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Nuevamente otra mañana más se armo para los protagonistas de Taiga y Ryuuji, desayunarían juntos aunque sería extraño porque únicamente ellos estuvieron juntos una sola noche de madrugada y sería no tan normal que se haya repetido repentinamente
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-¡Otra más!-pediría la chica de cabello cafe claro.--Voy-le responde el peliazul, tomando el plato que la chica le pasaría y se da cuenta de lo que pasa.-¡Nada de otra más!-
-¿Qué?-resonga la niña porque no le deja comer más.-
-¿Qué haces desayunando en mi casa? Además...-mira a su madre con una expresion de enojado.-¿por qué no dices nada?-
-¡Ah...! No importa, Taiga-chan es pequeñita, así que no ocupa espacio-le dice la rubia de su madre.-Además, ¡cuando se come en compañía, todo sabe mejor!-con una dulce voz.-
-Apresúrate con mi ración-le miraría con una leve sonrisa y el codo en la mesa, sosteniendo la cabeza que estaría apoyada en su mano.-
-¡Eh!-se cansa de discutir y decide servirle la ración pero al final vuelve a discutirle con que no habria más arroz para servirle.-¿Qué? Si habia para mas de tres raciones... ¿Cuanto piensas comer?-le grito casi regañando a Taiga hasta que escucha que Inko-chan estaria hablando, lo que distrajo al peliazul.-
-ninguno de los presentes entenderian que le pasaria a este cuando la rubia y la chica se dieron vuelta, viendo al loro como queriendo decir algo pero nada.-Lo siento-se le caeria un poco del pelo de su cabeza-
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-Santo cielo... ¿quieres que tu mascota se quede calva del estrés? No dejes que se ponga mas fea-diria la chica caminando junto al chico con un almuerzo en su mano.-
-¡No le digas fea!-le regañaria este-
-Es cierto eso de que las mascotas se parecen a sus dueños-refiriendose a que como Inko-chan es fea ya de por si por su aspecto, el chico tambien seria feo por ser su dueño.-
-¡Maldita sea! ¡Mocosa malagradecida! ¡No solo te di el desayuno y la cena, también te prepare el almuerzo!-en lo que Taiga era regañada, comienzan a caer petalos rosados.-
-Deja la bulla, pulgoso-se voltea a verlo con una expresion de amargada.-
-¿Pulgo...? ¿Otra vez con eso? ¡Dame tu almuerzo! ¡Devuelveme la amabilidad que te di!-dice extendiendo la mano hacia Taiga ya enojado mientras que esta tendria la misma cara de amargada que paso de ser una expresion aburrida.-
-Callate y pudrete-continuo caminando y dejando atras a este.-
-¡Aisaka!-Desde aquel encuentro a medianoche... Taiga Aisaka ha estado viniendo a nuestra casa a comer.-¡Te dije que esperaras!-Y...-
-Escuchame, mas vale que te comportes en la escuela y me ayudes con el asunto de Kitamura-kun... para luego... logrars estar juntos, ¿Si?-se le va la verguenza por decir tales cosas y se da la vuelta.-¡Acuerdate que me prometiste obedecerme como un perro!-