Niño Bonito (Jikook/Kookmin)

Capítulo 6 - Niño bonito.

Al día siguiente me desperte gracias a los rayos del sol que traspasaban la gran ventana que tenía enfrente.

– Jimin es hora de ir a la escuela.

¿A la escuela? Ni loco iba a entrar a ese maldito lugar.

– No voy a ir.

– ¿Qué? Pero debes ir, te atrasaras.

– Tu puedes pasarme los apuntes...¿No es así?

– Pero...

– ¡Comenzare mi trabajo! - dije en un tono activo levantándome del sofá. - Oh...¿Anoche me pusiste cobijas?

– Estabas temblando.

– Gracias.

– ¿De verdad no vas a ir?

– No tengo uniforme.

Comencé a doblar las cobijas y después las puse en una mesita vacía que estaba en una esquina.

– Suerte en la escuela Jungkook. - Dije al ver que este caminaba a la puerta.

– ¿Quieres que vaya a recoger algunas cosas a tu casa? Igual si gustas puedes usar ropa que esta en mi armario.

– Esta bien gracias.

– Bueno adiós.

– Adiós.

Me dirigí a la cocina para comenzar a lavar los trastes sucios y limpiar la mesa.

Pocas horas después de terminar de limpiar toda la casa incluyendo su habitación que por cierto olía demasiado rico empecé a regar las plantas mientras platicaba con ellas ya que había leído que si les dices cosas bonitas crecen muy lindas y sin marchitarse fácilmente.

– Eres muy linda...Que bonito color de pétalos tienes... ¿Les gusta el sol?

Cuando termine caminé curioso a la habitación de jungkook de nuevo.

– Su habitación huele demasiado bien... - Me acerqué a donde tenía todos sus perfumes y tomé uno de ellos. - Este lo uso hoy... - recordé que en la mañana cuando se acercó a despertarme olía a aquel perfume que tenía en mis manos. - Veamos... - tomé otro y lo olí. - Este huele delicioso...¿Cuanto debió costarle? Nunca he comprado o usado algún perfume. - Cuando me acerqué al espejo moví un poco la mesa haciendo que uno de los perfumes cayera al suelo y se rompiera. – Mierda...

Comencé a tomar los vidrios intentando no cortarme.

– Dios debió costarle una fortuna. - un pedazo traía el nombre y rápidamente abrí los ojos como plato. - Amaderado Oriental...Dios mío este perfume es demasiado caro, leí que estaba arriba de 1000 dólares...Mierda, mierda...

Se escuchó la puerta de la entrada abriéndose y al mirar los vidrios aun en el suelo mis manos comenzaron a temblar.

Estaba seguro de que se iba a enfadar mucho conmigo.

– Ya llegué Jimin ¿En donde estas? - cuando entró a la habitación lo miré mientras estaba hincado en el suelo. - Que haces ahí.

– Lo siento mucho Jungkook, de verdad lo siento fue un accidente prometo que te lo pagaré hasta el último centavo.

– Oh...¿Te cortaste?

Al ver mi manos noté que me había cortado dos de mis dedos, la preocupación había echo que no me diera cuenta.

Este se dirigió a un cajón y sacó unas curitas, se acercó a mi y limpio la sangre para después colocar las curitas, estas tenían caras de gatitos.