habían dilatado y pasó saliva; su respiración se hizo irregular. Dándose cuenta de lo que había hecho, comenzó a sudar y su cara palideció al ver lo que había provocado.

No, él no lo había hecho. No era capaz, no tenía la voluntad para hacerlo.

Negó con la cabeza, pero ya era demasiado tarde.

¿Pero él quería que eso sucediera? ¿Realmente quería…?

¿Tord…? ¿Te encuentras bien, Tord?

El joven de cuernos volvió a la tierra, tras haberse ido a su más reciente recuerdo. Su vista recorrió el lugar en donde se encontraba para poder orientarse; sólo paredes blancas, un valor que lo inquietaba. Era como un mundo sin color.

Pronto su mirar viajó al doctor, o psicólogo, que tenía en frente; era un hombre de fleco café y de ojos mieles. El mayor trataba de inspirarle paz, desde que llegó a aquel psiquiátrico, hospital, o inclusive manicomio, no paraba de mostrar signos de estrés y ansiedad. Estaba más que nervioso, sus emociones eran todo un caos.

S-Sí, todo bien, creo… —respondió el menor, bajando la mirada hacia sus palmas, estaba jugando con sus dedos—. ¿C-Cuándo volveré a casa? Quiero irme —pronunció en voz baja, y de forma tímida.

El muchacho alzó la cabeza, buscando alguna clase de aprobación por parte del mayor; su decepción fue enorme cuando este negó con la cabeza. Su agitación sólo incrementó con eso.

Todavía no te puedes ir, a parte, ¿Tienes a alguien quien pueda venirte a buscar? —interrogó aquel doctor. Por supuesto que no, él sabía que ese muchacho no tenía ningún familiar; estaba completamente solo ahora—. Cualquier cosa, debemos hacerte unos exámenes para saber tus condiciones. Eres consciente de lo que está pasando, ¿No es así?

Era claro que ese joven le había tocado ser su paciente, tomó el caso por supuesto sin ningún problema; aunque había visto algo como esto anteriormente, por alguna razón, esta vez sentía algo diferente. Obviamente, antes de ir a ver a Tord, había investigado un poco sobre su vida; pero la verdad es que casi no había nada sobre él.

Al parecer, lo que alguna vez fue su familia mantuvieron un perfil bajo. Como el hecho de que ni siquiera un historial médico sobre la conducta del joven había. Lo que tenía era muy poco, pero estaba dispuesto a realizar su trabajo como se debía.

El menor asintió algo rápido, pasando su lengua sobre sus labios. Vaya, que realmente tenía muchas formas de demostrar inquietud ese joven. En ningún momento parecía bajar un poco la guardia y mostrar signos de calma, era entendible, sabía muy bien qué estaba haciendo ahí.

•Bloody Switch• 【Tord Larsson】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora