『Jimin ama a Jungkook.Ⅱ』

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El castaño está parado ahí, vistiendo de la manera más informal que puede, con una sudadera adidas azul, con el gorrito puesto sobre la cabeza y un jogger haciéndole juego. Hasta llevaba tenis, lo cual era raro en él. Entre sus dedos colgaba un cigarrillo a medio fumar.

—Hey —dice en tono bajo.

Cala el cigarro, profundamente, ahuecando sus mejillas. Jungkook lo ve tan pequeño e indefenso. Parece un pobre perrito abandonado. Justo ahora solo quiere acunarlo entre sus brazos, hasta que el dolor desaparezca en sus facciones.

—Eh, pasa. Hace frío, debes estar congelándote. ¿Se te ofrece algo? Puedo hacerte un café o algo.

JiMin niega con su cabeza, su cabello se mueve sobre su frente, como si estuviese danzando. Tira el cigarro y lo pisa.

—¿A que has venido, Jimin? ¿No deberías estar en tu Luna de miel o atendiendo a tu esposa? —pregunta y siente la amargura en su boca.

—Debería, tal vez. Pero no... no me casé, Jungkook.

Algo dentro del estómago del rizado se remueve. El cree que es esperanza.

—Oh, lo siento, entonces. ¿Puedo saber porqué, sin embargo?

—Seungyeon dijo que no me amaba y que no podía hacerlo —encoge sus hombros—. Me dejó la casa y el trabajo.

—Bueno, me alegro. Podrás seguir ayudando a tu familia.

La cabeza de castaña de Jimin se mueve de arriba a abajo, lentamente, mientras suelta un suspiro lleno de cansancio.

—Jungkook... yo, yo quiero hablar contigo.

—Pensé que eso hacíamos —trató de bromear, para tal vez así, aligerar el ambiente.

—Sabes a lo que me refiero. Quiero que vuelvas a mi, Jungkook.

—Jimin, no es así de simple... yo...

—Por favor, Jungkook. Te necesito, mucho. Muchísimo más de lo que me gustaría Admitir. No puedo hacer nada sin ti. Te lo dije ese día y te lo repito hoy: te necesito.

—Yo también, Jiminie, pero...

—¿Pero qué? Te estoy rogando, y sabes que no hago eso. Haré lo que sea, solo, por favor.

Jungkook mordisquea su labio inferior, viendo a sus pies desnudos. Pensando en sus opciones. Merecía ser feliz, y ahora que Jimin estaba libre de compromisos parecía que al fin podría serlo.

—¿Ya no pondrás al dinero sobre nosotros?

Jimin sonríe de lado, con la mirada brillante.

—Jamás.

El rizado abre sus largos brazos y el más bajo no tarda en entrar en ellos. Guarda su rostro en el blanco cuello del menor y solloza bajamente.

—No llores, Papi. Hoy te cuidaré ¿vale? ¿porqué no subes a la habitación mientras te preparo un té? Creo que tienes temperatura.

El mas alto ofrece y Jimin acepta, caminando a su habitación. Cuando entra, el dulce olor de Jungkook lo atrapa. Lo había extrañado tanto. Cuando Jimin entra a su cuarto, hay una pequeña sonrisa surcando su delicado rostro.

Deja la taza en su buró. Jimin está recostado en la cama, al parecer durmiendo. Hay bolsitas debajo de sus ojos, éstas son más pronunciadas que las que normalmente tiene. Las acaricia, junto a su nariz puntiaguda. El ojiazul se remueve en por la caricias. Abre sus ojos e irradian calidez.

—¿Hace cuántas noches que no duermes, Papi? — Jungkook pregunta, acostándose al lado de Jimin, enrrollándose él solito entre los brazos del otro.

—Como, un mes, bebé.

—Oh, Dios. Perdón.

—No te disculpes, amor. Yo fui el culpable de todo. Tú... tú no hiciste nada malo, al contrario.

Jungkook acerca su rostro al del más bajo, tiene esa barbilla que le encanta. Roza sus narices juntas y ríe tiernamente.

—Eres muy pequeño, Papi.

—¿Vas a empezar con eso otra vez? Ya lo hemos hablado. Fui prematuro, entiéndelo.

—Pero es que mira, mis pies rozan el final del colchón y los tuyos apenas llegan a mis tobillos.

—¿Eso importa mucho, bebé?

—Para nada, Papi. Al contrario, hace que me gustes más —muerde la barbilla de Jimin.

Alza la vista y los ojos del mayor están cerrados nuevamente, obviamente no duerme.El de ojos verdes, muy temeroso, acerca sus labios a los de Jimin y los deja ahí unos segundos, cuando se aleja hay un chasquido.

—Jungkook... —le llama en un suspiro, aún con los ojos cerrados. Cuando los abre, su pupila está totalmente dilatada. Alarga su brazo para apartar ciertos rizos traviesos que le tapan el rostro al menor. Sonríe.

—¿Qué pasa, Jiminie? —él se deja acariciar por el otro.

—Te amo, Jungkook. Mucho.

La sonrisa de Jungkook es grande, ni siquiera sabe como es que cabe en su rostro. Sus sonrisa se marcan profundamente, adornando sus expresiones. Besa nuevamente los labios del mayor, deteniéndose a disfrutar el sabor de estos. Gime cuando el mayor atrapa su labio inferior con sus blancos dientes.

—Mmm... también te amo, Jimin.




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Soló nos queda el final.

Gracias por Leer.



Todo por Papi ✧『PJM & JJK』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora