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-¿Irás mañana conmigo?–Pregunté mirando mi plato.

-Por supuesto, no te dejaré sólo el día de tu cumpleaños–Me sonrió y siguió comiendo. -¿Que opinas si llevo a Matías?.

-Ujum.. por mi esta bién, sabes que tu hijo y yo nos llevamos bien–Lo miré y estaba tranquilo, quería decirle lo del departamento pero mejor me callé.

Terminamos de almorzar y él pagó, salimos del lugar y nos detuvimos en el auto.

-¿Iras al departamento?–Preguntó pegandome al auto.

-Nop, iré a hacer unas cosas–Abracé su cuello mientras él tomaba mis caderas.

-Aun debemos celebrar mi ascenso–Sonrió coqueto.

-Te prepárare una rica cena y...

-Despues hacemos el amor–Me interrumpió y me dio un corto beso. -Nada mejor que estar contigo.

Me reí negando... esta mañana estuvimos juntos y ya quiere otra vez.

-Bien, si quieres, ahora vete que tu nuevo puesto te espera–Yo uní nuestros labios en un corto beso pero él no pensó igual que yo.

En plena calle y a la vista de todos ¡YO! me estaba besando con él... ni yo podía creerlo. Podía sentir las miradas de los que pasaban encima mío y podría ser incómodo si no fuera por que Adán tenía el poder de hacerme olvidar todo.

-Ya quiero que sea la noche–Susurró en mis labios y me dio un corto beso.

No fui capaz de decirle nada, sólo me mordí el labio y suspiré relajado. Él detuvo un taxi para mi y me abrió la puerta.

-No hagas muchas cosas, no quiero que estés cansado para esta noche–Soltó el agarré de mis caderas y sonrió.

-Idiota, sólo piensas en eso–Negué y los dos reímos suave. -Tómate el trabajo con calma, eres un terremoto y sólo te digo que le bajes dos rayitas a tus revoluciones.

-Soy vicepresidente.. hare lo necesario–Me dio un casto beso y se alejó de mi.

Cada uno se subió al auto y nos alejamos. Pedí que me llevaran al restaurante de Lucas y suspiré. Quería verlo y hablar sobre la tonta idea de la fiesta de cumpleaños, siempre le he dicho que detesto eso pero él siempre la hace.

Después de unos minutos llegué al restaurante, pagué al conductor y suspiré pesado antes de salir.

Entré al lugar y ahí estaba Lucas con una hermosa sonrisa detrás de la barra en la caja.

-¡Ken que haces aquí?!–Me habló con una enorme sonrisa cuando me vio.

Respiré profundo y le sonreí acercándome más a él, dejó a una chica a cargo de la caja y salió a saludarme.

-Te extrañé mucho amigo–Me tomó desprevenido su gran y fuerte abrazo pero aún así lo correspondí.

-Yo también mocoso–Le dije acariciando su cabello.

Nos separamos y nos quedamos mirando, él seguía igual de guapo aunque tenía un poco de ojeras.

-¿No dormiste bien?–Pregunté caminando detrás de él.

-No.. tuve una pequeña discusión con Max–Dijó con voz cansada y entramos a su oficina. -Me mandó a dormir al sofá, fue súper incómodo.

-¿Por que pelearon?–Me dio curiosidad.

-Una tontería, no importa–Suspiró pesado. -¿Veniste por la fiesta de mañana?.

-Sip, ¿ya desististe de eso? en verdad no quiero una.

-Ya tengo todo listo, ¿de tu lado sólo vendra el imbécil de Adán?–Preguntó serío.

-Ujum... y eso por que es el jefe–Le sonreí leve y suspiré. -No le digas imbécil...

-No lo defiendas, sabes que lo detesto–Frunció las cejas y abrió una carpeta serío. -Creo que si él supiera que lo detesto no vendría.

Me levanté y negué, si estaba enojado sólo con saber que vendrá no me quiero imaginar cuando nos vea como pareja.

-Bien, como quieras, me voy, arregla esos problemas con Max por que te puedes enfermar...

-¿Me cuidarás?–Preguntó con una ceja levantada.

-Max lo hara, ya no debo hacerlo–Le sonreí leve y me fui.

Eso fue lo más doloroso en días, pero debía sacarlo de mi corazón por las buenas o por las malas.

Caminé devuelta al edificio, quedaba a unos 20 minutos caminando eso era tiempo suficiente para controlar mi loco corazón y no ponerme a llorar, no debía tener los ojos rojos ni hinchados para la noche.

Llegué al departamento y empecé a ver que preparaba para Adán, al pasar de las horas yo adelantaba todo... al anochecer me llegó un mensaje de Adán que llegaría un poco tarde.

Me duche y me arreglé para cuando él llegará, estaba en la cosina lavando cuando escucho la puerta abrirse.

-¡Llegue!–Gritó Adán. -¡Huele delicioso!.

Me seque las manos y me asomé a la puerta de la cosina.

-¿Empezarás sin mi?–Pregunté al verlo con un cubierto en la mano.

-Lo siento–Se me acercó y me dio un beso. -Tengo hambre, aunque no sé con que quiero empezar–Me miró de arriba a abajo y se relamio los labios.

-Tonto–Le golpeé suave el brazo y le quité el saco. -Vamos a comer, no me dejarás todo hecho.

Nos sentamos y empezamos a comer.

Él Es Mi Todo [Yaoi, Bl](+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora