Capítulo #1

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"El momento más espantoso es siempre justo antes de empezar."

Mientras escribo, Stephen King.

Dos años después

Una de las cosas que más me desespera es llegar tarde. Y es justo lo que está sucediendo. Tomar el transporte público en esta ciudad es un calvario, sobre todo a esta hora de la mañana. Después de esperar, por fin llego a mi parada. Tengo que caminar una calle para llegar al edificio donde trabajo. Definitivamente debo agilizar los planes que tengo de conseguir un auto, es mucho más rentable de cierta forma.

Llego a la entrada y paso el carnet de ingreso. Levanto el brazo y miro el reloj, son las 08:50 am, voy 20 minutos tarde. Solo espero que mi jefe no esté, siempre acostumbra a llegar a las nueve de la mañana. Una de las cualidades que más le gustan de mí son la puntualidad y eficiencia, no quiero dañar esa imagen.

Llego a mi piso, subo las escaleras. Efectivamente no ha llegado. Me acerco a mi escritorio, por cierto, amo mi puesto de trabajo. Es una oficina abierta compuesta por un escritorio en madera elegante y sencilla, en las paredes laterales tiene unos estantes y archivadores donde se guardan todos los contratos y papeles referentes al trabajo. La pared del fondo tiene un gran ventanal donde se puede apreciar parte de la zona donde estamos. Me siento y enciendo el computador. Veo que llegaron varias correspondencias para mi jefe, justo cuando voy a comenzar a revisar escucho pasos, al levantar la mirada veo a mi jefe subiendo las escaleras. Se detiene en mi puesto.

- Buenos días, Aurora- se acomoda en el borde del escritorio- ¿Qué tenemos agendado para hoy?

- Buenos días - le respondo mientras reviso la agenda. Hoy será un día ocupado- Tienes una reunión a las 10:00 am con un posible cliente potencial, un almuerzo con el señor Williams para la venta de los vinos y una videoconferencia a las 03:00 pm con los administradores.

- Será un día productivo- menciona mientras revisa su celular- Mañana es la cena de bienvenida de mi nieto, Fiorella me comentó que te invitó ¿Vas a ir?

Aunque me gustaría negarme no puedo. Fiorella, su hija, me invitó personalmente. Desde que comencé a trabajar para él me he vuelto muy unida a su familia. Además, tengo tiempo sin ver a Ángelo y Matteo. Me he convertido en amiga de ambos, con Ángelo me veo más seguido ya que siempre lo veo en el gimnasio y hace parte del grupo musical de su abuela al igual que yo. Y Matteo para tener 10 años es muy maduro para su edad, me divierto mucho hablando con él.

- Claro que sí. Mañana estaré.

- Perfecto. Ya sabes que no es un secreto lo importante que te has vuelto para la familia, tienen tiempo sin verte, estarán felices- menciona mientras se coloca de pie- Estaré en mi oficina, cuando llegue el cliente hazlo pasar.

- Está bien- Respondo, Es lindo saber que soy importante para ellos, siempre me han apoyado mucho. Sobre todo, el señor Alessandro.

El resto del día lo tomé para organizar documentos y trabajar unas propuestas. Tenía mucho trabajo pendiente. Miro el reloj y son las 05:30 pm. Ya es hora de irme. Me dispongo a apagar todo, mi jefe se fue hace media hora. Estoy agotada, ha sido un día largo. Pero ahora que llegue a mi casa me permitiré descansar. Es viernes de películas lo que significa estar acurrucada en mi cama, comiendo Snacks y helado. Nada suena mejor en estos momentos. Pienso, mientras voy en el transporte público. Al llegar a casa son las 07:00 pm. Nuestra casa queda en Brooklyn. Vivimos en una de tres pisos, es nuestro hogar. Cuando entro me recibe Alfonsina.

- Hola cariño ¿Cómo te fue? - menciona mientras se dirige a la cocina.

- Muy bien nana- le digo mientras saludo- Día largo ¿Que hay para cenar?

Detrás de las cicatrices.🔥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora