Louis

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_¿Serás el impostor cariño?, ¿ Serás ese sucio y arrogante hombre? Lo serás Frederick?. _

La escena era preciosa, digna de la mejor de sus obras, solo por qué el era el protagonista, la sangre bajando por su cuello en líneas finas al caer de su lengua perfectamente perforada después de que su quijada haya sido cruelmente cerrada por un golpe bien producido, El éxtasis podía cortarse.

El agarre en su cuello parecía casi inhumano, prohibiendo la entrada de oxígeno haciéndole ver el ambiente en colores.

Una sensación tan parecida a las controversias que le habían perseguido en vida y habían hecho de estás una madrugada caótica de canticos suaves con sabor a nicotina y sustancias alucinógenas.

Tan adictivo...

_Ambos sabemos que mi muerte será patética, una vida más, arrebatada entre las manos sudorosas de un Vendetta mal pagado._

Louis se lo pensó unos segundos embriagado por la labia del sujeto bajo su cuerpo que podía llevar hablando al menos unas horas, tan sumamente desquiciado por su propia disciplina autoinflingida.

El hombre grande y pesado estrelló su cabeza contra el pavimento dotandole de serenidad absoluta por al menos unos segundos.

Puso el arma entre sus labios con la intención de explotarle la cabeza a la menor provocación pero el otro casi como si no entendiera el mensaje envolvió el cañón entre sus belfos húmedos y succionó los leves rastros de pólvora sobre la superficie, arrastrado por su enfermizo concepto de intimidad.

_Asqueroso mal nacido, te mataré y entonces todas tus retorcidas ideas quedaran en el olvido. ¡Todas las personas a las que engañaste serán libres sabiendo que está escoria está bajo tierra!_.

_Hazlo Lou, prueba tu ingenio, dispara y acaba con esto, quiero mis sesos decorando tus pulcras paredes.

Las lágrimas rondaban sus mejillas el alumno mataría a su maestro para por fin superarle en algo.

Puso la pistola pulida sobre la frente amplia y entonces...

_¡HAZLO DE UNA MALDITA VEZ!,¡ VUELAME LA CABEZA PEDAZO DE MIER...!_.

Y disparo...












El rubio rio

_Sabia que no te atreverías._
El cuerpo inerte descansaba sobre el pecho cubierto de finas telas_Llevatelo Rebecca y vuelve a abrir las inscripciones, necesito un nuevo sicario para la obra, uno que si pueda matarme_





La Biblia de los inadaptadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora