Sus labios se estaban acercando, sentía su respiración mezclándose con la mía, mis parpados se cerraron, en busca de esa conexión que tanto anhelaba...
Cuando volví a abrir mis ojos, al no sentir los labios tan esperados, mi sueño se desvaneció entre mis ojos, ya que eso era, un sueño.
El timbre no dejaba de sonar y eso había evitado que mi sueño transcurriese y lo que tanto quería que pasará, ocurriese.
–¡Gemma!–Grité colocando sobre mi cabeza una almohada, con la esperanza de volver a dormir. Al notar que el incesante sonido del timbre seguía, mi paciencia se acabó; levante mi cabeza, para observar la hora: 12:00pm, medio día, eso era lo mejor, hoy era domingo, podía dormir todo lo que quisiese, pero con el maldito timbre sonando, no lo podría hacer. –¡GEMMA! ¡EL TIMBRE! –Y este seguía sonando.–
Me levanté de la cama, frustrado, pasando una de mis manos por mi cabello desordenado, y rodando los ojos, me coloqué un pantalón de chándal, ya que como era costumbre, duermo en ropa interior.
Joder, que insistencia. Al abrir la puerta, me arrepentí en seguida de haberlo hecho. Ya que el responsable de que mi sueño se hubiese interrumpido, era el mismo al cual le temía, el culpable de mi desvelo y mi mal humor. Trate de cerrar la puerta de nuevo, pero él, como siempre, logró entrar antes de que yo moviese alguna parte de mi cuerpo.
–¿Dónde está, Gemma?–Preguntó, con ese tono de voz tan característico, frío y desagradable.
–Claro, pasa.– Dije sarcástico, antes de emprender de nuevo mi camino hacia mi habitación, trataría de reponer mi sueño interrumpido, por el imbécil que se acomodaba en el sofá, como si esta fuese su casa.
–¡Hey, mocoso! ¡¿Qué acaso no me escuchaste?! ¿Dónde está Gemma?–Gritó como si fuese mi responsabilidad mantenerlo informado, como si ya no fuese suficiente tener que aguantarlo en la escuela, para también tener que soportar su estupidez en MI casa.
Continué ignorándolo, mientras subía por las escaleras, pero antes de cerrar la puerta de mi habitación, mi hermana salía de la suya, resplandeciente como siempre, con su cabello húmedo, por el reciente baño que había tomado. Se acercó dispuesta a abrazarme como cada mañana.
–Tú neandertal, está esperándote abajo.–Le avisé antes de que se separará de un salto de mi abrazo.
–¡Louis está abajo!– Dijo Gemma, ignorando mi intento de insulto, tratando de "susurrar" lo cual le salió todo lo contrario, porque literalmente saltaba de la emoción. Estiré mi brazo, señalándole las escaleras, para que por fin se marchara, porque su actitud me daba nauseas. Cerré la puerta a mis espaldas, arrojando mi cuerpo a la cama, cayendo nuevamente en los brazos de Morfeo.
[...]
Giré mi cuerpo en la cama, totalmente a gusto, aunque el rugir de mi estómago no era muy cómodo. Estire mis brazos y froté mis ojos, antes de levantarme, para llamar a mi madre, tal vez ella podría traer algo de comer de camino a casa, ya que dudo mucho que Gemma haya cocinado algo y más si esta con ese.
Baje las escaleras y al entrar en el salón, tuve que cubrir mis ojos al instante. Joder, creo que me quedaré ciego. Me acerqué a tientas al sillón, tomando una almohada y arrojándoselas.
-Dejen de follar en el sofá, ¡Joder! -Dije resoplando, por la situación tan incómoda en la que me encontraba. Logrando que los mencionados, se separaran, acomodando su ropa y demás.
–¡Hazz!–Susurró mi hermana entre dientes, acomodando su cabello y separando su cuerpo del de Louis. Por el carmín de su rostro, supuse que la situación era aún más incómoda para ella.
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Nada es lo que Parece - Larry Stylinson [OS]
Teen Fiction¿Qué hacer cuando me gusta el novio de mi hermana? y ¿Qué hacer cuando precisamente él es la misma persona que aprovecha cualquier momento para agredirme física y verbalmente? Lo sé, estoy verdaderamente jodido.