PRÓLOGO

3.7K 263 41
                                    

Jimin estaba feliz y un poco ansioso, era primero de septiembre de dos mil catorce, justo el cumpleaños de Jungkook. Su hermano mayor no se encontraba en casa y sus padres habían tenido algunos contratiempos con su viaje a Singapur, por lo que Jungkook estaría solo, así que Jimin pensó que sería el momento perfecto para darle una sorpresa.

«Kook ¿Estás en casa?»

Envío el primer mensaje, tan solo para asegurarse de que todo saliera como lo había planeado días atrás.

«Tengo practica hasta tarde, te avisaré cuando llegué».

La respuesta del pelinegro llegó unos diez minutos después, diez minutos que Jimin esperó frente a la puerta antes de atreverse a entrar. El castaño sabía dónde guardaban los Jeon la llave de emergencias, por lo que tomó las bolsas y cosas que había ido a comprar temprano para decorar y abrió la puerta de la casa adentrándose a esta.

El ambiente le pareció extraño desde el momento en que entró, la casa estaba en completa tranquilidad y silencio, pero no como cuando está vacía y sabes que no hay nadie merodeando por ahí. Era más como cuando sientes que no estás completamente solo en un lugar.

Caminó hasta la sala para dejar las cosas y ponerse manos a la obra, antes de que su novio llegara, pero en cuanto quiso colocar las bolsas sobre la mesa, se dio cuenta de que había un suéter de lana verde esmeralda sobre el sofá. El cuerpo del castaño se tensó, sabía que la madre de Jungkook era alérgica a la lana, después de que intentara regalarle una bufanda en su cumpleaños y todo saliera mal.

Sus manos comenzaron a sudar y su corazón se sintió apretado contra las paredes de su pecho. No quería pensar de manera equivocada, de hecho por su cabeza pasó la posibilidad de que el hermano mayor de Jungkook estuviese ya en casa con su prometida Eunhee, por lo que se movió con sigilo alrededor de la sala, hasta llegar a las escaleras.

Subió lentamente hasta el segundo piso para asegurarse y en cuanto escuchó unos ruidos extraños provenientes de la habitación de su novio, la posibilidad en la que había pensado, se esfumó. Con el ceño fruncido y el corazón latiendo rápidamente, Jimin tomó la manilla de la puerta, lo pensó unos segundos y la giró tan rápido como pudo, logrando abrirla.

¿No tenía práctica hasta tarde?

La mente del castaño comenzó a trabajar más rápido que lo habitual, su cuerpo y corazón se habían paralizado por un momento.

¿Qué estaba pasándole?

Comencemos desde el principio...

Jimin era el presidente de la clase, bastante inteligente y tímido, poco apuesto y algo subido de peso, según las opiniones del resto. En cuanto a Jungkook, era todo lo contrario; lo conocían por ser el rebelde, uno de los más apuestos del instituto, el que siempre se quedaba dormido a la mitad de cada clase y el deportista estrella.

Ninguno de los dos se había dirigido la palabra, solo cuando era estrictamente necesario. Aunque secretamente Jimin tenía un flechazo por aquel muchacho de ojos encantadores y personalidad arrogante; lo observaba en las prácticas, en las clases y lo cubría en los exámenes.

Era un amor unilateral, inocente y bastante personal, ni siquiera los amigos más cercanos a él tenían idea de lo que sentía.

Como ya era costumbre, Jungkook se había metido en problemas con el director por su falta de rendimiento académico, era la cuarta vez que lo llevaban a la dirección por aquella causa en todo el año pasado y a comienzos del último. El director estaba agotado de dar oportunidades, una y otra vez, así que no tuvo más opción que darle un ultimátum al rebelde adolescente.

Sweet Revenge 🍒 𝐊𝐎𝐎𝐊𝐌𝐈𝐍 (CANCELADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora