Rojo como la sangre

165 8 1
                                    

Maldición...

Pensé que esto no pasaría...

Quien diría que ese idiota era un marica de primeras...

Incluso una mujer tendría más huevos que él para enfrentarme...

¿Donde carajos  obtuvo una pistola...?

Blegh... mi boca sabe a hierro, así ninguna chica va a querer besarme.

Mierda, Suguru-ani tenía razón, nada bueno me esperaba si seguía mi propio camino, ni siquiera pude batir mi record de vencer a 238 pendejos.

Al menos me habría gustado ver si mi hermanito nacería siendo igual de guapo que yo.

Adiós Kyo-nee.

No...

Me niego...

No quiero morir...

Si Dios no quiere que viva, entonces cruzaré el infierno hasta poder darle una paliza, para que aprenda quien es el que manda aquí.

Joder...

Ya puedo ver la luz, idiotas, la luz al final del tunel no es blanca, es roja, como la sangre.

No...

No me lleves...

N...

...

...

...

...

Eh?

¿Hay vida después de la muerte?

Ja ja ja, supongo que ese gordo olor a culo y los gringos tienen razón.

*Boing*

¿Qué coño fue eso?.

Ah, podía abrir los ojos, qué pendejo.

¡Oh!

¡Santa madre de-!

Espera, esta belleza no es natural, de seguro éstas tetas están llenas de plástico.

... ¿Podré tirármela aquí y ahora? ¿O me meteré en problemas?.

Que color de cabello tan extraño, ¿es una yankee?.

Bueno, si no se despierta puedo hacer lo que quiera ¿no?.

— Oh~, ¿ya estás así de travieso a esta hora? — Dijo la belleza pelirroja mientras sonreía al ver al chico que estaba a punto de abusar de ella.

Mierda... La cagué, maldita anaconda — Pensó mientras se alejaba un poco para enfriarse.

— Buenos días, Takamura Mamoru-kun — Dijo ella mientras se cubría un poco con las sábanas.

— Déjame adivinar, estás aquí para llevarme al infierno, pero sólo me dejaré si me muestras mis documentos de aprehensión o si me dejas fo- — No pudo terminar porque la pelirroja se adelantó al adivinar qué quería decir.

— Primero, cuando una persona te saluda debes devolver el saludo, segundo, no te voy a llevar al infierno... Por ahora —.

— Entonces es al cielo, no sabía que los ángeles eran así —.

— No soy un ángel, estás vivo Takamura-kun, puede que estés confundido, más tarde te daré los detalles, primero debemos ir a la escuela — Dijo la pelirroja levantándose dejando caer la sábana a propósito, sabía que Takamura era un pervertido de primeras, así que sería más fácil para ella tenerlo en la palma de su mano.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Sep 11, 2020 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

El hombre más fuerte del mundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora