Mi primer recuerdo es el rostro mi madre, una joven mujer de cabello moreno y tez clara, me pareció ver a la persona más hermosa en todo el mundo. No recuerdo haberla visto sonreír, al menos no a mi. Jamás supe de donde conseguía el dinero para sobrevivir, vivíamos en una casa decente en los suburbios, solo ella y yo. Más yo, porque me dejaba sola o con la vecina muy a menudo.
La casa donde crecí era limpia, pero era limpia porque yo me enseñe a limpiarla. Fui aprendiendo a ser ordenada y a preocuparme por mi higiene personal, no era como si tuviera mucho que hacer con 8 años. La vecina que no recuerdo su nombre pasaba a verme cada dos horas para asegurarse de que estaba bien, antes me quedaba en su casa pero le escuche decirle a mi madre "ella no es mi responsabilidad" desde entonces, mi madre me deja comida lista y la televisión encendida hasta que ella vuelve.
Me tenia prohibido abrir la puerta y salir de casa sola, eso estaba bien. No tenia a donde ir.
Tenia una mejor amiga, su nombre era Julieta, le tenía mucho cariño pero también la envidiaba. Su madre siempre llegaba por ella a la escuela, siempre puntual e impecable la recibía en cuclillas para abrazarla y besarla. A veces me iba con ellas y mi madre pasaba a su casa muy tarde a recogerme.
No había un papá en la casa y jamás vi a un hombre convivir con mi madre, no sabia si ella había estado alguna vez casa o no. Un día me anime a preguntarle sobre mi padre ¿Dónde está mi papá, mamá?, mi madre me miro fulmínate.
—No vuelvas hacerme esa pregunta, Rebecca.
Jamás volví hacer esa pregunta.
Me gustaba mi vida tal cual y aunque a veces estaba triste , también a veces estaba feliz. Amaba a mi madre pues tampoco es que fuera mala conmigo, estaba segura de que tenías sus problemas, no era su culpa. En el mundo todos tienen problemas, pobres y ricos. Por lo menos eso decía la mamá de Julieta.
Mi mamá nunca me pegó ni una sola vez, sus ojos fulminadores eran suficientes.
A veces me leía, se iba más cómoda si me dejaba dormida; me gustaba mucho escuchar su voz, podría escucharla por horas sin cansarme. Su voz esta muy clara en mis recuerdos. Odiaba quedarme dormida, me resistía lo más que podía hasta que por fin cedía. Al día siguiente me enojaba conmigo misma aunque eso no duraba mucho.
Algo que también recuerdo perfectamente es que mi madre odiaba ser pobre, algo que no entendía ¿Qué tiene de malo? estábamos juntas y eso era suficiente. Al menos para mi. Le gustaba traerme ropa de "calidad", tenía algo con la calidad, con las cosas elegantes y bellas, tenía muchas joyas que la miraba usar todo el tiempo. Yo no dejaba de preguntarme de donde sacaba el dinero para comprarme ropa, para pagar la renta, la comida, para hacer lo que fuera. No recuerdo que ella mencionara un trabajo.
A veces, cuando despertaba en las mañanas estaba sola en la casa, luego había días en que ella se la pasaba todo el tiempo en la cama. Yo no sabía que le pasaba.
Me coloqué a un lado de la cama y le susurré cerca de la cara.
— Deberías de ver a un doctor, mamá — "mamá" mi palabra favorita.
—¿Un doctor?
—Si, creo que estas enferma.
Me echó una de esas miradas, no me gustaban esas miradas, era su forma de abofetearme. Vivimos así un año. Me ponía triste.
Un día, alguien llamó a la puerta, era muy poco común y siempre me mandaba a atender. Así que abrí la puerta; era un hombre, parecía amable.
—¿Está tu mamá? —preguntó.
— No —dije—. No está.
—¿Sabes cuando regresa?
Negué con la cabeza.
— Bien, dale esto —ordenó, sacó un sobre blanco de su abrigo y me lo dio, luego sacó un billete de diez dólares;— esto es para ti.
Asentí. Cuando mi madre regresó a casa le di el sobre y le dije que aquel hombre me había dado diez dólares.
—Nunca abras la puerta cuando no estoy —dijo—. Me tengo que vestir, ve a jugar al patio.
Siempre me decía eso "ve a jugar". Ese día me dejó en casa de Julieta.
Al día siguiente que fue por mi y llegamos a nuestra casa me dijo que nos iríamos a un pequeño paseo, que debía empacar mis cosas. Sonaba bastante bien para mi.
—¿A donde vamos? —pregunté en el camino.
—Te llevaré a conocer a tu papá.
Solo asentí.
Me estoy inspirando en un libro. Por favor deja tu estrellita para apoyar la historia.
:D
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Jamie Fraser-Fanfic-español
FanfictionEsta historia no tiene relación con la serie Outlander, solo tomé prestado a Jamie Fraser. Rebecca Brown, una joven que desde pequeña su vida no a sido sencilla. Jamie Fraser, un empresario reconocido. Dos vidas muy distintas.