El ruido del despertador me despierta, las 7:00, junio, apunto de acabar el curso, mi madre como siempre no deja de darme la lata con que estudie, cojo la mochila y mi gorra de NY blanca y salgo con una camiseta negra y unos vaqueros caídos, no soy un chico guapo, de eso no hay duda, tengo el pelo moreno y larguito, la piel blanca y soy alto y delgado. Voy camino de mi instituto IES Elio Antonio, Lebrija. Hace poco empecé a escribir mi primera canción, y la estoy repasando en mi mente, algún día quisiera llegar a ser como Eminem, pero es algo imposible.
-Minuto a minuto... minuto a minuto... -repaso la letra, guardo la hoja y repito en mi cabeza.
"Minuto a minuto cada segundo siento el frío invierno, pasan las horas y miro hacia la ventana con sentimiento"
Una letra cutre, infantil, tonta donde las haya pero a mí me gusta, en mis cascos suena la instrumental que he elegido, tampoco es nada del otro mundo... aceptable.
De repente me dan un toque y me giro, allí estaba Antonio Jesús, un joven guapo, fuerte, no muy alto y moreno de piel y pelo, tenía 14 años como yo. Es curioso que tengamos el mismo nombre: Antonio, aunque el mío es aún más largo, Antonio Manuel.
-Tío vas con la música demasiado alta.
-Perdona, estaba... -prefería no contarle nada, a él no le gusta ese tipo de música así que no tenía sentido decírselo- escuchando a Eminem.
-Como siempre, anda vamos.
Poco después llegamos al instituto, la primera clase es francés y ya hemos acabado los exámenes finales así que me quedo en la escalera y entraré a segunda. A lo lejos veo a Milagros, una chica de mi clase rubia, alta y sobre todo guapísima, al menos para mí, una chica inalcanzable para alguien como yo, pero desde hace un tiempo habla más conmigo. Se acerca.
-¿Ya han entrado? -se sienta a mi lado.
-Sí, he preferido quedarme aquí fuera, odio francés.
-Bien pues me quedaré contigo entonces, de todas formas ese profesor no hace nada -me mira a los ojos y se sonroja.
Conversamos animadamente hasta la hora de entrar, pero aun así entre los dos solo hay amistad.
Toca la sirena, la clase más aburrida, Ética, llevamos media hora y no paran de tirarme bolitas de papel. Roberto intenta defenderme y se lleva otra, al profesor parece que no le importa. Jesús y Julio, dos personas que no dejan de insultarme y molestarme desde hace dos años, a mí y a Roberto, él comparte mis gustos y también quiere empezar a escribir. No es mi mejor amigo, pero le tengo mucho aprecio. Por fin llega el final de las clases y Laura me manda un mensaje al móvil para quedar esta tarde, es viernes y me apetece así que acepto. Roberto está castigado y no puede, vienen María, Antonio Jesús y Laura, mañana Antonio Jesús se va a Nueva Jarilla como todos los findes. Hemos quedado a las 19:00 en El Retiro.
Llego a casa y mi padre acaba de venir de trabajar, le saludo secamente, lo odio, nos ha hecho mucho daño a mi madre y a mí todo este tiempo, pero desde que le adviertieron que si no dejaba el alcohol se moriría, lo dejó junto con los malos tratos. Aun así, hace unos meses recayó otra vez y me fui de casa, no llegó a volver a pegar a mi madre, pero sí la insultaba y no podía seguir oyéndolo, así que me fui al único lugar donde podía estar tranquilo, debajo del puente, un lugar que visitaba para despejarme cuando pasaba por un mal momento. Aquella noche dormí allí, hacía frío pero bueno, era mejor que mi casa.
Después de comer, me fui a mi habitación, me puse los cascos y encendí la play, la mejor forma de relajarme. Pasaban las horas y perdí la noción del tiempo, cuando me cansé de jugar eran ya las 18:50, así que salí corriendo y llegué un poco tarde.
-Otra vez igual Antonio Manuel.
-Es que... tenía... muchos deberes, lo siento Laura.
-Seguro que estaba con la play -Antonio acertó de lleno, le hice un gesto para que se callara- ¿vamos al Cohuma a tomar algo? María esta allí.
María, una chica guapa, morena y con el pelo rizado, una buena amiga de todos. Al llegar María estaba sentada sola jugueteando con una pajita, nos sentamos con ella, se la ve un poco desganada desde hace unos días, estuvo saliendo con un chico hace poco y lo dejaron, desde entonces no está bien. Me pido un chocolate caliente y todos los demás una Pepsi, no me gustan los refrescos. Laura se sienta a mi lado y me pregunta.
-Oye Antonio Manuel, ¿Cómo te va todo, te quedaron muchas?
-No, ninguna.
-Qué suerte tienes, yo con mates... ¿Me podrías echar una mano?
-Sí claro, si quieres despues vamos a mi casa, de todas formas no nos recogeremos tarde.
-Vale.
Laura ha sido la novia de Roberto, no es demasiado guapa, bajita y con el pelo corto y castaño claro, casi rubio, no suele tener novio.
Mientras terminaban de beberse los refrescos Antonio intentaba animar a María, hacen buena pareja, pero él casi nunca esta aquí, se pasa la mayor parte de los días libres en Nueva Jarilla o Jerez, además le gusta una chica de allí, Alicia, me ha enseñado fotos y aunque todos dicen que es guapísima, a mí no me lo parece, del montón más bien.
-Venga María, encontrarás a alguien mejor -le da un beso en la mejilla- mira que canción estoy escuchando -en los auriculares de Antonio sonaba la canción "Yo te esperaré" de Cali y el Dandee, el grupo favorito de María.
-Gracias por todo...
Estuvimos un buen rato allí y luego nos fuimos cada uno a nuestra casa, serían las 21:30. Laura y yo íbamos a mi casa para enseñarle lo que no entendía de las matemáticas aunque tampoco a mí se me daba demasiado bien esa asignatura. Íbamos hablando de tonterías como el instituto o qué hacer en el verano, yo tenía ganas de escuchar música, pero es de mala educación.
Cerca de mi casa llamaron nuestra atención Jesús y Julio, que estaban sentados en un banco, pasé de ellos y seguimos andando pero se acercaron, no querían dejarme tranquilo.
-Anda, si se ha echado novia.
-Calla -le respondí, Jesús me miro mal y Julio agarro del brazo a Laura.
-¿Y si no?
-¡Que la dejes! -le di un empujón a Julio y Jesús me dio un golpe en la cara- Laura vete...
-No quiero dejarte aquí...
-Vete ya hablamos mañana -y mientras se alejaba ellos se acercaron más a mí.
-Dejadme en paz.
-No deberías retarnos Antoñito... -y me volvió a pegar, esta vez en el estómago.
Intenté defenderme pero los golpes seguían, yo era demasiado débil, Julio me agarró y Jesús me pego hasta que perdí el sentido.

ESTÁS LEYENDO
Nota de suicidio
Teen Fictionla historia de un niño al que las cosas no le han ido bien nunca, y parece haber un cambio en su vida, pero no a mejor...