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*Narra Mika*

uno de esos estúpidos golpeó mi cabeza con una piedra,

solté a Yuu-chan cayendo al suelo de rodillas. Es aquí en

dónde demostrará si me ama o es solo un engaño.

–retrocedió unos cuantos pasos,sin previo aviso unas

pisadas agitadas se escucharon detrás mío. Salió

corriendo,el balcón era alto,no va a... Saltó. —¡Maldita

sea!. –me levanté aguantando el mareo y dolor de mi

cabeza,fui por las escaleras hasta la parte baja de ese

piso.

*Narra Yuu*

–salté en cuanto vi la oportunidad, estoy idiota lo sé, pero

no salió tan mal. Solo me lastimé ambas piernas,lo cual

era mi única salida. ¿Pelearía?claro que lo haría. Me

puse de pié cojeando hasta un corredor,este palacio es

asquerosamente enorme,lo que me regresa con el una

vez más. Lo escuché gritar,viene por mí,giré a mi

izquierda,pero si es mi espada. Entré hasta allí,a solo

centímetros de tomarla me tomó por los cabellos. —¡Agh!

—Fue estúpido creer que me ayudarías, creer que no

escaparías. –me sacó arrastras de ahí. —Bueno,también

fue estúpido de tú parte creer que no te lastimaría. –tiró

con más fuerza hasta subir de nuevo,ese par intentó

arrebatarme de el. Solo fueron golpeados por Mika,lo

miré con miedo tras retroceder un poco. —Eres un

monstruo... –solté perplejo, aterrado.

—Aún no has visto nada. Yuu-chan. –me tomó de las

cadenas que retenían mis muñecas.

—¡No! –tiré de la cadena,pero por la fricción y la fuerza

que Mika puso,me jaló hasta él y caí de rodillas. Me

cargó como un estúpido costal,soy más que un estúpido

costal... Pataleaba y golpeaba su espalda con ambas

manos reprimidas tratando de hacer que me bajara.

*Narra Mika*

–giré a mi derecha visualizando sus shorta cortos y

justos,además la oportunidad de que dejara de golpear y

se volviera sumiso un rato. Apreté hondo su cintura,soltó

un alarido estridente en cuanto sintió lo que hacía,

finalmente se rindió.

•Con Shinya

*Narra Shinya*

—¿Quieres decirme de una buena vez por qué demonios

le gritabas y hacías menos en batalla y clases?. –me

acerqué hasta el poniendo ambas manos en mi cintura,

usando un tono serio y molesto.

–me miró serio —... No pensé que estuviera trabajando

"Te desconozco..." Donde viven las historias. Descúbrelo ahora