Pensar que lo que he soñado toda mi vida está por suceder me hace sentir eufórica y nerviosa a la vez. Solo unas horas más y seré libre. Unas horas más y seré feliz.
El golpeteo en mi puerta me hace volver a la realidad y me maldigo por haber puesto seguro.
– Con un demonio Freya, abre la puerta - grita mi mamá del otro lado y desde ese momento sé que ya estoy en problemas.
– Voy, lo siento – digo mientras me apresuro abrir, apenas logro alejarme lo suficiente para no recibir un golpe cuando entra.
– Que te he dicho, parece que nunca escuchas, cuantas veces te lo tengo que repetir no...
– Le pongas llave a la puerta – termino su oración. – Lo se mamá, lo siento – digo sentándome en mi cama.
– No vine a pelear Freya – susurra mientras se sienta junto a mí. – ¿Lista para mañana? – en cuestión de segundos mi expresión cambia, a pesar de todo voy a extrañarla...
Pensar en la situación me hace sentir triste, la relación con mi mamá nunca ha sido buena, siempre hemos sido ella y yo, y la mayoría dice que eso debería unirnos, sin embargo, nunca fue así.
Sonrió para evitar entrar en una conversación incomoda. – Ya casi, solo quiero revisar todo una vez más para estar segura.
Mañana viajo al otro lado del país y no puedo darme el lujo de olvidar algo.
– Bueno te dejo para que descanses – espero que mi mamá salga para darle una última revisión a mis cosas y por fin dormir.
Son las 5:00 am y no pude cerrar los ojos en ningún momento, el nerviosismo es tanto que no dormí nada, pero me consuela saber que dormiré un poco en el avión. Me levanto a bañarme y arreglarme, hoy es el día.
Apenas termino de cepillarme el cabello cuando escucho a mi mamá. - Freya ya es hora. – Ya voy mamá – recojo mis maletas y observo mi habitación por última vez antes de salir, extrañare esto.
De camino al aeropuerto mi mamá se mantiene en silencio, no habla y yo tampoco, no se que decir, el trayecto es corto y doy gracias por eso.
Al llegar me ayuda a bajar mis maletas, su mirada esta clavada en el suelo – ¿Mamá? – hablo para saber si está bien.
Me mira y ahí entiendo todo, no quiere dejarme ir.
Desde que tengo memoria ha sido asi, si yo quería salir o hacer algo que no fuera con ella no me lo permitía, y para excusarse me decía "Es por tu bien, lo entenderás algún día".
Cuando le dije que había entrado a una universidad realmente buena su sonrisa fue gigante y cuando le dije que era en Nueva York su cara no tenía comparación, se negó repetidas veces a dejarme ir, pero al final acepto.
– Freya no tienes que irte, la universidad aquí es buena por favor quédate – su mirada es cariñosa y está llena de lágrimas que sé que no va derramar, es demasiado orgullosa.
Pero por primera vez pondré mis deseos sobre los demás, por primera vez hare lo que me haga feliz a mí.
Le doy una sonrisa triste – No mamá, debo irme – agarro mis maletas y mi mochila, una vez que tengo todo le sonrió sin abrir los ojos – ¡Bueno ma estamos en contacto cuídate te amo! – me doy vuelta y empiezo a caminar, se que si la veo me convencerá, si la veo me quedare y no quiero eso.
Abro las puertas y entro al aeropuerto, mi emoción es indescriptible, me siento tan eufórica y ver a las personas correr hacia sus destinos me hace pensar en lo que estoy a punto de hacer.
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𝑬𝒏𝒊𝒈𝒎𝒂
Genç KurguFreya es una chica normal o al menos es lo que ella cree, bajo el cuidado de su madre siempre a estado a salvo. Sin embargo, cuando va a la universidad no solo se encuentra a ella misma, si no que descubre un secreto de sus antepasados que cambiará...