*~ Día 3 ~*

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Género: Humor, romántico.

Aclaraciones: Universo alterno.

Tema: Cita a ciegas.


~~~***~~~


Estúpido, esa es la palabra que busca desde hace rato pero se rehusaba a aceptarlo como tal, sin embargo, no puede ocultarlo más. Es un completo estúpido. Había estado tan concentrado en el trabajo que cayó vilmente en la trampa de sus hermanos, de verdad ni siquiera sabe por qué se sorprende.


Se pierde unos segundos en su mente, imaginando las mil y un maneras en que se vengará de ellos, sobre todo de Ucrania, especialmente de Ucrania. Porque sabe que él es el titiritero detrás de la ostentosa jugarreta. Bielorrusia es demasiado amable y Kazajistán posee la apatía suficiente como para importarle poco meterse en su vida, por el contrario, Ucrania... una siniestra sonrisa se posa en sus labios. Ese entrometido disfruta de usar cualquier situación para molestarlo o humillarlo.


Resopla con fastidio. En este caso se las ingenió para hacer ambas. Al menos le reconoce el esfuerzo. Con la misma cara de "atrévete a hablarme y te tumbo los dientes", se adentra en el lugar al fallar en su intento de derrumbar la puerta pues es de un grueso metal. Supone que no es el primero en estar en contra de su voluntad.


Sopesa la idea de quedarse ahí pero el cartel pegado a uno de los muros dice claramente que si quiere salir debe ir hasta el otro lado. Con enojo recorre el largo pasillo, no tarda mucho en toparse con otra puerta, esta vez, de madera. Al abrirla se encuentra con un pequeño cuarto de paredes blancas. En medio hay dos sillones con una mesa entre ellos. En cada uno de los muros hay otras puertas.


Camina hasta cada una de ellas, dos no las puede abrir, la tercera es un baño simple. Entra al notar una ventana, la revisa pero los barrotes impiden cualquier escape. Alguien se tomó muy en serio eso de joderle la existencia.


—¡Pero van a ver hijos de la chingada, una putiza bien dada es lo que les voy a dar y a todos, me vale madre quién fue al chistoso que se le ocurrió esta pendejada, todos me la van a pagar igual! —el grito es tal que tiene que taparse los oídos. Vuelve en sus pasos para encontrarse con un chico, mucho más bajo que él, su cuerpo también es bastante diferente, piernas torneadas, trasero abultado, cintura angosta, hombros no tan anchos, a simple vista parece que cada musculo está bien ejercitado. El cabello castaño, acompañado de verde, blanco y rojo son los colores que adornan tal anatomía, repartidos entre los brazos, piernas y torso.


Carraspea para llamar su atención, se le corta el aliento al ver los peculiares ojos en tono dorado, nunca en su vida había visto algunos que se le parezcan. Su rostro es bastante atractivo pese al ceño fruncido que prevalece.


—¡Vamos a dejar algo bien claro pervertido! —todo indica que esa ira ahora será dirigida hacia él. Se para erguido, obviamente no va a dejarse intimidar, ni siquiera por ese bonito chico— ¡No estoy aquí para cumplir tus pinches fantasías pendejas, acércate y te pateo ese enorme trozo colgante que tienes entre las piernas cabrón!


Consciente de su propia desnudes, mira hacia el dedo que apunta a su pelvis, después regresa la vista al otro. Decide ignorarlo para ocupar uno de los sillones.

RusMex Week 2020Donde viven las historias. Descúbrelo ahora