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-Quiero ser más fuerte...

-MelDragon.

-MelDragon

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Hs

Jungkook se veía más tranquilo. No sabía con exactitud qué le pasaba. Su expresión y comportamiento había cambiado por completo. Sabía que estaba pensado en otra cosa y yo trataba de distraerlo pero no sabía cómo.

Llegamos a la última estantería, no necesitábamos tanta comida, pero ya casi no había, y revisamos mejor todos los pasillos para prevenir.

Mi atención fue robada por una bolsa llena de papelitos de colores. Abrí la bolsa y pude leer lo que estaba escrito en ella. “Confeti" No sabía para qué era. Pero una imágen en la bolsa de una niña con confeti en la cabeza me dio una idea.

Tomé un puñado y me acerqué a Jungkook, él era más alto que yo por lo que me vería antes de si quiera levantar la mano. Así que mi primer idea fue meter el confeti en su playera. Jungkook se dio la vuelta de inmediato y yo dirigí mi mano a mi boca para tapar mi sonrisa.

-¿Qué hiciste? Pica.- Intentó
sacar el confeti pero su brazo no alcanzaba, sacudió su playera y a penas logró que unos salieran. Suponía que cuando estaba en buenas condiciones, no era tan difícil de quitar. Por un momento pensé en cómo las personas de antes lo utilizaban. ¿Para qué lo comprarían?

-Si quieres puedo ayudarte...- Luego de unos intentos inútiles accedió a mi ayuda.- Pero antes, tienes que darme un beso.

Jungkook me miró con los ojos entre cerrados pero luego sonrió y se acercó aún más a mí. Me tomó por la cintura hasta que todo nuestro cuerpo se tocaba entre sí.

-¿Estás consciente de que luego tendré mi venganza?- Reí de nuevo.

-¿Y cuál sería?- Susurré cerca de su oído y pude escuchar con claridad el suspiro que soltó.

-Podrías comenzar a imaginártelo.- Dijo de igual manera en mi oído. Su voz se me hacía condenadamente sexy.

-¿Por qué no en vez de imaginarlo, lo haces realidad?-Me sujetó por la nuca y juntó nuestros labios. Su otra mano subió por mi espalda. Comenzó a caminar hasta dejarme contra la estantería. Tiramos algunos de los productos pero no nos importó. Metí mi mano por debajo de su playera y pude sentir el confeti. Pero también lo ignoré. Su lengua recorrió toda mi cavidad bucal y me arrancó el aliento. Me besó con una fuerza con la que jamás lo había hecho. Pude sentir mi piel erizarse ante su toque. Cuando sus manos se dirigieron a mis muslos para cargarme, una botella se calló y se rompió, su contenido nos salpicó y aún así no podíamos parar. Solo lo hacíamos para tomar aire y seguir. Cuando los labios de Jungkook recorrieron mi cuello decidí dejar de pensar.

-¡Rápido! empiecen a rodear el supermercado.- Jungkook me bajó y comenzó a mirar a los lados.

-¿Qué ocurre?- Tomó mi mano con fuerza. Su postura se volvió firme, nada parecido a como hace unos segundos cuando me besaba.

-Debemos salir.- Susurró.- Pase lo que pase, no sueltes mi mano.- Asentí y tomé aire. Me sentía completamente expuesto. Confiaba en Jungkook. Sabía que él era muy bueno en este tipo de situaciones. Pero aún así. No podía con demasiadas personas.

Nos encontrábamos en un pasillo. En el último. La puerta principal nos quedaba al otro lado. La puerta trasera era la más cercana, pero era obvio que estarían esperando afuera. No sabía por qué querían algo de nosotros. Suponía que era un grupo bastante grande de los que se dedicaban a joder a las personas para sobrevivir. Una manera cruel de hacerlo.

Jungkook caminó con rapidez a un estante cubriendo un puerta que no había visto. Lo empujó y yo pensé que sería más fácil si me soltaba la mano pero él cada vez la apretaba más hasta el punto de hacerme daño. Aún así no dije nada. Abrió la puerta y me di cuanta que era el otro lado del supermercado, por donde sacaban la basura. Quitó del camino un contenedor, cuando lo hizo, oímos cómo intentaban tumbar la puerta principal. Jungkook no dijo nada, solo se limitó a caminar por el estrecho callejón. Las paredes estaban desgastadas, los ladrillos rojos se veían opacos e intenté concentrarme en cómo era la vida antes y dejar de imaginar lo que pasaría si nos alcanzaban. No cabíamos los dos al mismo tiempo. Por lo que yo iba atrás de él. Me era difícil avanzar con su mano tomando la mía. Decidí soltarlo y de inmediato me miró.

-Dije que no te soltaras.- Sus ojos tenían un brillo extraño. Se notaba su nerviosismo. Pero no sabía por qué era tanto. Pensé que en cualquier momento se iba a desmayar por el ritmo en el que su respiración se encontraba.

-Perdón. No puedo avanzar y además me estabas apretando.- Su expresión de dureza se suavizó y me comprendió por un segundo. Tomó aire, se pasó la mano por el cabello. Pude ver el sudor en su frente, hacía calor, pero no demasiado. No dijo nada y siguió caminando hasta que logramos salir, estábamos en una ciudad en la que yo nunca había estado, por lo que Jungkook tenía toda la presión de dirigir el próximo lugar al que iríamos. Giramos en una esquina y seguimos avanzado. Jungkook me había dicho que era parte de un grupo de personas que se sustentaban con lugares abandonados y que de vez en cuando él iba con ellos. Sin embargo, parecía que todo lo conocía a la perfección.

Llegamos a una esquina pero Jungkook se detuvo abruptamente. Nos habíamos casi topado con ellos. Nos alcanzamos a esconder atrás de un carro. Tenían uniforme y estaban armados, me sorprendió saber que todavía había reglas de ese tipo. Cuando un hombre se giró un poco más pude apreciar el uniforme  de cerca. Era verde oliva. El pantalón era ajustable de los tobillos y tenía muchos bolsillos, la parte de arriba no era muy visible por el chaleco antibalas, pero como el pantalón, era ajustable de las muñecas. Los codos y las rodillas estaban protegidos con otro tipo de tela. El uniforme se me hacía de algún lado.

Eran de la fortaleza Kim.

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¿Puedes verme, mi amor? -JunghopeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora