capítulo 1

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Hace tres años lo escribí, notorios errores y falta de cohesión!

En una escuela de Tokio, el equipo revelación de Tsubasa terminaban de entrenar y se dirigían al hotel. Menos alguien, que esa era su mánager que aún tenía trabajo. Ordenar el vestuario.

— Por fin terminé, creí que nunca podría—. Se dijo para ella misma, un sonido la alertó y miro por la ventanilla del cuarto de que daba a la cancha y vio al futbolista seguir entrenando.

Tsubasa nunca se cansaba y no le importaba la sobre exigencia. Él hace unos días se había enterado de algo, que mejor, no se lo hubieran dicho. La incomodidad y nerviosismo hacia que las direcciones de las pelotas sean por todos lados, menos la portería.

— ¿Mala racha Tsubasa?

Preguntó Sanae acercándose a él y viendo todas las pelotas esparcidas.
El castaño no respondio. Seguía pateando ignorando la existencia de Sanae.

— ¿Quieres agua?— volvió a preguntar notando la indiferencia del capitán. — ¿Pasó algo?

Tsubasa freno sus tiros y la miró. Eran amigos desde el principio y eso, solamente.
El no sabía que decir, no quería que se ilusióne y tampoco se entristeciera.

— Sanae porfavor vete.

La nombrada lo miro confundido ¿No quería su presencia? Era sabido que el futbolista era reservado y tenía  preferencia en entrenar solo.

—Esta bien, si me necesitas todavía estoy ordenando—. Replicó mientras caminaba en otra dirección un poco incómoda por el trato.

— No Sanae, quiero que te vayas.

—¿Eh?— No entendía a que se refería él con que se vaya. — ¿Hice algo malo capitán?

— Nada de capitán, solo vete de Tokio.

Ella no entendía nada, perpleja y con lágrimas por desbordar lo miro desconcertada. Estaba muy desconcertada. Nunca había recibido un trato así de parte de él y eso la abrumaba demasiado.

— No te entiendo para nada Tsubasa ¿Hice algo?— volvió a preguntar abatida.

— Si, venir.

Sanae corrió hacia la puerta buscando la salida de la cancha ya con las lágrimas salidas. No podía entender el porqué de Tsubasa, el de tratarla así y decirle que se vaya.
Ella lo había querido muchísimo desde el primer momento y un sonido en su corazón dio a aclarar lo roto, pisoteado y demolido que había quedado.

Corrió tropezando con muchas personas a los cuales le daba una reverencia rápida y un disculpa apenas audible.  Llegando al hotel, doblo en una esquina antes para ir por detrás de este para que nadie la viera en esas fachas. Rezo en el tranvía para no encontrarse a nadie de sus compañeros y colegas.
Subió dos pisos, en donde estaba la cafetería buscando el dispenser para tomar agua. Agarró un vaso y tomo con desesperó. Tomo unos cuatro vasos de agua y se sento a respirar y pensar con claridad la situación.
Tsubasa la había mandado a volar pero ¿Porque?

¿Odio? Podría ser que si o podría ser que no.
¿Rechazo? Si, claramente puede ser eso.

Sanae estaba al tanto que todos sabían sus sentimientos. Sentía un poco de vergüenza pero era verdad. Amaba a Tsubasa. Había quedado flechada.
Pero ahora solo le invadía rabia, pero muchísima.

Estaba pasando por muchas emociones y la cabeza le dolía. Levanto la mirada para llenar otro vaso con agua y se encontró con el menos indicado.

Alto y musculo, enemigo total de su ex capitán.

Kojiro Hyuga.

Se secó las lágrimas como pudo aunque aún desbordaban. La cara del futbolista era total confusión.

¿Una manager llorando?

— Porfavor no me mires—. Pedía Sanae con la voz quebrada estaba mal, muy mal.

— ¿Qué te paso?

Seco, más seco que las hojas de otoño. Ese era Kojiro Hyuga, "El Tigre"  su fuerza bruta y su personalidad le daban aquel apodo.

— Nada, porfavor vete.

Volvió a llorar desconsolada apoyando la cabeza en su rodilla, la escena con Tsubasa la estaba destrozando.

Hyuga apenas preocupado la vio llorar por un buen rato, se acerco y le palmo la espalda dando vueltas. No sabía que hacer pero no la iba a dejar sola en ese estado.

Al cabo de casi una hora, Sanae ya se había dormido. Estaba muy agotada.

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—¿Eh?

— Al fin despertaste.

— ¿Wakashimazu?

Sanae estaba perdida. Habitación grande con tres camas, desordenadas con ropa encima y ella estaba acostada en una. Se refrego los ojos con la manga del buzo que llevaba puesto.

Este no es mi buzo.

Si ¿te sientes bien? —. Le preguntó acercándote un vaso con agua cual la castaña lo bebió en un toque.

— Si, creo —. Fijo si mirada a la punta de la cama y vio la remera del equipo ____. Miro a wakashimazu que la miraba curioso y ella seguí sin entender nada.

¿Eh?

Rápidamente volvió la vista a la camiseta y sostenía el número de nada más y nada menos que Kojiro, número 10.

— Dormiste demasiado, ten toma.

El arquero le dio una botella de agua que ella tomó con desesperó.

— En un rato viene el capitán y ahí te llevaremos a tu hotel.

Sanae miro el suelo, no tenía a donde ir. Claro, podría volver pero no quería cruzarse con esa persona.

—No tengo a donde ir.. Tsubasa prácticamente me echo.

— ¿Que hizo qué?

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Reescrito pero no revisado!
Adiós!

MI TIGRE (Reescrita)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora