¿Qué tan real?

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Hola.

Aquí algo nuevo, espero que les guste.

Disculpen los errores y feliz lectura.

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Otro día más para Regina Mills, otro día que tendría que dar clases a adolescentes que le hacían la existencia imposible y aguantar a su pareja pedagógica, Emma Swan. Una rubia insufrible, que lo único que hacía era cuestionar sus métodos y poner una estúpida sonrisa en su rostro.

Emma había llegado hacía un año para asistirla en sus clases, porque los superiores, consideraban que ella era muy dura con sus alumnos y sus técnicas de enseñanza no eran muy eficaces. En otras palabras, la rubia llegó para acompañar y hacer más llevaderas las clases de Historia, para los alumnos.

Por otro lado, Emma Swan, estaba muy feliz de trabajar con Regina Mills. Había escuchado de la morena, mucho antes de comenzar a trabajar con ella. Sabía que era una mujer muy estricta y dedicada, pero perfeccionista, exigía mucho más de lo sus alumnos podían dar.

En ese primer año compartido, Emma nunca había visto una sonrisa el perfecto rostro de su colega. Tampoco conocía mucho de su vida personal, ella no la soportaba y se lo hacía notar con sus comentarios y expresiones, pero a la rubia no le importaba. La mujer se había clavado en su mente y ansiaba su presencia o que algún día le sonriera.

Durante las vacaciones, la vida de ambas mujeres había cambiado. La de Regina, con su divorcio y la Emma, descubriendo a sus treinta y dos años, su homosexualidad.

Ese día se cumplía un mes desde que había iniciado el nuevo ciclo escolar y de que las profesoras, se habían vuelto a ver.

-Buenos días Regina – saludó una alegre Emma, entrando a la oficina que compartían.

-Buen día, Swan – devolvió el saludo sin quitar la vista de los papeles que estaba leyendo.

-¿Cuánto más debe pasar para que me llames por mi nombre? – preguntó la rubia.

-Cuando seas de mi agrado – respondió escuetamente y Emma soltó una carcajada sin gracia.

-Al parecer nadie es de tu agrado, Reina Malvada – habló, utilizando el apelativo que los alumnos le habían puesto.

-¿Terminaste? – preguntó alzando una ceja – Mis alumnos esperan – dijo levantándose.

-Nuestros alumnos – rebatió Emma.

Durante la clase, cuando Regina hablaba el curso estaba en completo silencio y Emma parecía una alumna más por como miraba atenta los movimientos de la morena. Para la rubia, ver una clase de Regina le parecía sublime, su voz combinada con sus expresiones y su boca, la tenía extasiada.

-Swan ¿escuchaste algo de lo que dije? – habló Regina, con expresión seria en su rostro.

-¿Qué? – murmuró saliendo de su ensueño. Al parecer se había perdido en el planeta Mills.

-Tienes que armar el próximo examen y dar tus aportes a los proyectos de los estudiantes – explicó perdiendo la paciencia.

-Claro – dijo levantándose para hacer su aporte y explicar el método de evaluación.

La mañana en la escuela pasó entre risas de Emma y sus estudiantes y miradas asesinas de Regina. Al salir de la escuela, la morena iba camino al estacionamiento y paró de repente al oír una voz que desearía no haber escuchado jamás: Kathryn Nolan.

Kathryn, ex compañera de escuela de Regina. La típica chica con el mundo a sus pies, la adorada por todos, la que humillaba a sus compañeros para resaltar y la lambiscona de los profesores.

¿Qué tan real?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora