Waiting

[Narra Allen]:

"¿Que sería si.. una vez te encontrarás en la calle caminando sin sentido, y que de repente empieces a sentir que todas las cosas alrededor son atraídas por algo. Eres tan ignorante que lo ignoras. Sin embargo, al darte cuenta tu cuerpo se encuentra siendo atraído por la misma fuerza, y que en ello, encuentras al lado a una chica, terminando juntos?".

Eso siempre me lo preguntaba cuando comenzaba a pensar sobre la validez del amor verdadero. Sin embargo siempre terminaba concluyendo en lo mismo, "El amor verdadero no existe, es tan sólo una palabra que se le da al pensamiento de algo importante, que al igual que un me gusta, terminan vagando en la nada". Además era completamente imposible que se llevará acabó ese pensar, ni las leyes de las físicas son tan capaces de romper dicha gravedad. ¿Como esperaba que se llevará realidad?.

Con ese último pensar me tome el último trago de café que me quedaba, así podía ceder la mesa y dirigirme a casa. El día era algo soleado con la venida de la oscuridad. En el oeste se veía el Sol con sus últimas esperanzas de día para que las personas lo lograrán despedir. El Sol no sólo esperaba eso, sino que el como cualquiera demostraba su amor estando preocupado de ser la última luz de esperanza para que llegarás sano a casa. Pero esa no era la razón importante para continuar fuera en el horizonte, el Sol estaba esperando a su añada amante, la Luna.

Durante años estos dos siempre han estado juntos. La Luna como el Sol suelen tornarse un par de horas antes de su surgida, ya que sí no logran salir a tiempo, estos no se volverán a ver dentro de las siguientes 12 horas, ¿entonces que pasaría sí estos no se ven?, ¿que pasaría sí estos mueren de amor? No lo sé, pero estoy seguro que todos moririamos de dolor. Un amor que de separados han seguido juntos, viendo lo que su amor han dado fruto, nosotros.

Este es el único amor el cual creo es a distancia y por gravedad. No que uno estando enamorado, absolutamente todo tu entorno gira en tu alrededor. Al menos no quería aceptar esa tonta superstición.

Continuaba caminando por la calle hasta que me topé con una intercepción de cuatro carriles. El semáforo de mi carril marcaba rojo, así que me esperé. Ya habían pasado unos minutos y la luz cambio a verde, apenas iba a cruzar cuando las luces y los cuatro semáforos empezaron a parpadear. Parecían tener un carnaval entre ellos, y cuando estaba pensando del porque, la basura empezaba a rodar y rodar, juntandose todas mientras iban a un destinado lugar. Sin duda se me hacia extraño lo que pasaba, pues no había Aire quien soplara.

[Narra Mar]:

Las cosas no nos habían ido tan bien en la granja, y mi familia optó por mandarme a vivir en la ciudad sin haber oído mi opinión. Sin haberles expresado mis primeros amores, sin haber sometido resistencia dejaba aquellas tardes de jardín en pleno destellos del día, sin haber disfrutado mis últimos pensares entre ellos, mis girasoles.

Aquellos amarillentos leones son mis amores, quienes desde pequeños siempre crecían altos ellos mismos, y a su vez mirando boca bajo siempre que la oscuridad se apoderaba del campo, su hogar, pero con la mínima chispa de luz estos se levantaban. Son tan fuertes que incluso ellos mismos son capaces de levantarse por su cuenta al ver la Luz de la salida, y tan agradecidos que se acompañan todo el día mirando el como es que el Sol termina su ciclo.

Era tan triste que dejará a mis leones que daría todo por quedarme, incluso si tan sólo tuviera que plantarme con ellos y juntos superar cada problema, pero esto era imposible, un humano no es capaz de ser un león y confrontar sus problemas por si mismos, incluso con toda la Luz del día.

Si por desgracia no podía traerme a mis leones a la ciudad, ¿habrá algún otro amor en una ciudad de concreto?, ¿habrá algún otro león quien este mirando al Sol?, si tan sólo encontrará aquel Sol que le de respuesta, el concreto se convertiría en el campo de mis girasoles.