Medusa en el inframundo después de muchos siglos ve a la causante de todas sus desgracias (Athena) y no dejará pasar la oportunidad de cobrar su venganza.
Athena es convertida en piedra y Medusa observa satisfecha el acto que acaba de cometer.
-Al fin... pude vengarme... todo está bien ¿No?
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Lo dijo con risas al principio pero luego rabia y tristeza a la vez, siglos de sufrimiento e incomprensión pasaron por su mente y lo que tanto deseaba por fin había llegado, su venganza estaba consumada y aún así estaba confundida sin saber que sentir, quiso dejarse caer pero se mantuvo fuerte ya que el caballero de virgo se encontraba presente.
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Shaka se sentó en posición de meditación con los ojos cerrados permaneció tranquilo.
-¡Oye tú -dijo Medusa a Shaka en tono de burla- no pudiste proteger a Athena! ¡¿Qué clase de caballero eres?!
-Me mantendré al margen para que Athena y tú resuelvan sus asuntos. -respondió Shaka.
-¿Qué dices? Pero si Athena está... petrifi...
De pronto la figura petrificada de Athena comienza a brillar y a romperse. Medusa no puede creer lo que ve. Y ese mismo instante, hilos blancos muy finos se extienden por el suelo como ligera neblina sin que nadie lo note.
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Medusa y Shaka permanecen concentrados en el brillo y cascarones de piedra que se desprenden de Athena hasta que la luz empieza a difuminarse y revela que la diosa de la sabiduría es de carne y hueso otra vez.