The unexpected letter

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Canterburry, Inglaterra. 

Mila Collingwood acaba de cumplir sus 11 años y estaba pasando su semestre escolar en una escuela natal de su ciudad, cuando una tarde llego de la escuela a su casa y su madre le dijo que tenia correspondencia en el buzón. Mila se sorprendió pues no sabia de que podría tratarse, solo pensaba que quizás le estaba jugando una broma y de mala gana fue al buzón de su casa a recibir su correspondencia. Cuando abrió la carta, no podía creer lo que leía. 

Estimada Mila Collingwood, 

             " Tenemos el placer de informarle que usted ha sido aceptada en la escuela de Hogwarts de Magia y Hechicería. 

               Los estudiantes deberán atender a la cámara de recepción en su llegada, las fechas serán avisadas previamente. 

              Por favor asegúrese de tomar atención a la lista de requerimientos adjuntada aquí mismo.

           Estaremos muy dispuestos a recibirla como parte de la nueva generación de la herencia de Hogwarts.

Sinceramente, 

                             Profesora McGonagall." 

Mila estallaba de felicidad, tanto que se puso a llorar, entro rápidamente a su casa y anunció la gran noticia a su madre, quien sabía que su hija era una bruja desde que era muy pequeña. Ambas se abrazaron. Esa noche, Mila no podía mas de la emoción, su madre, había hablado ya con la escuela para avisarles que las trasladarían a otra  y al día siguiente irían al callejón Diagon, un lugar en Londres que proporcionaba todo lo necesario para que una pequeña bruja como Mila pudiese estudiar en Hogwarts. 

Mila siempre fue una chica de pocos amigos, sin embargo era una pequeña sensacional, le apasionaba mucho la naturaleza, amante de los animales y de escribir poemas de vez en cuando. Tenia una personalidad fuerte, pero tenia muchísimas ganas de aprender magia y de ser una excelente bruja. 

Al día siguiente, Mila despertó muy temprano a su madre, estaba emocionadísima por su experiencia comprando sus útiles para usar en Hogwarts. Asi que a las 7 de la mañana levanto a su madre y la mujer, cediendo ante la emoción de su hija, se levanto a preparar el desayuno mientras Mila se bañaba. Ambas desayunaron y luego partieron hacia la calle donde las llevarían al callejon Diagon, madre e hija siguieron al pie de la letra las indicaciones de la carta. 

Cuando llegaron, Mila estaba extasiada de todo lo que veía, una calle llena de brujas y magos, criaturas mágicas, lechuzas, ranas, tiendas de libros, escobas, calderos y más. Mila se pellizco a si misma para sentir que no estaba en un sueño. Entraron a la tienda de libros, ya que debían comprarlos para las clases, mientras la madre de Mila le entregaba los nombres de los libros, una niña de tez blanca y rulos se le acercó a Mila. 

-Hola, soy Hermione Granger, tu madre es muggle también? Cierto? 

-Muggle?-especuló Mila confundida. 

-Gente sin magia, tu eres una bruja, pero tu madre no, tu padre es Hechicero? 

-No, oficialmente soy la primera en mi familia en recibir la carta de Hogwarts. No sabía que se referían a las personas como Muggles en el mundo mágico. 

-Bueno, ahora sabes-dijo la chica riendo- Un placer, estaremos en primer año juntas. Ya fuiste a comprar tu varita? 

-No, aun no, ¡me muero por hacerlo!

-Si quieres puedo acompañarte, veo que tu madre con mis padres se están llevando bien, no van a notar que nos fuimos.-dijo Hermione llevando a Mila del brazo. 

Al entrar a la tienda, chocaron con una chica pequeña, quien vestía extremadamente bien para su edad. Se notaba a distancia que provenía de una familia elegante, esta se dio vuelta con una expresión de susto. 

-¡Lo siento tanto!-exclamo Mila 

-No se preocupen, me pasa por quedarme pegada mirando este lugar. 

El señor Olivander atendió a la chica elegante primero, le paso varias varitas y sucedieron cosas increíbles, la primera, desencajó unos cajones de la estantería, quebrajó una jarra del mesón y finalmente, Olivander le entrego la siguiente. 

-Madera abeto, núcleo de pelo de unicornio y 12,25 pulgadas solidas, si, esta creo que es. 

La pequeña tomo la varita y sonrió, posterior a esto, ordeno todo el desastre que había causado. Hermione y Mila quedaron asombradas. 

-A propósito, soy Ina, Ina Ledford. 

Luego de que el viejo Olivander les entregara a ambas sus varitas, salieron al callejón donde sus padres las esperaban. Los padres de Ina habían llegado con una lechuza de color blanco con tonos amarillos. La pequeña no podía mas de la emoción. Ina Ledford provenía de una familia de magos conservadores, aquellos de "sangre pura", por lo cual al ver a ambas familias de las recientes amigas de Ina no quedaron para nada contentos, no obstante,  supieron como discernir sutilmente que tenían otros asuntos para no ser crueles. Ina sin embargo, siempre fue distinta a sus padres, ella solo le interesaba hacer amigos en Hogwarts y jugar quidditch. Más que nada en el mundo. Tanto Mila como Hermione le habían caído muy bien, por lo cual se sintió un poco mal de que no pudiese conocerlas mejor ese día. 

Por otra parte, los padres de Hermione y la madre de Mila decidieron ir a tomar un café con las niñas dentro del callejón Diagon. Al terminar la tarde, ambas chicas se despidieron. Hermione le dio su dirección para que se escribieran durante lo que quedaba de tiempo antes de llegar a Hogwarts. 

Mila, Ina y Hermione llegaron felices a sus casas, faltaban unos pocos meses para entrar a Hogwarts, sin embargo las tres estaban deseosas de que ese día llegara. 

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Once Upon In Hogwarts.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora