「Capitulo 1.」

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Eran las 01:00 p.m, no conseguía dormir, estaba tumbado boca arriba en la cama, no dejaba de pensar en Sehun, el mejor amigo. Ese chico le tenia loco. Seguía así hasta que notó como sus párpados iban cerrándose poco a poco y se quedaba dormido. Horas más tarde el despertador sonó, pero como cada mañana, abrió los ojos, buscó con la mirada a este y lo apagó para volver a la posición de antes. Segundos después la puerta de su habitación sonó.

Luhan. — susurró alguien con una voz dulce. Era la madre de Luhan.

¡LUHAN! — esta vez gritó al ver como su hijo seguía durmiendo. Luhan solo hizo unos ruiditos mientras que se movía debajo de las sabanas. Chorong, la madre de Luhan, que así se llamaba, se dirigió a la cama de su hijo y tomó las mantas retirándolas del cuerpo del chico.

¡Sehun vendrá en cualquier momento a recogerte para ir a clase, levantate ya, vamos! — Y al momento que escuchó eso, se levantó rápidamente, sacó a su madre de la habitación y comenzó a buscar el uniforme en su armario. Odiaba ese maldito uniforme, era horrible. Se lo colocó y corriendo se dirigió a bajar por las escaleras, casi se cae, siguió corriendo y tomó dos zumos, uno se lo estaba bebiendo mientras acababa de arreglarse y otro lo guardó en su mochila. Acabó de arreglarse y segundos después sonó el timbre, supuso que era Sehun así que se dirigió a despedirse de su madre y después corres así la puerta, la abrió y como el supuso ahí estaba, el chico del cual estaba enamorado, con esa bonita cabellera castaña, ojos negros y bastante alto, como siempre, era hermoso.

Buenos días, Sehun. — Dijo con una energía bastante notable y Sehun sonrió devolviéndole el saludo.

Buenos días, pequeño ciervo. — Sehun rió por lo bajo, desordenado el cabello de su menor, haciendo que este se quejara.

Ay, ya, no hice nada, no te quejes. — Luhan solo le sacó la lengua cual niño infantil y Sehun rió de nuevo.

— Bueno, ya debemos irnos o llegaremos tarde a clase. — Dijo Sehun sonando tranquilo, mientras tomaba la mano adversa haciendo que el chico se sonrojara un poco y caminase a su lado. El camino se hizo un poco largo, pero no aburrido, ya que Sehun siempre estaba con sus tonterías que hacían reír hasta al más amargado de todo el planeta. Llegaron a sus respectivas clases pero no se fueron antes de haberse despedido el uno del otro.

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