Capítulo 4 "Un favor es un favor"

498 32 29
                                    

Narradora:
Era la hora de cena y todas ya habíamos comido, Rapunzel y Anna hablaban hasta por los poros mientras las otras hermanas reían, las que seguían eran Tooth y Marinette, sin embargo no habían hablado para nada.
—¿Les pasa algo chicas? —preguntó Mérida mientras tomaba su limonada.
—¿Eh, qué dices?
—Sabes a qué me refiero Tooth, algo les pasa, no han hablado para nada —respondió de nuevo la hermana de cabello rizado.
—Mamá y papá no están, pueden contar lo que sea aquí y lo saben —ahora la que hablaba era Anna, mientras las demás reían.
—Está bien, vamos a mi cuarto —respondió la de ojos púrpuras, todas la siguieron ya con la pijama puesta.
—Ahora que estamos aquí y no hay ni una sola alma, ¿qué fue lo qué pasó? —preguntó Elsa preocupada, ¿por qué se dan con tantos rodeos? Pensaba ansiosa.
—Pasó algo con los Frosts... —murmurró Marinette mientras miraba al suelo fijamente.
—Ay, no seas exagerada Marinette, deja de darle demasiada importancia al asunto, lo que pasó chicas fue... uh —al ver la cara de sus hermana, decidió que talvez decirles que el idiota de Aster Frost las había llevado a casa no sería la mejor de las ideas—, pasó que uno de los Frost nos trajo a la casa.

Eso fue dejarles caer un vaso de agua fría a las hermanas Arendelle, ¿de verdad uno de los Frost se había atrevido a ver a una de ellas?
—No me digan que fue el idiota de Jack.
—O Hiccup.
—O Hans.
—O Kristoff.
—O Eugene.
—Fue nada más y nada menos que Aster Frost —rieron las chicas al ver cómo sus hermanas mencionaban los nombres de todos los chicos de la familia enemiga.
—Espera, ¿Tooth y Aster en un mismo carro? No me digas que no se insultaron Marinette —preguntó la hermana conocida como Astrid, todas esperaron expectantes.
—Ni siquiera se hablaron —respondió y todas quedaron sorprendidas.
—Estoy orgullosa de tu paciencia Tooth, eh —la que hablaba con calma era Elsa—, pero nos hizo un gran favor de haberlas traído y no haber dejado que se quedaran mojándose en la lluvia, y más con todo lo que traía Marinette.
Todas concordaron, excepto Tooth— ¡Ay por favor! Yo hubiera hecho eso por cualquiera —todas encarnaron la ceja, eso no era del todo cierto—, menos por los Frost —rió con sinceridad.
—Escúchenme, Marinette y Toothiana, los Arendelle somos personas respetables y que cumplimos con nuestra palabra, eh, así que... Aster Frost les hizo un favor, ahora ustedes le deben uno, ¡las dos! —exclamó Elsa en modo de regaño, Marinette y Tooth no podían creer lo que escuchaban, y las otras hermanas no podían aguantar la risa.
—¿Qué? No, Elsa no podemos deberle nada a esos imbéciles —rió nerviosa Marinette.
—Ya lo dijo la señora de la casa niñas, ahora le deben un favor a Aster —dijo seria Mérida, aunque luego se carcajeó.
—Mañana le preguntarán cómo le pueden regresar el favor a Aster y se lo cumplirán sin importar cuán ridículo sea —les exigió Astrid mientras bostezaba.
—Pero-
—Ningún pero, es más, vamos a dormir señoritas —respondieron Rapunzel y Anna al unísono, y fueron las primeras en abandonar la habitación, le siguieron Elsa, Mérida y Astrid.
—Así que... mañana buscaremos a Aster antes de sus clases —murmurró la de ojos celestes.
—No lo creo, deberíamos mentirles a las chicas.
—¿Si sabes que se enterarán de una manera u otra, cierto Tooth?
—Cállate sabelotodo, y vete a dormir, lo necesitamos bastante para lo que nos tocará hacer mañana —se despidió la morena de la de pijama rosada.

Narra Mérida:
Tomaba un café junto a Elsa y Rapunzel mientras hablábamos en voz baja sobre lo sucedido, ¿cómo uno de los hermanos Frost se había portado amable con ellas?
—¿Se imaginan a Tooth y Marinette en la limosina de los Frost? —preguntó Punz tomando un sorbo de jugo de naranja, Elsa y yo comenzamos a reír.
—Yo aún no me lo creo completamente —respondí con una sonrisa.
—Pero aún así, le deben el favor a Aster, me pareció que su acción fue de buena fé —ahora la que hablaba era Elsa mientras recogía su cabello en una cola alta.
—Cierto, fue algo amable —le di la razón a ella.

Luego de eso bajaron nuestras otras hermanas, Anna con una falda verde y un crop top blanco, Astrid con una blusa color turquesa y un overol color crema, Marinette con un pantalón rosa hasta la cintura y una blusa de manga larga del mismo color y por último llegó Tooth, con un precioso vestido color esmeralda.
—¡Buenos días mamá, papá! —gritó Astrid mientras bajaba con elegancia las escaleras.
—Mamá y papá salieron temprano —grité mientras le respondía—, y apúrense que los choferes tienen libre hoy porque yo misma quiero llevarlas —tomé otro sorbo a mi café y Elsa me sonrió cómplice.
—Yo estoy de acuerdo con Mér, nos haría bien algo de tiempo de calidad fuera de la casa —respondió Elsa con simpleza.
—¿Y no tendrá nada que ver con que tenemos que hablar con Aster Frost ya que nos obligaron a decirle que "le debemos un favor"? —preguntó Tooth haciendo señas exageradas con la mano.
—¡Tienes toda la razón Tooth! Es exactamente por eso que quiero llevarlas —respondí mientras tomaba lo último que quedaba de mi café—. Bueno señoritas, nos iremos ahora mismo porque no pienso llegar tarde a mi clase de derecho constitucional.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Sep 19, 2020 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Misión:Nunca enamorarnos de un Frost/una ArendelleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora