Aún te recuerdo, recuerdo tu pelo largo y lacio que con el más ligero viento se alborotaba como si de una tempestad se tratara, es escalofriante tenerte de frente y ver que tu hermosa sonrisa que con tan solo verla alegraba el día a quien la viera, ya no estuviera y en su lugar una línea recta. Me pregunto a donde te haz ido, a donde ha ido aquella niña loca que se la pasaba pensando en su enamorado, creías que lo ocurrido era sólo una confusión de ambos cuando en realidad no la era. El té había mentido dos veces y se justificaba diciendo que no te tenía cerca y yo solo estaba como un inútil intentando consolarte e intentado controlarme de romperle la cara, pues así lo quisiste tu, creo que de no haberte conocido habría caído en depresión estos últimos años, de no haber cometido una estupidez, la mejor estupidez de mi vida y de ella te conocí, poco a poco fui aprendiendo a quererte, a saberte cuidar mejor cada día. Pero ni quince años de cuidados pudieron evitar que tu terminarás en esta caja de madera, vestida de un vestido de perlitas blancas y tela azul como el océano al atardecer. Debí haberte acompañado, debí entender que estabas sufriendo y que no importaba que él te hubiera hecho mucho daño, tu aún lo amabas. Este sufrimiento no será temporal cerraré mis ojos aunque miren hacia donde tú estabas, miraré hacia atrás como cuando cambiábamos por las plazas y se te soltaba alguna agujeta, pero entre más lo evito lo encuentro. Es una adicción en proceso tu mi bello tormento. Ahora debo de vengar lo que te han hecho, todo lo que ese parásito de la sociedad te ha hecho se le será devuelto. Lo asecharé afuera de su casa, me convertiré en su sombra hasta que pague por haber dañado a mi ángel.
Siento que han pasado mil años desde la última vez que te vi sonreír y correr; íbamos a comprarte ropa nueva, aunque yo no sabía nada de moda intentaba darte mi mejor crítica. Ahora veo aquellas zapatillas de color púrpura y caigo de rodillas, rompo en llanto se me parte el corazón solo pensar cuanto debiste haber sufrido, pero me reconforta saber que hoy será el día en que tu asesino pague por lo que te hizo
