🍀1| L O S S U E Ñ O S ✔

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Dicen que los sueños son solo percepciones del cerebro, otros dicen que son viajes astrales, otros comentan que son visiones futuristas y que solo tienes que saber interpretarlo, otros dicen que son visiones de mundos paralelos ¿Cuál es la verdad?, no soy científica, pero bajo mi criterio siento que los sueños son engaños de la realidad, un espejismo.

Quisiera poder tener la razón.

Yo sueño, pero no de la forma correcta, creo mi mundo y no tiene nada que ver con los sueños lúcidos, sino de una capacidad extraña, intento sobrellevarlo, pero los sueños me arrastras por un río que no parece tener fin.

Observo la biblioteca nacional a unas cuantas cuadras de distancia, suerte la mía que hoy el cielo se encuentra despejado, no hay tanto viento y el tráfico es regular. Guardo las manos en los bolsillos de mi abrigo, bajo la cabeza observando el paso de mis botines sobre la acera. Según la profesora de literatura caminar es la mejor opción para despejar la mente y que la inspiración llegue; dentro de una semana tengo que presentar un trabajo literario, ya sea: una novela, historietas, mangas, cuentos cortos, poesía, diarios entre otras.

Si me lo preguntan, elijo historietas o una novela gráfica.

Al estar más cerca de mi destino, una calle vehicular nos divide. Espero paciente que el semáforo cambie de color para poder cruzar, más gente se detiene a esperar conmigo, segundos después cambia y acelero mi paso hasta llegar a tocar de nuevo el pavimento.

Ingreso a la biblioteca como si de eso dependiera mi vida, un escritorio enorme me recibe al lado derecho, ¿Cuándo fue la última vez que estuve en este sitio?, frente a mi varios estantes se abren paso, a un lado unas cuantas mesas la adornan, según sé son para las personas que quieren estudiar, buscar trabajos rápidos. Por que sí, la biblioteca tiene WiFi de alta velocidad.

Estoy tan concentrada observando a mi alrededor que no me percato de un estudiante saliendo, pasa por mi lado chocando su hombro con el mio, miro sobre este y a través del vidrio de la puerta veo pasar una cabellera rubia, estoy segura que lo había visto en el instituto, de hecho lo recuerdo como el chico pertenece al grupo de "estudiantes problemas", Jall, Jill, no recuerdo su nombre, pero lo había visto llegar en compañía del director en varias oportunidades.

Me encojo de hombros volviendo mi vista al frente, específicamente hacía los estantes. Busco a la bibliotecaria con la mirada ¿el resultado?, no la encuentro. Lo bueno es que en las partes laterales de aquellos grandes estantes, cada uno tiene una impresión con una letra del abecedario, si, las filas de los estantes están ordenados de forma alfabética, eso facilita mi trabajo de búsqueda.

Estando en medio de dos libreros, observo el lomo de los libros delante de mi, son de diferentes colores, tamaños y grosores, algunos más antiguos que otros. Lo que me llama la atención es una carcasa crema, lo aparto del estante para observarlo mejor; su portada es simple, el titulo grabado en color plateado y la imagen dorada de un trébol combinan muy bien, en el lomo el título también reluce, busco el nombre del autor; sin embargo, para mi mala suerte no lo encuentro, junto mis cejas desconcertada, ¿es posible que no tenga autor?, niego internamente, aquel libro crema DEBERÍA tener un autor, lo busco en el interior de las hojas, bordes, todo. No lo encuentro.

¿Qué rayos...?

El grosor de aquel libro crema no es tanta, cálculo unas 150 páginas, vuelvo mi vista al frente buscando algo representativo que me haga saber el nombre de su autor, fallo. Suelto un suspiro de resignación, abrazo el libro a mi pecho, salgo de aquel laberinto de estantes, camino hacía el escritorio donde podré pedirlo prestado.

Con suerte la bibliotecaria a vuelto.

—Buenas tardes— saludo a la bibliotecaria, ella me observa tras sus lentes caídos.

Su semblante es tranquilo, sobre aquel escritorio de madera reposa un libro extra grueso. Su cabello nevado esta amarrado en un moño oculto tras su cabeza, usa un abrigo de lana. Le sonrío.

—Buenas tardes ¿Vienes a pedir prestado algún libro?—asiento, ella aparta un cuaderno de un cajón— ¿tienes tu autorización?— sumerjo una de las manos en los bolsillos de mi abrigo, se la extiendo, ella lo revisa y anota algo—¿Qué libro pedirá prestado?— pregunta, guardando mi tarjeta de autorización en una caja sobre el escritorio.

Se lo tendrá que quedar hasta que yo devuelva lo prestado. Aparto el libro crema de mi pecho para verificar el título, vuelvo a mirarla.

Los sueños son tan reales como la imaginación —informo, ella anota.

—¿El autor?

¿Qué se supone que debería decirle?, ¿A quién se le ocurre escribir un libro y no colocar su nombre o en todo caso seudónimo?, al menos debieron haber puesto como autoría: Anónimo.

—No tiene— estoy levemente avergonzada.

Ella me observa, en su mirada puedo apreciar confusión. Me gustaría decirle que se trata de una broma, porque justo ahora quiero cavar un hoyo en el suelo y enterrar mi cadáver allí.

—¿No tiene?—con una de sus manos pide que le extienda el libro, lo hago sin dudar.

Miro a mi alrededor para no tener que ver su reacción, sería fácil huir de aquí y comprar un libro que al menos tenga "autor"; sin embargo, el costo de uno afuera me sacaría un ojo de la cara y un infarto a mi madre. Escucho  toser a la bibliotecaria para llamar mi atención, poso mi vista en ella.

—Puede llevárselo— sonríe apenas, mientras guarda el cuaderno donde anotaba mis datos.

—¿Le puedo hacer una pregunta?

Ya la estas haciendo, genia.

—Claro— asiente, volviendo su mirada a mi.

Trago saliva

—¿Quién es el autor?— pregunto antes de arrepentirme.

No dice nada por unos segundos, solo me observa y me genera incomodidad, su sonrisa se amplia. Intenta decirme algo con la mirada, un brillo extraño adornas sus ojos ¿será el reflejo de la luz hacía sus lentes?, intento sonreír de vuelta.

—Fue una donación —dice, sin apartar la mirada— o en todo caso un libro prestado a la biblioteca.

Al querer preguntar a que se refiere con "prestado", alguien interviene, es un estudiante quien carga un montón de libros en sus brazos ¿cómo sé que es un estudiante?, pues lleva una mochila colgando sobre su hombro. Tiene cabello negro y piel más pálida que el mismo papel, su rostro forma una mueca, estoy segura que los libros pesan como el infierno, por eso volteo a ver de nuevo a la bibliotecaria.

—Gracias— ella me regala un asentimiento con la cabeza, recojo el libro crema del escritorio y salgo del lugar.

No había prestado atención al tiempo que llevaba dentro hasta ahora, el cielo se pinta naranja sobre mi cabeza, puedo ver la aún no visible luna y sonrío ante el aire fresco que choca contra mi cabello. Busco en los bolsillos mi celular, no lo encuentro, antes que me alarme recuerdo haberlo dejado cargando sobre mi cama.

Vuelvo a caminar por la acera con dirección a mi hogar, respiro hondo cuando recuerdo lo que me espera, mi rutina. Estos pequeños momentos en los que disfruto de mi libertad, me hacen sentir bien y por muy loco que suene, me hace sentir paz.

Los sueños me tienen encadenada, acorralada y reprimida de la realidad. Dudo que en algún momento pueda ser liberada de total.

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Hola...🐙

Aquí el primer capítulo de "Sueños Reales" espero haya sido de su agrado. Les hago recordar que los primeros capítulos serán introductorios.

Con eso último, me despido, nos leemos en un próximo capítulo.
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BYE 😘

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⏰ Última actualización: Nov 01, 2020 ⏰

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